El cine francés perdía el pasado
martes a una de sus grandes leyendas: Danielle Darrieux nos dejaba
algunos meses después de haber cumplido un siglo redondo de vida, buena parte
de ella dedicada a la interpretación. Su carrera comenzó nada menos que en 1931
y la actriz siguió en activo hasta el pasado 2016. Calificarla una trayectoria
así de admirable se queda corto.
"Un hombre que limita sus intereses limita su vida" (Vincent Price)
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jueves, 19 de octubre de 2017
domingo, 17 de septiembre de 2017
Harry Dean Stanton
Hay personas que parecen
incombustibles, que siempre van a estar ahí, pero no: al final, todo se acaba.
El legendario Harry Dean Stanton
nos dejaba el pasado viernes 15 a la respetable edad de 91 años. De figura desgarbada,
aspecto desaliñado y rostro demacrado y vulgar, su físico atípico, alejado del canon
del galán cinematográfico, no le impidió conformar una flamante carrera que
comenzó en los años 50 y terminó en este 2017 tras casi dos centenares de
interpretaciones. Se inició sobre todo en la pequeña pantalla, y no fue hasta
los años 70 cuando se decantó más enégicamente por la grande. Este mismo año le
hemos podido ver en Twin Peaks, pero
su participación en la serie de David Lynch tan sólo fue el colofón de una
inmensa y envidiable trayectoria en la que figura hitos como Los violentos de Kelly, Pat Garrett y Billy
the Kid, El padrino: parte II, Alien, Corazonada, Paris, Texas o La milla verde, que muestran su
capacidad para en integrarse en los más variados géneros cinematográficos.
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lunes, 17 de julio de 2017
Bajas estivales
El pesar con el que cargamos
todos los amantes del cine clásico es que estamos viviendo sus últimos
estertores: ya casi todos sus artífices han desparecido o bien están llamados a
hacerlo en pocos años. Las bajas de actores, actrices, directores y otros
técnicos y artistas de la época dorada del Cine se suceden mes tras mes, y este
caluroso julio no iba a ser una excepción: la italiana Elsa Martinelli nos dejaba el pasado día 8. Es una de esas intérpretes que
me ha calado más por una sola película (concretamente, ¡Hatari!), que por una filmografía (de hecho, sólo
recuerdo haber visto unas pocas cintas más de ella como El luchador indio o Sangre y
rosas). Elsa nos dejó a los 82 años, prácticamente retirada del cine desde
el pasado siglo.
Al actor estadounidense Martin Landau lo conocí de niño gracias a la serie Espacio 1999, aunque cobré más interés por su labor siendo algo más mayor, y de la cual creo
que me quedaría con Con la muerte en los
talones y, por supuesto, Ed Wood.
Qué curioso que precisamente ayer, cuando aún desconocía la noticia de su
muerte, estuviera pensando que aún quedaban dos actores vivos de la primera
película citada. Martin falleció el pasado sábado con cerca de dos centenares
de trabajos para cine y televisión, acababa de cumplir 89 años y estuvo activo
hasta el último momento (de hecho, aún tiene varios títulos por estrenar)
También nos ha dejado el director George A. Romero, que debo admitir nunca fue santo de mi
devoción, pero cuyo estatus de leyenda del cine de terror no se puede negar y
reafirman millones de seguidores en todo el mundo. El realizador neoyorkino
contaba 77 años.
Continuará… (por desgracia)
martes, 23 de mayo de 2017
Nos deja Roger Moore
Por mi generación, Roger Moore fue el primer James Bond que conocí. Fue exactamente cuando
Moonraker llegó a los cines, y desde
entonces he seguido absolutamente todas las andanzas del agente 007 en pantalla
grande. A Sean Connery lo descubriría algo después, y sobra decir que pronto
había devorado también sus películas, así como las primeras de Moore y la de
George Lazenby, vía VHS. No puedo decir que fuera nunca un incondicional ni un
seguidor de este actor inglés que nos acaba de dejar a los 89 años –y, de
hecho, he visto muy pocas películas suyas–, pero siempre le guardaré cariño por
haberme descubierto al personaje de Ian Fleming. Me hubiera gustado –y creo que
no se ha hecho– ver una foto con todos los James Bonds cinematográficos juntos,
pero ahora ya no será posible.
