Me encantan las biografías de
actores, directores y músicos. Su lectura me resulta siempre agradable, fluida e
interesante, cuestión de unos pocos días, lo que en mi caso es un período corto
a la hora de acabar un libro ya que no puedo leer con la misma facilidad con la
que lo hacía antaño. Encontré recientemente el best-seller que sobre Grace Kelly escribió Donald Spoto en 2009 (aquí publicado dos años más
tarde) en edición de bolsillo por 9,95 euros y decidí añadirlo a mi colección.
Curiosamente, es el cuarto trabajo que tengo de este escritor norteamericano
afincado en Dinamarca después de sus libros sobre Ingrid Bergman, Audrey
Hepburn y Alfred Hitchcock (La cara
oculta del genio). Ha sido fruto más de la casualidad que de que sea
especialmente seguidor del autor.
Nunca hasta ahora había
profundizado demasiado en la vida de Grace Kelly. Siempre me ha parecido una
actriz bellísima, he visto varias de sus películas y todas me han gustado
mucho, pero sólo conocía su vida y su biografía de una manera general. Me
sorprende e interesa por lo tanto mucho de lo que leo en el libro de Spoto;
nunca se cansa uno de aprender cosas nuevas. No sabía, por ejemplo, que la
actriz había participado en tan sólo once largometrajes, la mayoría rodados en
el cortísimo período de dos años (1954-1956), que el grueso de su carrera
profesional se desarrolló en la televisión y el teatro. Me resulta gracioso
leer que era extremadamente miope (este hecho sí que lo conocía), que tuvo un
idilio con el vividor de Oleg Cassini (ex-marido de Gene Tierney), que, como tantas
personas de su profesión, Grace era muy tímida y reservada. Chocante descubrir
que muchos de sus trabajos –hoy en día considerados grandes clásicos– no fueron
bien recibidos por la crítica, que incluso ella mismo no los consideró buenos;
que la Metro –que la tenía contratada– llegara a considerarla persona non grata en sus estudios debido
a que rechazó numerosas propuestas profesionales (¿cómo se puede considerar
“non grata” a Grace Kelly?). Me alegra comprobar que era una mujer inteligente
que, llegado el momento, supo coger las riendas de su carrera y elegir las
películas en las que quería participar. Que estaba asqueada del infierno que
era Hollywood hasta el punto de considerar alejarse de él nada más comenzar a
ser famosa…
Por el contrario, la fulgurante
estrella de Grace Kelly se me cae en picado en el momento en que el Príncipe
Rainiero entra en su vida, desde que forma con él en un matrimonio que se me
antoja algo artificial que la convierte en princesa de Mónaco. Y es que no
siento ninguna, ninguna simpatía por la realeza ni por la aristocracia, ni en
general por ningún tipo de aprovechados a gran escala. Y eso que Spoto –en las
pocas páginas que dedica a la vida post-Hollywood de Grace– se empeña en
hacernos ver que fue una princesa humanitaria y preocupada por su pueblo, que
consiguió acabar con varias estúpidas y obsoletas costumbres de la corte, que
se la podía ver en las cafeterías del principado hablando con la gente de a pie
como si fuera una más, que impulsó enormemente la cultura del estado, que fue,
en resumen, una mujer con los pies en la tierra y que nunca perdió el norte ni
olvidó sus orígenes más humildes.
Una sorpresa final fue el
descubrir que propuso y produjo una última película durante los primeros 80, Rearranged, en la que aparecía
interpretándose a sí misma. Este trabajo, de apenas media hora de duración, iba
a ser ampliado y estrenado cuando Grace Kelly tuvo el fatal accidente
automovilístico que nos quitó para siempre a los cinéfilos la esperanza de
poder ver a la encantadora actriz de nuevo en las pantallas.
En resumen, el de Spoto me ha
resultado un libro placentero de leer que, por supuesto, me ha enseñado cosas
nuevas sobre la persona a la que está dedicado. La gran mayoría de sus páginas
se centra, como quizá sea de esperar, en los años como actriz de Grace Kelly,
1950-1956, con tan sólo unas pocas dedicadas a su infancia, adolescencia y vida
como consorte de Rainiero. Me apunto en mi larga lista de tareas pendientes el
visionado de algunas de las películas de Grace Kelly que Spoto destaca como entre
sus mejores trabajos y que aún no he visto: La
angustia de vivir, El cisne y Alta sociedad. Esta última,
curiosamente, es el subtítulo del libro original, que ha sido desacertadamente
eliminado en la versión española.
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