"Un hombre que limita sus intereses limita su vida" (Vincent Price)

sábado, 7 de julio de 2012

Hank Garland / Crazy

La doble temática de esta entrada –música y cine– me da pie a ubicarla en ambas secciones del blog y hablar, no sólo de la película, sino también del músico que la inspiró: se trata de Crazy, dirigida por Rick Bieber en 2008 y basada en parte de la vida de Hank Garland. Como muchos otros pioneros de la guitarra eléctrica, este oriundo de Cowpens, Carolina del Sur, EE.UU. nacido un 11 de noviembre de 1930, permanece todavía mayoritariamente desconocido para el gran público. Y es que, como ya comentaba en un pasado artículo sobre otro colega suyo, mi admirado Scotty Moore, la figura del guitar hero no existía en los tiempos en que estos músicos (y tantos otros genios como Grady Martin o Cliff Gallup, por citar sólo un par de ejemplos) legaban al mundo el grueso de sus grabaciones más importantes y seminales (años 40 y 50). Entonces casi nadie les reconocía como los virtuosos precursores que eran, y la mayor parte de ellos se malganaban la vida como músicos de sesión, productores o arreglistas. Sólo el tiempo y la perspectiva han conseguido ponerles en un lugar medianamente justo y parejo a su leyenda.

Walter Louis Garland fue un niño prodigio que ya desde bien pequeño tocaba la guitarra y que era profesional incluso antes de cumplir la mayoría de edad. Con 19 años graba el instrumental Sugarfoot Rag, de ventas millonarias y que le gana también su sobrenombre de “sugarfoot”. Los comienzos de Garland son en el country, pero pronto se interesa también por el jazz, donde logra igualmente destacar, y también se adapta fácilmente al rock and roll cuando emerge en los años 50. Toca y graba con gente como Eddy Arnold, “Cowboy” Copas, Patsy Cline, Roy Orbison y Elvis Presley y llega a publicar varios LPs entre 1960 y 1962. En 1961, un accidente de coche le deja en coma, y cuando se recupera, debe aprender a hablar, caminar y tocar de nuevo. Nunca vuelve a ser el mismo ni logra reanudar su carrera artística, y las terapias de electrochoque a las que le someten acaban mermando seriamente sus capacidades. Fallece el 27 de diciembre de 2004 a los 74 años de edad, mientras él y su familia estudiaban un segundo proyecto de llevar su vida al cine…

Tras esperar en vano que esta biopic se estrenará en salas españolas, y después que llegara al menos en formato doméstico, por fin consigo dar con ella en internet. La he encontrado sin ningún tipo de subtítulos, por lo que he tenido que verla en inglés “a pelo” y me ha resultado bastante difícil entenderla, sobre todo por el acento sureño de su actor protagonista, Waylon Pane, que por supuesto interpreta a Garland. Sin duda este handicap puede haber condicionado mi visionado del film de Bieber, pero lo cierto es que no he quedado especialmente fascinado por él. Me gusta la época en la que se ambienta, su estética, la mayoría de la música, las preciosas guitarras que aparecen, el reconocer a personajes históricos de la música como Kitty Wells, Patsy Cline, Hank Williams o Elvis Presley, pero la película me parece más un telefilm de sobremesa que otra cosa, con buena parte de ella centrada en la relación del guitarrista con su esposa Evelyn (Ali Larter). Los productores ni se han complicado en encontrar un actor con un mínimo parecido con el homenajeado o al menos en caracterizarlo, y al Garland físicamente vulgar y de prominentes entradas lo sustituye un Waylon Pane (quien, curiosamente, también interpretó a Jerry Lee Lewis en En la cuerda floja) apuesto, seductor y de flamante tupé rubio. El infortunado accidente del guitarrista y sus secuelas también parece que se pasan de forma muy rápida hacia el final de Crazy. En resumen, es un film que me alegro de haber visto, porque me gustan mucho este tipo de trabajos sobre músicos de aquella época, pero que no logra calarme demasiado. Espero poder verlo algún día en mejores condiciones, ya sea con subtítulos (incluso en inglés) o doblada.


No hay comentarios:

Publicar un comentario