Con motivo de su ochenta
cumpleaños, la mítica Sophia Loren publica un libro de memorias al que ha
dado el título de una de las muchas películas que rodó a las órdenes de
Vittorio De Sica, Ayer,
hoy y mañana. Se trata de una obra sencilla, muy personal y
emotiva y, según entiendo, escrita por la mano de la propia actriz, en la que
rememora tanto algunos de los mejores momentos de su vida como todo lo
contrario, vivencias difíciles como su dura infancia en la pobreza y abandonada
por su padre, los terribles años de la guerra o, cosa que desconocía, su paso
por la cárcel a principios de los 80, donde estuvo retenida un mes por una
supuesta evasión de impuestos que ella siempre ha negado.
Entre las alegrías, su
amistad con Cary Grant, su matrimonio con Carlo Ponti o su larga relación
profesional con Marcello Mastroianni, el ya mencionado De Sica, o Richard
Burton, para los que no falta un cariñoso recuerdo en el libro, así como el
nacimiento de sus hijos y nietos. Sophia también da cuenta de los encuentros
“delictivos” de su vida, como cuando un ladrón apodado “El gato” (como el
personaje de Cary Grant en Atrapa a un
ladrón) le robó sus más valiosas joyas, la intrusión posterior de unos
maleantes en su habitación del hotel mientras estaba con su hijo pequeño,
o la repetida aparición de un demente escapado de un manicomio en su
chalet.
He leído muchas
biografías de actores y actrices, algunas de ellas firmadas por ellos mismos,
pero esta es un tanto especial al tratarse de un libro reciente y actual
escrito además por una persona que sigue con nosotros. Con Ayer, hoy y mañana tiene uno, no sólo la sensación de estar leyendo
la vida de una de las grandes actrices de la historia del Cine, sino también de
estar escuchando las historias de una entrañable abuelita, lo que, al fin y al
cabo, es lo que es también Sophia Loren.
Muchas curiosidades y
anécdotas del libro me han chocado o me han llamado la atención: ninguna
mención a Stephen Boyd al hablar de La
caída del Imperio Romano (a pesar de las alabanzas para Alec Guinnes y Omar
Shariff), algún dato despistado que no sé si se puede achacar a la propia
escritora o a la traducción (comenta que Cary Grant e Ingrid Bergman estaban
rodando Encadenados a finales de los
50 cuando debe de estar refiriéndose a Indiscreta),
o cosas como que fue rechazada en sus comienzos por algunos
productores y directores debido a sus rasgos atípicos. A este respecto, llama
la atención el pasaje en el que modestamente sugiere que Marilyn Monroe era la
actriz más bella del cine cuando para mí no hay comparación entre americana e
italiana. Interesante lección sobre el físico y la belleza la de esta mujer,
que además demuestra tener mucha personalidad cuando cuenta que se negó a
operarse la nariz y matiza que hay que saber jugar con las cartas que uno
tiene, y que esos rasgos más peculiares o diferentes son precisamente lo que
dan una hermosura especial y única a las personas. Muchas actrices de hoy en
día deberían tomar nota del consejo de esta veterana y dejarse de cirugías
horripilantes que no hacen más que deshumanizarlas.
Como suele ocurrir cuando
leo la biografía de alguien, me entran ganas de profundizar más en su obra. A
pesar de que Sophia Loren es una actriz a la que conozco desde bien joven, constato que apenas he visto una docena de sus casi cien interpretaciones. Otra tarea que me
tengo que apuntar a mi larga lista de deberes…
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