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lunes, 27 de febrero de 2017
Adiós a Bill Paxton
Baja inesperada la del actor estadounidense
Bill Paxton, que nos dijo adiós el pasado sábado a los
61 años debido a complicaciones tras una cirugía cardíaca. Sin ser
necesariamente uno de mis actores favoritos, sí que le tenía cierto cariño por su
presencia habitual en el cine fantástico y de acción de los años 80: Calles de fuego, Aliens, Terminator o Los viajeros de la noche son algunos de
sus trabajos que me vienen más rápidamente a la memoria, todos ellos películas
que me marcaron en mayor o menor medida. Por supuesto, la carrera de este
prolífico secundario (que comenzó en el cine en 1975) se extendía mucho más
allá, hasta cerca de un centenar de intervenciones.
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jueves, 26 de enero de 2017
Nos dejó John Hurt
John Hurt es
para mí la primera baja artística importante del año. No quiero decir que las
anteriores sean menos dignas o merezcan menos vivir que el actor británico:
simplemente a cada uno le influyen más unas personalidades que otras, y por
ello la ausencia de estas se hace más de notar. Se marchó ayer, 25 de enero, a
los 77 años, tras una impresionante carrera con más de dos centenares de
intervenciones en la pantalla grande y en la pequeña.
No tengo un recuerdo exacto de
cuándo le vi por primera vez, pero sí que, como aficionado al fantástico, sus
aportaciones al género han sido más que memorables: El resucitado, Alien, 1984, V de Vendetta, Indiana Jones
y el reino de la calavera de cristal o, más recientemente, Sólo los amantes sobreviven, me vienen a
la memoria sin esforzarme demasiado. Pero Hurt fue un actor todoterreno que
abordó casi todos los registros: no olvidemos sus reputadas participaciones en
clásicos como El expreso de medianoche
o El hombre elefante, o su
inolvidable personaje en la serie de TV El
cuentacuentos, por citar sólo unos pocos de los muchos trabajos que abordó
en su carrera profesional de más de medio siglo frente a las cámaras
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martes, 27 de diciembre de 2016
Carrie Fisher... sin palabras
Sin palabras, o con muy pocas,
dado el estado de ánimo. Hoy la tarde se me ha presentado especialmente mala a
nivel personal y ha acabado rematada con la noticia de la muerte de Carrie Fisher a los 60 años. Sabía de su percance el pasado viernes y
confiaba en su recuperación, pero parece que no ha sido así. Nunca fui fan ni
seguidor de ella; de hecho, creo que su carrera como actriz fue peor que
mediocre, pero tuvo la suerte de encarnar a un personaje icónico en la Historia
del Cine. ¿Quién no conoce a la Princesa Leia? ¿Quién puede olvidar aquella
primera aparición en 1977, cuando los niños de entonces quedamos deslumbrados
por la epopeya galáctica de George Lucas? Un solo papel le valió la
inmortalidad a la actriz; ese mismo rol le había devuelto de nuevo a la gran
pantalla con la tercera trilogía de Star
Wars. Ahora ya sabemos que su aparición en el próximo Episodio VIII será
póstuma. ¡Buena suerte en el otro mundo, querida Carrie!
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miércoles, 21 de diciembre de 2016
Michèle Morgan
Aunque nuestro amigo Kirk
Douglas ha logrado alcanzar la increíble edad de un siglo, muchos otros de sus
colegas no han logrado tan meritorio récord, pese a que se han quedado cerca: ayer
nos dejaba una de las grandes damas del cine francés a una edad más que
respetable y muy cercana a la del galán hollywoodiense: Michèle Morgan fallecía a los 96 años, tan sólo dos días después de que
lo hiciese Zsa Zsa Gabor a los 99. La legendaria actriz gala había abandonado
la actuación en 1999, después de más de seis décadas dedicadas a la profesión
(ya en 1938 había participado en la clásica El
muelle de las brumas). La mayor parte de su extensa filmografía la rodó en
su país natal, aunque Inglaterra y, por supuesto, Hollywood, la tentaron
durante algún tiempo. Cuentan las crónicas que iba a ser la protagonista de Casablanca hasta que cierta sueca
avispada aceptó cobrar la mitad del sueldo de Michèle para obtener el papel que
la inmortalizaría. En el olimpo cinematográfico galo todavía nos queda la no
menos mítica y aún más veterana Danielle Darrieux, con 99 años.
