Totalmente anonadado me ha dejado la noticia que me ha dado un amigo sobre la muerte de Ingrid Pitt, sin lugar a dudas una de las pocas mujeres que lograron labrarse un nombre en la historia del cine de terror con personajes fuertes y destacables: lejos de la típica damisela–comparsa que se desmayaba en cuanto aparecía el monstruo de turno y tenía que ser salvada por el héroe de la película, Ingrid sorprendió siendo ella misma el monstruo del film propiamente en sus trabajos más conocidos.
La verdad es que era un fallecimiento que no me esperaba, a pesar de que la actriz contaba ya la edad de 73 años, precisamente cumplidos dos días antes de su marcha, acaecida el pasado martes 23 de noviembre.
Aunque nacida en Polonia como Ingoushka Petrov, su juventud transcurrió en Alemania, y contaba que pasó tres años en un campo de concentración durante la II Guerra Mundial. Fue también modelo y comenzó en pequeñas intervenciones en películas españolas o rodadas en suelo español como Campanadas a medianoche (1965), la mítica Doctor Zhivago (1965) o Golfus de Roma (1966) –¡hasta actuó con manolo Escobar!–, consiguiendo por fin un papel algo más relevante en El desafío de las águilas (1968), secundando nada menos que a Richard Burton y a Clint Eastwood. Pero sería con la mítica productora Hammer con la que Ingrid conseguiría la inmortalidad –en la ficción y en la realidad– merced a su papel de Carmilla von Karnstein en la película The Vampire Lovers un par de años después. Gracias a la mayor flexibilidad de la censura británica de la época, el director Roy Ward Baker pudo exhibir sin tapujos el lesbianismo de la famosa novela de Sheridan LeFanu, así como los encantos de Ingrid y de sus muchas bellas compañeras de reparto. (La película, claro está, no se estrenaría en España hasta bastantes años después, apareciendo en TV y vídeo con diversos títulos como Vampiros enamorados o Las amantes del vampiro, cuando su traducción correcta sería “Las amantes vampiro”).
The Vampire Lovers fue el gran hito de Ingrid Pitt; no obstante, a esta le siguieron otras dos películas (ambas del 71) que reincidían en el exitoso género vampírico y que serían La condesa Drácula, en donde la polaca interpretaba nada menos que a la infame Erzsébet Báthory, y La mansión de los crímenes, esta última rodada para la Amicus , la productora rival de la Hammer . Aunque Ingrid también intervendría en la clásica El hombre de mimbre (1973), se prodigaría poco en la interpretación y la citada “trilogía vampírica” es en realidad lo más recordado de ella. Con apariciones esporádicas en la pequeña y gran pantalla hasta recientemente (Sea of Dust, de 2008, una vez más como reclamo debido a su estatus de leyenda del fantástico), se ha dedicado durante muchos años sobre todo al oficio de escritora y periodista desde su hogar en Londres. Su autobiografía, aparecida en 1999, se titula Life's A Scream: The Autobiography of Ingrid Pitt.
Curiosamente este verano comencé a confeccionar un artículo para el blog sobre actrices del cine de terror en el que, naturalmente, Ingrid tenía un papel destacado. Si acabo publicándolo, tendrá que ser ya, por desgracia, a título póstumo. Hace apenas dos años perdimos también a otro de los grandes iconos femeninos del fantástico, Hazel Court.
* Un homenaje... gracioso:
-Ingrid Pitt con Manolo Escobar... ¡Esta da más miedo que las de la Hammer!
La verdad es que era guapísima.....D.E.P.
ResponderEliminar¡Esa nariz tan respingona!
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