Tercera y última película Marvel
de 2014, después de la –siempre según mi discutible opinión– destacable Capitán América: El soldado de invierno
y de la más bien fallida The Amazing
Spider-Man 2: El poder de Electro. Acudo a ver todas estas películas de
superhéroes religiosamente (y se da la circunstancia de que estas tres me han
salido además gratis) por razones que he explicado en varias ocasiones: durante
mi adolescencia fui un gran fan de los cómics de todos estos personajes, y
parte de aquella atracción por ellos se ha conservado en mí. Sin embargo, he de
decir que de los Guardianes de la Galaxia leí muy poco en aquellos años y que
entonces ni siquiera tenían exactamente la formación que aparece en esta
versión fílmica que dirige James Gunn.
¿El argumento de la película?
Importa poco; el mismo de siempre: una galaxia en peligro, varios siniestros personajes
que amenazan con destruirlo todo, y un grupo de “elegidos” que más que héroes
son antihéroes (básicamente delincuentes) y que serán los únicos tan valientes
o tan locos como para intentar pararles los pies a los villanos de la función.
Adornando este argumento tan tópico, una esmeradísima producción artística que
toma la forma de punteros efectos especiales e infográficos (dos de los
personajes principales están enteramente generados por ordenador), imaginativos
maquillajes, elaborados vestuario y atrezzo y sugestivos decorados. Al final,
vuelve a ser una muy cuidada forma lo que compensa un contenido que podría llegar
a calificarse de nimio, anodino o mediocre.
Personalmente salgo de la
película con una sonrisa interior, con renovado “espíritu juvenil”, como si volviera a
aquellos films de los 80 que con tanto entusiasmo disfrutaba, porque me lo he pasado estupendamente durante
sus dos horas, y eso, más que otra cosa, es lo que valoro de mis visitas al
cine. No espero ver obras profundas y trascendentales, no es lo que me va.
Siempre me ha maravillado la ciencia ficción y me encanta fantasear con sus
miles de universos y propuestas, y eso lo consigue para mí Guardianes
de la galaxia de una manera que no esperaba. El tono ligero, el
humor de los personajes protagonistas, esta vez me parece acertado, consistente
y digerible, sin engaños. El director no intenta alternarlo con momentos más
dramáticos y trascendentales que sólo consiguen desorientar al espectador como
hiciera Joss Whedon en Los Vengadores,
elección que para mí estropeó esa película y no consiguió sacarle todo su jugo.
En el reparto principal
encontramos a Chris Pratt como Starlord, la
siempre sensual Zoe Saldana como Gamora, el
luchador Dave Bautista como Draz, y las
voces (en la versión original, claro está) de Vin
Diesel y Bradley Cooper dando vida a los peculiares Groot y
Rocket, respectivamente. Entre el extenso elenco de secundarios podemos citar a
Glenn Close, John C. Reilly, Michael Rooker o Benicio del Toro. La película
termina anunciando su continuación, prevista para 2017. Muy seguros debían de
estar los estudios Disney del éxito del film cuando se atrevieron a avanzarla
tan claramente.
Y, el año que viene, los
marvelófilos podemos esperar Los
Vengadores 2, El Hombre Hormiga y
un reboot de Los 4 Fantásticos. A ver qué tal están….
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