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jueves, 31 de marzo de 2016
Nos deja Douglas Wilmer
Al actor británico Douglas Wilmer tuve ocasión de sacarlo a colación hace algunos años con motivo
de una entrada que titulé “Secundarios
de primera”. En esta nueva ocasión es, tristemente, su fallecimiento hoy el
que me hace traerlo otra vez a las virtuales páginas de este blog. Nos ha
dejado, eso sí, a una edad más que respetable y que atenúa un poco la tristeza
de su marcha: el pasado 8 de enero, Douglas cumplía 96 años.
Nacido en Londres, destacó sobre
todo en papeles secundarios, y sin duda los amantes del fantástico clásico lo
recordaremos siempre por sus apariciones en películas de la Hammer como Las amantes del vampiro o sus colaboraciones con Ray
Harryhausen en Jasón y los Argonautas o
El viaje fantástico de Simbad, aunque yo personalmente
guardo grata impresión de su papel en El Cid, pues
Wilmer se prodigó también en el género histórico –sirvan como ejemplo títulos
de la talla de Cleopatra, La caída del Imperio Romano o Kartum–. Acompañó también al Inspector Clouseau –La venganza de la pantera rosa– y al mismísimo James
Bond –Octopussy–, y en
televisión intervino en series tan clásicas como Los vengadores, Espacio 1999
o Viaje a lo desconocido, aunque será
posiblemente por su excelente interpretación de Sherlock Holmes en la serie inglesa
homónima de los años 60 por la que más se le recordará en este apartado. Curiosamente,
abandonó su retiro –en el que llevaba desde 1988– para una breve aparición en
2012 en la nueva serie dedicada al mítico personaje de Arthur Conan Doyle al que
ahora encarna Benedict Cumberbatch. Fue
sin duda un simpático colofón a la carrera de un actor en la que el detective
de Baker Street fue más que significativo.
Me gustaría aprovechar que queda sitio en el “nicho” para mencionar la marcha, el pasado 13 de marzo, de otra actriz compatriota de Douglas muy relacionada con el género fantástico: Adrienne Corri nos dejó ese día a los 84 años...
Me gustaría aprovechar que queda sitio en el “nicho” para mencionar la marcha, el pasado 13 de marzo, de otra actriz compatriota de Douglas muy relacionada con el género fantástico: Adrienne Corri nos dejó ese día a los 84 años...
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lunes, 29 de febrero de 2016
George Kennedy
Aunque otros blogs de cine quizá
prefieran hablar hoy de los Oscars, yo –que no tengo especial interés por
ningún premio de este tipo ni condicionan mi visionado de películas– voy a
despedir el mes con un breve homenaje a uno de los secundarios más
clásicos de Hollywood: George Kennedy nos dejó
ayer a la envidiable edad de 91 años. Este neoyorkino nacido un 18 de febrero de
1925 comenzó su carrera televisiva algo tardíamente, en 1956, y la
cinematográfica aún más tarde. Se especializó en papeles de tipo duro e
intervino en cerca de dos centenares de producciones durante su longeva carrera,
que se extendió hasta hace un par de años. En su amplísimo currículum,
infinidad de clásicos: La leyenda del
indomable, El vuelo del Fénix, Doce del patíbulo, El estrangulador de Boston, Canción
de cuna para un cadáver, Aeropuerto,
Terremoto o la que quizá era mi película
favorita suya, Charada –era el último
miembro vivo del reparto principal– son sólo una brevísima muestra de la
carrera de casi seis décadas de este hombre que se acaba de oír al Olimpo de
los dioses del Cine…
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martes, 16 de febrero de 2016
Adiós a Vanity
El caso de Vanity me recuerda al de muchas otras actrices y
modelos como la legendaria Bettie Page, mi admirada Debra Paget o, más
recientemente, la playmate Erica Campbell quienes, después de explotar y
aprovechar su belleza profesionalmente, decidieron dar un drástico giro a sus
vidas y centrarse en la religión, renunciando práctica o totalmente a sus
anteriores carreras. Es algo que siempre me llama la atención y que, como
persona que no profesa ninguna creencia, me cuesta de entender, porque para mí
no necesitaban redimirse ni habían hecho nada pecaminoso, pero es un fenómeno
que se repite a menudo en ese mundillo... Llevo ya tiempo queriendo escribir
algo sobre este curioso proceder, pero siempre lo voy alargando, así que, sirva
este recuerdo a Vanity como posible prólogo.
