Ya vi Destino oculto
cuando se estrenó en cines al pasado año, aunque, ahora que soy “oficialmente”
fan de la deliciosa Emily Blunt –esta fue la
segunda película que vi de ella–, la cinta gana un añadido extra en su revisado
doméstico. Fue el primer trabajo como director del guionista George Nolfi, quien es también productor del film,
y se basa muy libremente en un relato corto del recurridísimo Philip K. Dick, Equipo de ajuste (Adjustment Team), del que toma el título
original la película: The Adjustment
Bureau.
La propuesta argumental en sí es sencilla:
una historia de amor simple y facilona peligrosamente similar a las que
utilizan las comedias sentimentales para adolescentes (de cuerpo o de mente),
entre un congresista que aspira a senador (Matt
Damon) y una bailarina de ballet moderno (Blunt). La hace especial y
diferente, por supuesto, el elemento fantástico incorporado en ella, ya que, un
día, de manera accidental, el político descubre que nuestras vidas y los
sucesos que acontecen en ella son dirigidos por unos seres de apariencia humana
pero dotados de poderes sobrenaturales y que, en aras de la sencillez, podemos
comparar con los ángeles. Estos personajes, que visten elegantemente y actúan
como si fueran personal de una corporación o agencia, deben ceñirse a un plan
trazado por el “director” de esta “oficina de ajustes” (o sea, Dios, por analogía)
y procurar que todo siga las pautas establecidas. Sin embargo, con el congresista las cosas no salen bien, ya que él no debía haber visto a la chica más que la
primera vez, y vuelve a reencontrarse con ella. Totalmente enamorado de la
bailarina y convencido de que es el amor de su vida, no cejará hasta
encontrarla a pesar de todas las dificultades y amenazas que le pondrán estos
agentes, que no ven más remedio que revelarle al héroe el cometido que cumplen
y su existencia.
En resumidas cuentas, me parece una película
bien dirigida y escrita, con una estupenda pareja de actores principales y
secundarios tan destacables como el gran Terence
Stamp, que no se sale demasiado de los estándares del cine comercial
hollywoodiense y que calificaré con el recurrido término de “entretenida”.
Si el romance entre los protagonistas es manido y habitual, otras ideas más
profundas como la del destino y la posibilidad o imposibilidad de escapar a éste,
la de poder elegir en nuestras vidas, le aportan un tono y una perspectiva diferentes
y la salvan, para mí, de caer en la mediocridad… Bueno, y además sale Emily
Blunt ;)
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