Revisitando una vieja película del género
fantástico que vi en mis años mozos –El
jinete del tiempo– me he reencontrado con una actriz que me era bastante
familiar en aquella época, los 80, y que, sin embargo, había prácticamente
desaparecido de mi banco de datos fílmicos cerebral. El olvido parece bastante
justificado, ya que la chica en cuestión, Belinda Bauer, abandonó la interpretación hace
ya dieciséis años. Quiero aprovechar la excusa de esta reunión cinematográfica
para recordar un poco la no muy larga carrera artística de esta australiana…
Nace como Belinda Jane Taubman un 13 de junio
de 1950, en una familia acomodada dueña de la empresa nacional Taubman Paints.
Su atractivo físico pronto la encamina a flirtear con diversos concursos
de belleza de Sydney y a la inevitable carrera de modelo –también estudia
ballet–. Finalmente, acaba abandonando su país para buscar fortuna en EE.UU.
como actriz.
En su época de modelo, portada de la revista Esquire en 1977 |
Los ochenta serán la mejor época de Belinda
–quien ya ha adoptado el apellido artístico Bauer– en lo que a cine y
televisión se refiere, ya que alterna durante toda la década ambos medios.
Curiosamente, va a ser una habitual de las producciones fantásticas, género que
me gusta mucho y que es la principal razón de que la actriz me llamara la
atención en su momento: prueba de ello son los telefilmes El arquero de fuego, Mi querida
extraterrestre y hasta una curiosa adaptación de El retrato de Dorian Gray de Oscar Wilde
(Sins of
Dorian Gray) en la que ella misma interpreta al personaje del
título. Para la gran pantalla interviene en la ya clásica Flashdance, compitiendo en
sensualidad con la protagonista Jennifer Beals, en la ya citada El jinete del
tiempo y, hacia finales de la década, en los que probablemente sean
sus dos películas más populares e interesantes: Robocop 2 y el thriller Los crímenes del rosario.
En Robocop 2, uno de sus trabajos más populares |
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