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domingo, 14 de febrero de 2016
Homenajes tardíos: Recordando a Louis Jourdan y a Lizabeth Scott
Hoy hace precisamente un año que
nos dejó el actor francés Louis Jourdan, y el motivo
de que escriba este artículo es sencillamente que no supe de su fallecimiento
hasta finales de 2015. Si los medios de información se hicieron poco eco del acontecimiento
o si, simplemente, de alguna forma se me escapó la noticia, no sabría decirlo,
pero debido a que era un actor por el que sentía cierto aprecio, me siento
obligado a al menos homenajearle tardíamente con este pequeño recordatorio.
Jourdan nació como Louis Robert
Gendre un 19 de junio de 1921 en Bouches-du-Rhône, Marsella. Sus comienzos en
el cine de su país se ven entorpecidos por el estallido de la II Guerra
Mundial, siendo interrumpidos los respectivos rodajes de sus dos primeros films por
el conflicto. Sorteando como puede las dificultades de la ocupación, e incluso
colaborando con la resistencia francesa, Jourdan consigue labrarse una rápida e
interesante carrera de diez títulos en su patria antes de que Hollywood le
reclame.
Es, una vez más, el estudio de
David O´Selznick, siempre a la caza de nuevos talentos europeos, el que recluta
a Jourdan para que viaje a la Meca del Cine. Sus inicios en ella no pueden ser
mejores, ya que debuta en EE.UU. de la mano del maestro Alfred Hitchcock con El proceso Paradine. Su aspecto apuesto y su acento le
encaminan desde el principio hacia los papeles de galán romántico, algo que a
él –que prefería considerarse un actor de carácter– nunca acabó de
gustarle. En los siguientes años, alcanza la cima de su popularidad
interviniendo en cintas de la talla de Carta a una
desconocida o Madame Bovary,
continuando en los cincuenta en papeles similares en películas de aventuras a
menudo ambientadas en otras épocas como Ave del paraíso,
La mujer pirata o, ya más adelante, en una nueva versión de El Conde de Montecristo. Siempre
con algunas de las actrices más bellas de Hollywood como pareja artística, en
1956 actúa con la mismísima Grace Kelly en El cisne,
una de las últimas películas de la futura princesa antes de fijar su residencia
en Mónaco. En 1958 llega la que es sin duda una de sus películas más
recordadas, Gigi, en la que
vuelve a trabajar con Vincente Minnelli. Es también el narrador en dos largometrajes
de Billy Wilder, Ariane e Irma, la dulce.
Durante los últimos 60 y casi
toda la década de los 70, y como era habitual en muchos actores clásicos de
cierta edad de su generación, encuentra refugio principalmente en la pequeña pantalla en series
y, sobre todo, telefilms, pero curiosamente vuelve al cine en los 80,
interviniendo en películas de de escasa repercusión si exceptuamos su
participación en una de las entregas de James Bond, Octopussy. El año del cometa, en 1992, supone su despedida del
7º Arte. Retirado de su profesión, el actor nos dejó, como ya he adelantado al
principio de este post, el día de San Valentín del pasado año, a la respetable
edad de 93 años.
