Por mi generación, Roger Moore fue el primer James Bond que conocí. Fue exactamente cuando
Moonraker llegó a los cines, y desde
entonces he seguido absolutamente todas las andanzas del agente 007 en pantalla
grande. A Sean Connery lo descubriría algo después, y sobra decir que pronto
había devorado también sus películas, así como las primeras de Moore y la de
George Lazenby, vía VHS. No puedo decir que fuera nunca un incondicional ni un
seguidor de este actor inglés que nos acaba de dejar a los 89 años –y, de
hecho, he visto muy pocas películas suyas–, pero siempre le guardaré cariño por
haberme descubierto al personaje de Ian Fleming. Me hubiera gustado –y creo que
no se ha hecho– ver una foto con todos los James Bonds cinematográficos juntos,
pero ahora ya no será posible.
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