Psicosis: Robert
Bloch y la novela
Robert Bloch |
Psicosis, una novela sencillita y breve
(menos de 200 páginas) de fácil y cómoda lectura claramente enfocada al comercial
mercado de los best-sellers, se
centra en el personaje de Norman Bates, un
hombre de 40 años obeso, con gafas, propenso a la calvicie, de aseo descuidado
y con cierta afición a la bebida que vive totalmente dominado por su posesiva
madre. Es un individuo solitario que regenta un modesto hotel de carretera en
horas bajas, que ha vivido toda su vida en un viejo caserón decimonónico y que
llena su tiempo leyendo libros, principalmente de ocultismo.
Un buen día, Norman recibe la visita de Mary
Crane, una joven secretaria de una inmobiliaria de Texas que ha robado a su
jefe 40.000 dólares que planea entregar a su novio Sam para ayudarle a pagar
las deudas de su negocio. Mary ha viajado cientos de kilómetros para reunirse
con su amado cuando decide descansar en el Motel Bates, pero allí es
asesinada por una anciana que parece ser
la madre de Norman.
No es hasta alcanzados dos tercios de la
novela que el lector descubre que la señora Bates lleva veinte años muerta y todavía
se ha de avanzar más la lectura del libro para verificar que, en realidad,
Norman es un psicópata que se trasviste y que ha asumido la personalidad de su
progenitora, y que incluso vive con el cadáver desenterrado de ésta en su lúgubre
hogar. Él mismo la envenenó a ella y a su amante, aunque en su momento la
policía no lo sospechó.
Sam, Lila (la hermana de Mary) y el
investigador Arbogast, que sigue el rastro del dinero robado, intentarán dar
con la desaparecida fugitiva, descubriendo finalmente el macabro secreto de Norman
Bates.
Con un presupuesto menor de lo habitual en
las producciones del genio inglés, filmada en blanco y negro y sin estrellas de
la talla y el carisma de Cary Grant, James Stewart o Grace Kelly, la adaptación
al cine de Psicosis se estrenó en los
Estados Unidos un 16 de junio de 1960 (el 2 de abril de 1961 en España) y se
convirtió de inmediato en un gran éxito de público sobre todo gracias a las
astutas estrategias promocionales de su director. Las críticas fueron
enfrentadas, y la Academia de Cine de
Hollywood la nominó en cuatro categorías (director, dirección artística,
fotografía y actriz secundaria), aunque no ganó en ninguna de ellas. Hoy en día
es una de las películas más conocidas y representativas de Hitchcock y todo un
ejemplo del cine de terror y suspense que se estudia en todas las escuelas de
la disciplina fílmica.
La adaptación del relato de Bloch por parte
del guionista Joseph Stefano fue en general
bastante fiel, con la importante excepción de que el personaje de Norman Bates
tiene menos protagonismo en el film (en la novela aparece en casi toda la
primera mitad) y las supuestas conversaciones de aquel con su madre están
básicamente eliminadas, puesto que estas sólo ocurren realmente en la mente del
perturbado y este engañoso recurso es más difícil de usar en el medio
audiovisual.
Lo más reprobable, cuanto menos discutible,
que se le puede echar en cara a Alfred Hitchcock es la elección de un actor
físicamente tan dispar al Norman Bates del libro como era Anthony Perkins: delgado, apuesto, doce años más
joven que el personaje literario y con aspecto de niño desvalido, el intérprete neoyorquino distaba enormemente de parecerse al psicópata creado por Bloch
inspirado en el editor Calvin Beck y más remotamente en el asesino necrófilo Ed
Gein. Quizá la elección de alguien con un físico tan diferente al del Bates
novelístico no fue tan mala idea después de todo, ya que un protagonista más grotesco
y con un aspecto menos inocente y atractivo hubiera resultado mucho más
sospechoso para el espectador. Al fin y al cabo, aunque es fácil relacionar la
figura del psicópata con el clásico tipo solitario y raro, algunos de los
asesinos en serie más populares –o infames– han sido personas carismáticas y
con don de gentes.
El resto del reparto inicial lo formaron Janet Leigh en el que es quizá su papel más
recordado (aquí se llama Marion en lugar de Mary), el fornido John Gavin como Sam Loomis, Vera Miles como Lila Crane, y Martin Balsam como el detective Arbogast. No hay
que olvidar tampoco la sensacional y muy reconocible banda sonora del gran Bernard Herrmann ni la inolvidable Mansión Bates,
dos “personajes” de la película por derecho propio.
Entre las secuencias creadas expresamente
para el film o notablemente alteradas, destaca la del policía con cara poca
amistosa que sorprende a Marion durmiendo en el coche o la inicial, en la que
Sam y Marion están en un hotel y hacen planes para el futuro. La primera no
existe en la novela, mientras que la segunda no es exactamente igual: la pareja
se conoce en un crucero, después mantiene correspondencia y sólo se ven en
una ocasión más y es en el pueblo de él. Además, la larga conversación entre
Marion y Norman mientras ella cena transcurre en la propia casa en el libro, y
no en el motel.