No quiero terminar este recuerdo
sin mencionar la desaparición, también poco publicitada y por las mismas
fechas, de otra actriz de la misma quinta que Jourdan: la estadounidense Lizabeth Scott (29-9-1922) nos dejaba catorce días antes
que el intérprete francés más de cuatro décadas después de haber abandonado su
profesión y con un solo año menos de edad que él. En los 40 y en los 50 se
forjó una sólida carrera, participando en títulos como El extraño amor de Martha Ivers, Callejón sin salida, Ciudad
en sombras, La hija del pecado o El soborno. Sus rasgos duros, sus imponentes ojos y su largo cabello rubio la convirtieron invariablemente en una de las femme fatales más habituales del cine de su
época.
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sábado, 24 de octubre de 2015
Adiós, pelirroja
Maureen, inmortalizada en El hombre tranquilo |
Hoy toca decir adiós a la que
probablemente era (y seguirá siendo) la pelirroja más famosa del Hollywood
clásico, Maureen O´Hara. Al final, uno tiene que hacerse a la
idea y aceptarlo como inevitable ley de vida: las viejas leyendas del cine que
nos quedan son eso: muy viejas, y en pocos años probablemente no tengamos ya
ninguna. Es un hecho que hay que intentar asumir sin pesar ni tristeza, más aún
cuando algunas de ellas han vivido una vida tan larga como la actriz irlandesa,
que el 17 de agosto cumplió nada menos que 95 años.
De la extensa filmografía de Maureen
(que se dedicó al cine y a la televisión desde los 18 años hasta los 80, aunque
a partir de 1973 distanció mucho sus apariciones) queda El hombre tranquilo posiblemente como su más popular e inmortal
trabajo, aunque yo personalmente recuerdo con gran cariño algunos de sus
primeros papeles como los de Esmeralda la
zíngara o La posada Jamaica,
varios de sus muchos westerns –a menudo con John Wayne y John Ford – como Río Grande o Una dama entre vaqueros o, por supuesto, otro de sus grandes
clásicos, ¡Que verde era mi valle!
Hasta llegué a verla en su despedida del 7º Arte en uno de esos programas
dobles de los antiguos cines de reestreno de mi pueblo, Yo, tú y mamá, en 1991.
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Maureen O'Hara
jueves, 23 de julio de 2015
El fin de una era: se nos fue Saza
Con la muerte del entrañable José Sazatornil “Saza” a punto de cumplir
los 90 años (había nacido un 13 de agosto de 1926 en Barcelona), se cierra sin
duda –para bien o para mal– un capítulo importante del cine español, pues sin
duda el actor catalán era el más destacable de los últimos supervivientes de
aquel período glorioso y decadente a la vez de la industria fílmica patria que
ha pasado a ser conocido como la “españolada”. Sin ser para nada un
incondicional suyo, me creo en la obligación –y lo hago muy a gusto y con mucho
respeto– de recordarle al menos con unas breves líneas, porque sin duda, a su
manera, fue uno de los “grandes” del 7º Arte nacional.
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viernes, 10 de julio de 2015
Triste verano: adiós a Omar Sharif
Tras el catastrófico mes de junio
esperaba uno ingenuamente un verano algo más relajado en lo tocante a bajas
cinematográficas pero, no, la Parca ya ha vuelto a reclamarnos hoy a otra querida
leyenda del celuloide: nos toca decir adiós a Omar Sharif, el legendario actor egipcio de grandes ojos
marrones al que siempre recordaremos por su doctor Zhivago, pero que actúo en
más de un centenar de películas, series y telefilmes desde sus comienzos en
1954 hasta que el alzhéimer le hizo retirarse hace tan sólo dos años.
