Película del director Lee Toland Krieger que prácticamente
descubro en la cartelera cinematográfica y que principalmente acudo a ver por
la presencia de Harrison Ford y por su interesante propuesta
argumental: una mujer que, a raíz de un curioso accidente, deja de envejecer a
los 29 años. La trama comienza casi ocho décadas después de eso, y a través
de los característicos flashbacks, vamos conociendo la historia de este
extraordinario personaje, Adaline Bowman (Blake Lively).
La historia pronto deriva
hacia la más banal, bobalicona y manida historia de amor con chico guapo, pesado e
intachable (Michiel Huisman), hasta que aparece
Ford quien, como es fácil de prever –no creo que sea un spoiler– resulta ser un
antiguo amor del pasado de Adaline. Desde este momento, para mí la cinta
sube muchos enteros, no sólo por el gran cariño que siento por el actor, sino
porque su personaje aporta un interés, un carisma y unas emociones que no logra
aportar el de Huisman.
La película, por
desgracia, se decide por un final fácil, al uso, y también predecible, que hace
que para mí no logre superar la mediocridad, o que se sólo lo haga
parcialmente. Otro film dentro del circuito comercial con algunos aspectos
interesantes y que podría haber dado mucho más de sí de no estar dirigido a
satisfacer al gran público y a recaudar taquilla. Pero, esto es Hollywood, ¿no?
Yo la "descubrí" casi casi como indicas, pero no me he decantado por ella porque me da la sensación de ser simplonamente romántica, por lo que ya me esperaré a que algún día alguna televisión la emita (y el menda, yo, no tenga otra cosa que hacer)
ResponderEliminarTengo que decirte que yo soy un incansable batallador en la lucha de "romántico vs. sentimental", términos que creo andan confundísimos en estos tiempos. Yo he sido siempre un apasionado de las historias románticas, pero creo que no tienen nada que ver con estas historietas de amor que nos muestra Hollywood. Observa que he evitado el término a propósito en el artículo precisamente para evitar confusiones y porque los elementos románticos de Adaline -en última instancia, la inmortalidad- son escasos....
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