"Un hombre que limita sus intereses limita su vida" (Vincent Price)

viernes, 24 de agosto de 2012

Estrellas bajo las estrellas

La “terraza de verano”, el cine al aire libre, se antoja ya un concepto casi del pasado. La caótica ordenación urbanística de las últimas décadas, las caprichosas ordenanzas y leyes  de los lamentables políticos actuales –locales o nacionales–, la imprevisible actitud de posibles vecinos prestos a molestarse con rapidez, hacen difícil pensar en la perdurabilidad de aquellos viejos locales con los que crecimos mi generación (que vivió sus estertores) y las anteriores, que los disfrutaron en mejores momentos. Yo mismo me pregunto a veces si, después de tantos años, aguantaría una película bajo la luz de la luna, expuesto a posibles insectos, a los caprichos meteorológicos de la intemperie, a sonidos del exterior y sentado en aquellas incómodas sillas de madera y hierro que tenían mis viejos y queridos Parque Victoria y Terraza Nit, los dos recintos estivales que conocí en mis años mozos y de los que fui asiduo cuando llegaba el momento de que estos abrieran sus puertas y se convirtieran en sustitutos temporales de los cines habituales, el Oma y el Avenida. El segundo de los locales citados cerró a finales de los 80, curiosamente no puedo recordar la fecha exacta; el primero proyectó por última vez en 1995 (remito a mis paisanos nostálgicos a mi doble artículo Los cines de mi vida de hace dos años para mayor información).

La pequeña terraza junto a la Iglesia de Begoña
Curiosamente, tras el cierre de estas dos terrazas conocería el breve resurgir de otra de antaño que llevaba mucho tiempo en desuso: la de la Parroquia de la Iglesia de Begoña. Como era común en muchas partes de la España pasada, muchas iglesias se ocupaban de proveer de una buena ración de celuloide a los jóvenes construyendo cines en sus proximidades. Así nacieron en mi pueblo muchas salas como la de la Iglesia de San Pedro o el popular “cine del Padre Jaime”. La de la Iglesia de Begoña, en concreto, tuvo tanto local cubierto como abierto, pero ambos dejaron de proyectar antes de que yo naciera o cuando era muy pequeño, porque yo siempre los conocí cerrados o destinados a otros usos. Sin embargo, a raíz del cierre y posterior demolición del Parque Victoria, los gerentes de este último deciden alquilar, en los veranos de 1996 y 1997, el local al aire libre de la mencionada iglesia para seguir ofreciendo a sus habituales la esperada programación veraniega. Esto me da ocasión de “estrenar” el viejo recinto, de dimensiones modestas  pero suficientes para disfrutar de una proyección fílmica. En 1998, el Oma ha cerrado también, pero tenemos la inmensa suerte de que se fundan en el pueblo las multisalas Alucine y, pese a que están convenientemente refrigeradas y no interrumpen su programación en verano, sus dueños deciden también continuar con la tradición de la terraza veraniega, abriendo durante uno o dos años más la de la parroquia que nos ocupa (creo que también hicieron algo parecido con la de la cercana localidad de Canet, luego también demolida). Algunas de las películas que recuerdo haber visto en aquel cine al aire libre –no me enorgullezco precisamente de muchas de ellas– fueron La roca, Anaconda o Airbag.

Y la misma hace dos años. Poco después, el Ayuntamiento
eliminó el aparcamiento y lo convirtió en zona peatonal
Y todo este devaneo nostálgico no tiene como fin que el posible lector que viviera situaciones similares suelte alguna lagrimita: en realidad es para contar una agradable sorpresa que tuve hace algunas semanas: ¡la terraza de la Iglesia de Begoña volvía a proyectar! Precisamente me dirigía a los cines locales un domingo por la noche cuando, al pasar cerca del pequeño patio, constaté que estaba ocupado y que se proyectaba en él una película (creo que Toy Story 3). Vi que la puerta estaba medio abierta y que había un pequeño grupo de niños y padres sentados en el centro del recinto viendo el largometraje. Posteriormente realicé pesquisas y averigüé que, probablemente promovido una vez más por alguna asociación relacionada con la parroquia –como en los viejos tiempos–, se habían proyectado varios títulos a lo largo del verano, claramente con la intención de captar al posible y deseable público más joven. El pasado viernes 17 se emitía Charlie y la fábrica de chocolate de Tim Burton como cierre de esta temporada que juzgo breve. La entrada a las sesiones era gratuita, aunque se solicitaba el donativo de 1 euro. Me parece una gran iniciativa en estos tiempos “impíos” en que mis queridos cines están tan vapuleados y despreciados (y lo van a estar más gracias a la estupidez de Rajoy y el resto de su gobierno)...

Todavía hay más, y volvemos de nuevo al cercano pueblecito de Canet d´En Berenguer: esta vez como iniciativa del propio Ayuntamiento de la localidad y del Patronato de Turismo, se ha instaurado también una terraza de verano en una plaza de la localidad que ha abarcado todos los miércoles del 11 de julio al 29 de agosto. Las películas eran totalmente gratuitas y también de marcado carácter juvenil, entre ellas, La invención de Hugo, Tintín y el secreto del Unicornio o Cars 2. La verdad es que me he quedado hasta con ganas de acudir a alguna sesión sólo por el placer de revivir viejos tiempos y sensaciones, pero al final me ha podido la pereza y el hecho de que ya había visto recientemente casi todos los filmes del ciclo que me interesaban...

Última película del verano... ¡Les encantará!
En Valencia capital creo que apenas quedan terrazas –está el Autocine Star, a poca distancia–, pero el Ayuntamiento de la localidad ha montado también una gran iniciativa: la Filmoteca d´Estiu en los Jardines del Palau de la Música. Con precios populares (3,5 euros con posibilidad de abono para 10 sesiones),  desde el 27 de julio al 1 de septiembre se están emitiendo o emitirán tanto películas actuales como clásicas, brillando especialmente entre las últimas un ciclo dedicado a Marilyn Monroe. Y, aunque parezca una contradicción, he de admitir que tampoco creo que vaya a disfrutar de este programa por la distancia que me separa de la ciudad y mi precario estado económico.... o invierto en cine, o invierto en gasolina, y a los de mi pueblo puedo ir andando. Admiro y aplaudo igualmente todas estas iniciativas y que con ellas, de una manera u otra, el cine de verano al aire libre, la terraza de siempre, no haya muerto del todo... Ojalá continúen en próximos años y logren captar y cautivar a nuevas generaciones y les hagan entender lo que es el verdadero Cine y que es imposible disfrutarlo verdaderamente en la pantalla de un televisor o de un monitor de ordenador.

http://www.cinesagunto.es/filmoteca-destiu/
(Gracias por las fotografías superior e inferior a José M- Gómez)

2 comentarios:

  1. Siempre es bueno que se incrementen las posibilidades de ocio barato y cercano, relacionadas con el cine. Ya no sólo por nosotros, sino por los más jóvenes, que disponen de menos recursos y no suelen tener transporte para ir a la capital, y que suponen, en definitiva, el futuro de la afición. Se está viendo un incremento de actividades de este tipo, a menudo relacionadas con los ayuntamientos o casas de cultura, a precios muy baratos o incluso gratis, en los pueblos de la zona, sobretodo en verano. Creo que es importante hacerse eco, para que la gente se entere. Yo por ejemplo, no sabía lo del Cine de Begoña, pero me tomo nota para el año próximo.

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  2. Sí, no se ha publicitado mucho, es una lastima...

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