Personalmente le recuerdo además en Lawrence de
Arabia, La caída del Imperio Romano, El Rolls-Royce amarillo, Genghis Khan, Las
flores del diablo, La noche de los generales, El oro de McKenna, La isla
misteriosa, Lazos de sangre, Top Secret, Las montañas de la luna, El guerrero
nº13, El señor Ibrahim y las flores del Corán, Océanos de fuego y Un castillo en Italia, mi último
encuentro con él, aunque probablemente me olvido de más de una película suya
que he podido ver en el pasado. Pero está claro que, sobre todo, para la gran
mayoría de cinéfilos Omar siempre será aquel amable médico poeta que sin
quererlo se ve inmerso en la revolución rusa en el clásico de David Lean de
1965 y cruza incansablemente las nevadas estepas en busca de su amada Lara.
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jueves, 11 de junio de 2015
Ya no quedan monstruos...
Tristísima noticia la que
inunda hoy los noticiarios cinematográficos del mundo; es curioso lo que ha tardado
en filtrarse: el domingo 7 de junio nos dejaba
el último gran icono del fantástico: Christopher Lee. Formó parte de una casta ya
desgraciadamente extinta de carismáticos actores especializados en el género de
terror entre los que cabría destacar a los “universales” Karloff, Lugosi y los
dos Chaneys, o a los más coetáneos de Lee Price y Cushing (su gran amigo, con
el que compartió más de dos decenas de películas).
Lee parecía
incombustible. Hubiera querido creer uno que permanecería con nosotros muchos
más años, pues acababa de celebrar su 93 cumpleaños y seguía activo, cercana ya
su filmografía a alcanzar los tres centenares de títulos –ostenta el record
Guinnes de ser el actor más prolífico–. En este siglo XXI, y después de una
época de cierta oscuridad artística, paladines del fantástico como George
Lucas, Tim Burton o Peter Jackson supieron reivindicar a tiempo su leyenda y su
figura y descubrirlo a nuevas generaciones al hacerle participar en sus
películas, pero Lee ya tenía ganado un merecidísimo hueco en el género desde
que, en los años 50, ayudara a cimentar la fama de la Hammer Films interpretando
a toda una variedad de nuevas versiones de mitos del terror como la Momia, el
monstruo de Frankenstein y, por supuesto, Drácula, el personaje con el que
siempre se le relacionará.
Tengo, por desgracia, una
anécdota personal algo triste relacionada con este actor, y es que, cuando
estuvo en Valencia en octubre de 1995, me quedé con las ganas de verle debido a
la incorrecta información del teletexto de Canal 9, que informaba de su
aparición en la Mostra un sábado cuando en realidad el acto iba a ser el
día anterior. Así que, cuando la mañana de aquel día me levanté con la intención de
viajar a la capital del Turia y vi el periódico, descubrí que hacía ya
bastantes horas que el señor Lee había comparecido ante fans y prensa y que yo
había perdido una oportunidad única de ver a un personaje excepcional de los
que, ahora sí, lamentablemente, ya no quedan…
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viernes, 27 de febrero de 2015
Spock nos deja...
Todos
los medios de comunicación se han hecho hoy eco de la triste noticia: Leonard Nimoy nos ha dejado a los 83 años de edad. Y es
que su Señor Spock de Star
Trek era mucho más que un personaje: todo un icono de la ciencia ficción
desde que el actor le diera vida por primera vez en 1966. Desde entonces
encarnó al alienígena vulcaniano en infinidad de películas, series y videojuegos.
Hasta se las ingenió para aparecer en el reciente reboot cinematográfico de la saga a pesar de que otro intérprete –Zachary
Quinto– ya encarnaba a la versión más joven de Spock.
Nimoy
fue un actor eminentemente televisivo que ya desde sus comienzos profesionales
en los años 50 estuvo muy vinculado al género que le hizo famoso, con
apariciones en La humanidad en peligro,
Dimensión desconocida, La invasión de los ultracuerpos o, ya en
sus últimos años, Stargate y hasta Transformers, aunque demostró su
versatilidad en un sinfín de registros que van desde el western hasta el
thriller. También dirigió ocasionalmente diversas series y largometrajes y
hasta grabó varios discos.
