Con la adquisición, esta semana,
de Arco de
triunfo, mi diminuta colección de Blu-rays aumenta a 6 unidades
(frente a los más de 400 DVDs originales que he acumulado a lo largo de más de
una década). La verdad es que no tengo ningún interés especial en adquirir
discos en este formato que es hoy por hoy la más moderna y avanzada manera de
ver películas en casa hasta que la marca
de turno decida sacar otra modalidad y se empeñe en que tiremos a la basura las
anteriores (cosa que me tocó hacer con el VHS).
Debido a los tiempos que corren,
últimamente sólo compro películas cuando la situación económica acompaña y, o
bien porque me interesan muchísimo, o bien porque resultan a muy buen precio. Este
último ha sido sobre todo el caso de mis discos en blu-ray, que me han salido
casi todos en torno a los 8-9 euros. La única excepción es una edición especial
francesa de Cisne
Negro que compré por 48 euros y que incluía toda una serie de
complementos como banda sonora, póster, libreto, postales, etc.
En otras ocasiones, al ir a
comprar un DVD me he encontrado con que la versión conjunta DVD+blu-ray+copia
digital costaba exactamente lo mismo que la edición únicamente en DVD y mi decisión ha sido obvia. Esto me ocurrió con Quantum of Solace y Thor.
Posteriormente me hice con una
segunda copia de Cisne Negro en un
videoclub que la vendía de segunda mano y en óptimas condiciones por tan sólo 5
euros porque quería tener también esta película en edición doblada al español,
aunque a decir verdad todavía no he hecho uso de este disco.
La primera entrega de El Hobbit
sí que era un largometraje que quería tener en blu-ray. Creo que estas
películas fantásticas recientes son las que más se benefician de esta tecnología y las que más se pueden disfrutar en un televisor HD, aunque por
supuesto nunca será como en el cine, por mucho que se empeñen los vendedores.
Puede parecer una contradicción que después de esa afirmación haya adquirido una
obra de 1948 y en blanco y negro a la que el formato digital no parece que
pueda sacarle demasiado partido, pero me apetecía probar con un título
“antiguo” y el precio, una vez más, era óptimo.
El siguiente blu-ray que
integraré en mi breve colección será muy posiblemente el de la segunda parte de
El Hobbit en cuanto su precio sea un
poco más asequible, aunque, como ya digo, no me obsesiona acumular estos discos
leídos por “rayos azules”…
Pues yo todavía no tengo lector de Blu-ray y claro tampoco he comprado ninguna película en este formato. No sé cuantas películas tendré en DVD., unas 400 originales y otras tantas pirateadas además de 600 y pico en divx. Las mayoría de las que tenía en VHS se las regalé a un amigo y las otras me deshice de ellas. Ya no me queda ninguna en ese formato.
ResponderEliminarYo para el blu-ray lo que tengo es la Playstation, aunque prefiero dejarla para juegos y no la suelo usar para películas. Algún día de estos igual considero comprar un lector de blu-ray, aunque como ya digo no me obsesiona ese formato ni me atrae especialmente...
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