Maureen, inmortalizada en El hombre tranquilo |
Hoy toca decir adiós a la que
probablemente era (y seguirá siendo) la pelirroja más famosa del Hollywood
clásico, Maureen O´Hara. Al final, uno tiene que hacerse a la
idea y aceptarlo como inevitable ley de vida: las viejas leyendas del cine que
nos quedan son eso: muy viejas, y en pocos años probablemente no tengamos ya
ninguna. Es un hecho que hay que intentar asumir sin pesar ni tristeza, más aún
cuando algunas de ellas han vivido una vida tan larga como la actriz irlandesa,
que el 17 de agosto cumplió nada menos que 95 años.
De la extensa filmografía de Maureen
(que se dedicó al cine y a la televisión desde los 18 años hasta los 80, aunque
a partir de 1973 distanció mucho sus apariciones) queda El hombre tranquilo posiblemente como su más popular e inmortal
trabajo, aunque yo personalmente recuerdo con gran cariño algunos de sus
primeros papeles como los de Esmeralda la
zíngara o La posada Jamaica,
varios de sus muchos westerns –a menudo con John Wayne y John Ford – como Río Grande o Una dama entre vaqueros o, por supuesto, otro de sus grandes
clásicos, ¡Que verde era mi valle!
Hasta llegué a verla en su despedida del 7º Arte en uno de esos programas
dobles de los antiguos cines de reestreno de mi pueblo, Yo, tú y mamá, en 1991.
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