Sin
haber sido un fan incondicional de la franquicia que le hizo famoso, sí que he
de admitir que Spock/Nimoy ha sido siempre para mí un personaje entrañable desde que lo conocí en el estreno de la primera película para cine de Star Trek hace ya más de tres décadas. Long
life and prosper…
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jueves, 8 de enero de 2015
Nos deja Rod Taylor
Ayer se nos iba otro
actor clásico más: el australiano Rod Taylor nos dejaba a
punto de cumplir los 85 años (nació un 11 de enero de 1930). Qué curioso que
hace apenas unos días estuve viéndole en un episodio de The Twilight Zone. Sin haber seguido celosamente la carrera de este
intérprete, sí que hay uno de sus trabajos que figura entre mis grandes
películas favoritas, El tiempo en sus
manos, a la que hace algunos años ya dediqué este
artículo. Y eso sin olvidar que intervino en uno de los grandes clásicos de
Hitchcock, Los pájaros. No recuerdo
haber visto muchas más películas suyas: El
árbol de la vida, Traidor a su patria,
Intriga en el Gran Hotel, Zabriskie Point y Ladrones de trenes son algunas de las que recuerdo a bote pronto.
Me encantó volver a verlo actuando –y, además, en pantalla grande– en el que
habría de convertirse en su último trabajo,
Malditos bastardos.
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miércoles, 13 de agosto de 2014
¡Adiós, flaca!
¿Qué se puede decir cuando
desaparece un icono como Lauren Bacall? Hay personas que incluso en
vida trascienden a mitos, y ella lo era sin duda del 7º Arte. Dama esencial en el
cine negro más clásico e inolvidable pareja de su marido Humphrey Bogart en títulos
tan enormes como Tener y no tener
(donde debutó a los 19 años), El sueño
eterno, La senda tenebrosa o Cayo Largo, que por sí solos ya le
hubiesen ganado un lugar en el Olimpo fílmico, poseedora de una extraña
belleza, de rasgos duros, mirada intimidante y voz profunda que la convertían
en la femme fatale ideal de la época, Lauren no se parecía probablemente a ninguna de sus colegas de los años 40 y aportó un nuevo tipo de mujer y de personaje al Holywood de aquellos tiempos.
Nacida en Nueva York como Betty
Joan Perske, su esbelta y alta figura y especial aspecto la llevaron primero al
mundo del modelaje antes que al de la interpretación. En los 60 y los 70 no se
prodigó mucho en las pantallas (pequeña y grande), pero a partir de los 90, y
hasta recientemente, estuvo especialmente activa en el cine y en películas de
primera fila (la última vez que la vi en salas fue en Reencarnación, en 2004). Bacall –que también estuvo casada con el
actor Jason Robards– hubiera cumplido 90 años el 16 de septiembre. ¡Adiós,
flaca!
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domingo, 20 de julio de 2014
Domingo nefasto
Hay días que parece que amanecen
especialmente malos, “días de cenizo”, como me ha dado por llamarles. Para
empezar, no me gustan los domingos porque me aburren mortalmente. Pero el de
hoy ha sido especialmente nefasto: para mí se ha iniciado con un pequeño
accidente: un corte en el dedo, nada especialmente grave, pero que no puedo dejar de ver como algo agorero.
Después de comer ha empezado a hacer un tremendo calor y he comenzado a ver
sobrevolar a los característicos hidroaviones de ICONA: incendio en la Sierra
de Espadán, un clásico estival. Por la tarde me entero del accidente de Alex Anguló, una pena, aunque no fuera un actor
especialmente influyente en mi vida cinéfila. La noche acaba con la noticia de
otro deceso, esta vez el de un clásico de Hollywood: James Garner nos dejaba ayer a
los 86 años. En fin, estoy cansado de tantos pesares y no tengo ganas de
lamentarme una vez más de que se nos van todos los clásicos. Al fin y al cabo
es ley de vida, pero uno no puede evitar sentirlo. No repasaré esta vez ni la
vida ni la filmografía de Garner ni tampoco la de Anguló, pero no me
parecería correcto no hacer al menos mención de sus fallecimientos. Esperemos que la noche traiga al fin un poco de descanso..
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