Referencias
psicóticas
Psicosis, tanto en su formato novela
como en el de película, trajo consigo toda una serie de secuelas, precuelas y
remakes: en 1982, Robert Bloch publicaba Psycho II, en la que Norman Bates escapaba del
hospital mental en el que estaba y se encaminaba hacia Hollywood, donde estaban
rodando una película basada en sus crímenes. Ocho años más tarde, Bloch
completaba la “trilogía Bates” con Psycho House, libro en el que Norman Bates ya
ha fallecido y su famoso hogar es reconstruido con fines turísticos. Una
escritora viaja a Fairvale para documentarse sobre su proyecto biográfico sobre
Norman cuando, por supuesto, comienzan a ocurrir misteriosos asesinatos.
Ninguna de estas novelas tiene nada que ver con las secuelas cinematográficas
que ahora veremos…
También en 1982 Anthony Perkins, quien para
bien o para mal quedaría para siempre vinculado al personaje para el que le
escogió Alfred Hitchcock, protagonizaría Psicosis II: el regreso de Norman, dirigida
por Richard Franklin, en la que volvía encarnar a un Norman Bates que salía del
psiquiátrico presuntamente curado veintidós años después de los hechos del film
original. La cinta –en la que también reaparecía Vera Miles con su personaje de
Lila Crane– resultó un producto aceptable sobre todo teniendo que medirse con
su mítico precedente. Menos interés despertaron Psicosis III (dirigida por el mismo Perkins en
1986) y Psicosis IV: El comienzo (Mick
Garris, 1990), esta última directamente para televisión y con el personaje
interpretado parcialmente por Henry Thomas cuando es representado en su
juventud y por Ryan Finnegan cuando es niño.
En 1987 se grabó el episodio piloto de Bates Motel,
serie que no conseguiría despegar (parece que el mismo Perkins se opuso a ella).
El propio Norman Bates no aparecía en él, y era sustituido por un antiguo
compañero del manicomio que asumía su papel. Mejor suerte ha tenido este mismo
año la nueva serie de igual título, que nos presenta a un Norman Bates que
llega a la mansión junto con su madre cuando es adolescente (lo cual no respeta
la historia de la novela, en la cual Norman ha vivido siempre en la casa y el
motel ha sido construido por la mujer). Además, la acción se sitúa en la actualidad,
ya avanzado este nuestro siglo XXI. De momento estoy siguiendo la serie, pero
no me atrevería decir que me esté fascinando. Lo mejor es la presencia de los
dos clásicos edificios de la saga, el caserón y los apartamentos. Norman es
interpretado por el joven Freddie Highmore,
mientras que la señora Bates tiene el rostro de Vera
Farmiga, y no es ni tan puritana ni tan poco atractiva como la original.
Como secundario aparece Nestor Carbonell, actor que hubiese sido un perfecto
Norman Bates adulto por su gran parecido con Anthony Perkins.
En 1998 Hollywood cometió uno de esos
tropiezos tan repetidos en su industria como fue atreverse con un remake de la obra maestra de Hitchcock que para
más inri calcaba todos los planos del film original. Dirigido por el
habitualmente interesante Gus Van Sant, el
reparto estaba encabezado por Vince Vaughn
(Norman), Anne Heche (Marion), Julianne Moore (Lila) y
Viggo Mortensen (Sam). Personalmente nunca he sentido el menor interés por
verlo y no sé si algún día me atreveré a abordarlo. Ya he manifestado en otras
ocasiones que no me opongo radicalmente a los remakes, y que hay algunos que me
parecen buenos, pero en este caso me parece que la versión de Van Sant poco
puede aportar de original o novedosa y no me llama la atención.
Recomendación obligada y reciente es, por
último, Hitchcock,
película estrenada en España este mismo año (el pasado en su país de origen,
EE.UU.) dirigida por Sacha Gervasi y que se
centra precisamente en el dificultoso rodaje de Psicosis. Un Anthony Hopkins muy
bien caracterizado y más comedido de lo que es habitual en él interpreta al
mismísimo Alfred Hithcock, mientras que una estupenda Helen
Mirren encarna a la esposa del director, Alma. Un atractivo reparto
encarna a los personajes principales relacionados con el film: Scarlett Johansson es Janet Leigh, Toni Colette la secretaria de Hitchock Peggy
Robertson, Jessica Biel hace de Vera Miles,
un acertado James D´Arcy revive a Anthony
Perkins, y un recuperado Ralph Macchio es el
guionista Joseph Stefano. Hasta el mismísimo Ed Gein interviene con el rostro
del actor Michael Wincott en varias escenas
donde el director mantiene varias conversaciones imaginarias con él. Ni qué
decir tiene que, siendo fan de Hitchcock, esta era una de las películas que más
ganas tenía de ver este año y que acudí a su estreno cinematográfico en cuanto
me fue posible.
Mary empezó a gritar. Entonces la abertura de las cortinas se ensanchó y
apareció una mano, armada con un cuchillo de carnicero. Un cuchillo que cortó
su grito.
Y su cuello.
(Psicosis, Robert Bloch)
Excelente presentación y análisis de "Psycho", al igual yo soy admirador de Hitchcock. Un excelente director, aunque no he tenido la suerte de ver toda su obra, sino que poquisima muestra de tal repertorio monumental de filmografía.
ResponderEliminarPues hoy en día es mucho más accesible que hace unos años, seguro que puedes encontrar fácilmente casi toda la filmografía del maestro. A mí aún me quedan por ver algunas de sus películas inglesas...
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