Siento cierta debilidad
por el cine francés actual y, para qué negarlo, también por sus actrices. Y la presencia de Alice Taglioni en las
producciones galas para la gran pantalla difícilmente me ha podido pasar
desapercibida en los últimos tiempos: muy alta, delgada, de rostro algo
anguloso, cabello rubio y sensuales ojos color avellana, esta pianista que recurrió a
la interpretación para vencer su timidez y que nació en Ermont un 26 de
julio de 1976, comenzó su carrera profesional hace catorce años, aunque yo no
la descubrí hasta la simpática El juego de los
idiotas en 2006. No ha sido hasta más recientemente que he podido
ver algunos otros de sus trabajos, no muchos por el momento: no sólo otras
comedias como French Women (2014,
la primera vez que he podido ver a Alice en pantalla grande) o Paris-Manhattan (2012, una película concebida para su lucimiento en la que
es la absoluta protagonista), sino también policíacos como La presa (2011) o la más olvidable Colt 45 (2014), en la que nuestra homenajeada tiene un
breve papel. Seguiremos atentos a su trayectoria, ni qué decir tiene…
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