Años antes de que Michael J. Fox retrocediera
al lejano oeste con su famoso Delorean, ya lo había hecho el bueno de Fred Ward con una sencilla motocicleta
customizada; eso sí: su viaje, al contrario que el de Marty McFly, no fue
voluntario: participando en unas pruebas de motocross, el experto piloto
interpretado por Ward cruza accidentalmente una zona en la que están probando
un dispositivo experimental de viaje en el tiempo. Sin ser consciente de ello,
se encuentra de repente en un pequeño pueblecito mexicano en el que todos
visten “a la antigua”, en el que residen un peculiar sacerdote (Ed Lauter) y una bella pistolera (Belinda Bauer) y al que acosa la inevitable banda
de forajidos liderada por el malo de turno (un simpático Peter Coyote), que ahora se empeña en apoderarse de
la extraña máquina rodante en la que ha llegado el desprevenido viajero temporal.
Efectivamente: El jinete del tiempo (Timerider:
The Adventure of Lyle Swann) es la película que motivó mi anterior entrada-homenaje
a la actriz Belinda Bauer, y que revisité esta semana después de muchos, muchos
años. Recuerdo haberla visto en mi adolescencia –creo que en la desaparecida
Terraza Nit de mi localidad– pero ni siquiera me acordaba ya ni de quiénes eran
sus intérpretes. Aunque luego he visto muchas otras películas de Ward y de
Coyote, este fue posiblemente mi primer encuentro cinematográfico con ambos. No
recuerdo la impresión que este film de
William Dear me produjo en su momento; es
posible que para alguien de la edad que yo tenía entonces pudiera ser
emocionante, pero a día de hoy me parece una película nimia y bastante simple a
la que no ayuda precisamente la horrible banda sonora (sintetizadores a
mansalva: ¡eran los 80!), la escasa trama, y la mayoría de interpretaciones un
tanto superficiales. Si algo salva el largometraje es el habitual filtro nostálgico
con que se vuelven a ver todas aquellas cintas que, en mayor o menor medida,
forjaron en los cimientos de nuestro amor por el Cine.
Oh, por cierto: hay en Timerider una divertidísima anécdota de esas sobre “paradojas
temporales” tan habituales en películas de viajes en el tiempo que fue incluso
parodiada en la serie Futurama: el
protagonista tiene una relación íntima con la chica en la cinta y acaba descubriendo que es... ¡su propio tatarabuelo!
Aficionado desde siempre al género en el que se enmarca esta película (los viajes en el tiempo), recuerdo que la alquilé en uno de los muchos videoclubs que frecuentaba por mi ciudad en unos años (hace muchos ya) en los que tener un vídeo en casa era un auténtico acontecimiento... Recuerdo que cuando la veía, estaba pendientemente atento a todos los detalles que rodeaban al film, para comprobar si poseía un "gran presupuesto" o no (?), temiendo haberme equivocado ante la posibilidad de haber cogido una película "barata" y por tanto mala. La recuerdo con agrado pero sin excesivo entusiasmo, pero ya se sabe que los años transcurridos, cargados por una poderosa capa de nostalgia de unos tiempos más sencillos y mejores, convierten a películas en principio normalitas (y a veces simplemente mediocres) en joyas a recordar bajo un particular punto de vista. Con tu post este film ha vuelto a mi saturada memoria gratamente y de manera inevitablemente simpática, por eso no caeré en la tentación de revisionarla, no vaya a ser que el recuerdo se transforme -seguramente- en una manifiesta decepción.
ResponderEliminarSaludos llaneros.
Puede que fuera así, pero es como decimos ambos: la nostalgia nos hace ser más benévolos aunque, en mi caso, al no tener recuerdos claros del film, supongo que no me calaría mucho en mi juventud...
ResponderEliminarTampoco relacionaría inevitablemente "barata" con "mala" ;)
Por supuesto que no puede relacionar siempre y forzosamente el que un film disponga de poco presupuesto con el hecho de que tenga poca calidad, pero en términos generales ambos calificativos en el ámbito cinematográfico son superpuestos; las películas de serie "B", por ejemplo, son por lo general cintas de reducido capital y poca imaginación, llenas de tópicos y previsibles. No obstante, siempre hay honrosas excepciones, por fortuna... Por otra parte, no me atrevería a calificar a "Timerider" como una mala película, dado que no dispongo a estas alturas de un recuerdo lo suficientemente sólido para definirla de este modo. Es más; la impresión que mantengo de la misma, como ya escribí en mi primer comentario, es ciertamente positiva.
ResponderEliminarSaludos llaneros.
Tampoco acabo de estar de acuerdo con eso: hay excelentes películas de serie B, y no pocas. Creo que la gente confunde ese concepto con la serie Z, y sobre eso tengo un artículo a medio preparar por ahí.
ResponderEliminarYo tampoco tengo recuerdos de mi primer visionado de "Timeride". A día de hoy, no me parece una buena película, como ya he dejado claro en el artículo...