"Un hombre que limita sus intereses limita su vida" (Vincent Price)

lunes, 13 de agosto de 2012

Los alienígenas, de luto

El pasado 10 de agosto, los amantes del cine fantástico perdíamos a todo un titán de los efectos especiales como era el artista italiano Carlo Rambaldi, quizá uno de los pocos nombres europeos dentro de su categoría profesional que logró labrarse una reputación internacional a la altura de la de los grandes paladines estadounidenses como Stan Winston o Rick Baker. Rambaldi, que había nacido un 15 de septiembre de 1925 en Vigarano Mainarda, comenzó lógicamente en el cine de su país, interviniendo entre otras producciones en la ya clásica Terror en el espacio de Mario Bava en 1965, pero será entre la segunda mitad de los años 70 y la primera de los 80 cuando logre fama mundial al participar en varios filmes míticos de Hollywood que son hoy en día ya capítulos destacables del cine de su género: Encuentros en la tercera fase, Alien, el octavo pasajero, Dune y, por supuesto, su trabajo más conocido: E.T., el extraterrestre. A este genio le debemos pues, no sólo al más entrañable alienígena del cine (para el que mezclo rasgos de bebés y del mismísimo Einstein), sino también los visitantes de la primera película de Spielberg citada, los efectos de la mortal cabeza del xenomorfo de Ridley Scott o los impresionantes gusanos de la adaptación al celuloide de la saga de Frank Herbert, además del traje del hombre lobo de Miedo azul, el monstruo final de Conan, el destructor, los F/X de La mano o los diseños del remake de King Kong  de 1976 y de su continuación, entre otros méritos...

Rambaldi se retiró del cine en 1988 tras colaborar con sus hijos Alex (efectos especiales) y Vittorio (dirección) en Rage, furia primitiva. Nos dejaba el viernes a los 86 años en la ciudad de Lamezia Terme de su país natal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario