Y seguimos con más viajes en el tiempo, y
este es doble: no sólo el que emprende la protagonista del film reseñado, sino
el mío propio al revisitarlo después de muchos años y volver con ello, de
manera temporal, a la época de mi propia adolescencia: en 1986, el gran Francis Ford Coppola dirigía a la entonces actriz
de moda Kathleen Turner y a su sobrino Nicolas Cage en Peggy
Sue se casó (Peggy Sue Got
Married). En la película, Turner interpretaba una mujer
madura, con hijos y un matrimonio que hace aguas que, mientras asiste a una
fiesta para celebrar los veinticinco años de su promoción del instituto, sufre
un desmayo y se despierta misteriosamente en 1960, precisamente el año que
estaban conmemorando en el evento. En su cuerpo adolescente, pero con su mente
adulta y más experimentada, tiene la ocasión de cambiar el destino de su
propia vida y el de las de quienes la rodean, pero, ¿lo hará?
Una película que rezuma nostalgia por los
cuatro costados, tanto por el tema que trata (¿quién no quisiera tener la
ocasión de volver a su propia juventud con los conocimientos que tiene ahora?)
como, en mi caso particular, porque ahora me encuentro un poco en la piel de su
protagonista al comenzar el film, lo que me permite verlo con una perspectiva
nueva y diferente. Precisamente este año se cumplía también el 25 aniversario
de la salida de mi generación de secundaria, aunque he de decir que se intentó
montar una fiesta para conmemorarla y no se consiguió finalmente por falta de
interés. En cualquier caso, la película de Coppola me devuelve a mis años en el
instituto, cuando la vi de estreno en la ya desaparecida Terraza Nit de mi
pueblo y me llamaba mucho su banda sonora porque estaba comenzando a descubrir
la música de los 50 y 60. Posteriormente la había visto alguna otra vez en
vídeo, pero ya hacía bastante tiempo que no lo hacía. Curiosamente, también se
acaba de cumplir (el pasado año) el cuarto de siglo del estreno de Peggy Sue…, así que, por todas esas
coincidencias, es una ocasión muy especial para haberla revisitado.
Entre el nutrido y destacable elenco de secundarios es muy
curioso constatar la inclusión tanto de jóvenes actores entonces en ciernes
como Jim Carrey, Kevin
J. O'Connor, Joan Allen o la misma Sofia Coppola, como de veteranos de la talla de Maureen O´Sullivan, John
Carradine, Barbara Harris, Leon Ames o Don
Murray.
Un entrañable regalazo del maestro Coppola, que no deja indiferente, ni por guión, ni por banda sonora, ni por protagonistas. Lástima que la carrera de Kathleen Turner haya sido tan irregular.
ResponderEliminarSí, poco se ha sabido de ella después de los 80...
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