"Un hombre que limita sus intereses limita su vida" (Vincent Price)

domingo, 21 de octubre de 2012

Looper

Voy a tener que plantearme esto de prendarme de actrices tan prolíficas como lo es Emliy Blunt porque terminaré arruinándome intentando seguir fielmente sus trabajos: nada menos que cinco largometrajes ha estrenado la londinense en nuestro país este año: La pesca del salmón en Yemen, que pudimos ver el pasado mayo, El amigo de mi hermana y Eternamente comprometidos (ambas en septiembre ) y Looper este mismo mes, además de su pequeña intervención en Los Muppets, único de estos títulos que no he visto en pantalla grande y que destiné finalmente para formato doméstico. La chica está viviendo desde luego un gran momento profesional y no parece faltarle trabajo, más aún teniendo en cuenta que se compromete por igual a participar en grandes superproducciones de Hollywood que en películas independientes, abarcando por ello una amplia gama de posibilidades artísticas.

Tras una serie de comedias más íntimas y sencillas, Emily se traslada con esta Looper de Rian Johnson al terreno de la ciencia ficción: en el año 2074, el hombre ha descubierto como viajar en el tiempo, pero este proceso está prohibido. Sin embargo, las bandas mafiosas lo utilizan para enviar a personas que quieren ejecutar hasta tres décadas atrás –el presente de la película– donde secuaces especializados –los loopers del título– las eliminan con impunidad. Joe (Joseph Gordon-Levitt) es uno de estos matones que un mal día descubre que le han enviado a su propio yo futuro (Bruce Willis) para que acabe con él, cosa que no hace, iniciándose por ello toda una serie de peripecias que pondrán en peligro las dos épocas en las que vive el protagonista, presente y futuro.

El personaje de Emily Blunt (Sara) tarda un poco en aparecer en la cinta, pero se impone más que relevante en el devenir de la historia al ser la madre de un niño muy especial con el que querrá acabar el Joe mayor y al que se empeñará en proteger el Joe joven. Con ello, una inevitable ristra de conflictos, dudas y cuestiones habituales en las películas que tratan el tema del viaje en el tiempo: ¿cómo afectará el comportamiento de uno u otro Joe a su versión de otra época? ¿Podemos cambiar el pasado o modificar un futuro que, en realidad, ya ha ocurrido? ¿Es el tiempo cíclico? ¿Se puede romper o alterar ese ciclo? La película se desarrolla con una trama que, sin ser especialmente original, tampoco es por ello aburrida, y que tiene un ritmo algo contrapuesto que combina escenas más sosegadas, digamos “de conversación”, con otras de tensión y tiroteos, por fortuna, no demasiadas y más o menos bien repartidas para equilibrar la narración y dotarla de cierta y agradecible carga dramática. El trío protagonista me parece lo suficientemente efectivo y correcto, siendo el personaje de Bruce Willis el menos atractivo de los tres sobre todo en algunos momentos en que parece estar recorriendo de nuevo sus habituales “junglas de cristal”. Aún con todo, su presencia es indispensable en la trama y sirve como contrapunto a la pareja protagonista, Gordon-Levitt y Blunt, ganando el personaje de esta última interés conforme avanza la historia.

Por cierto, la película es futurista y tiene algunos modernos gadgets y máquinas, pero no esperéis algo en la línea de Desafío total, con avanzados robots, artefactos prodigiosos y kilométricos rascacielos: buena parte de ella transcurre en un sencillo ambiente rural, en la granja en la que trabaja el personaje de Emily Blunt a la que, alejada de sus más habituales chicas elegantes y sofisticadas, encontramos aquí haciendo de redneck rubia, de manos callosas y tostada por el sol. Sigo prefiriéndola morena.

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