El escocés Brian Cox –que hoy precisamente
cumple 66 años– bien podría ser el perfecto ejemplo del “anónimo popular”: un
destacable actor con casi cincuenta años de carrera y cerca de doscientos
trabajos cuyo rostro puede resultar familiar para algunos espectadores, pero
cuyo nombre les es seguramente desconocido. Nadie parece recordar que él fue el
primer Hannibal Lecter cuando, en 1986, Michael Mann llevó por primera vez al
cine la novela El dragón rojo (con el
título de Hunter).
Pero, además de participar en aquel film que no tuvo mucho éxito en el momento de su estreno,
Cox se ha construido una solidísima trayectoria que comenzó principalmente en
televisión durante los años 60 y 70 y cuya faceta cinematográfica prácticamente
no despegó hasta los 90. Probablemente no me fijé con atención en él hasta
verlo en el telefilm Los juicios de Nuremberg (donde está estupendo
como Hermann Göring) y, poco después, en X-Men 2 y Troya, pero hay muchos otros títulos en lo que
le he visto, entre ellos: Agenda oculta, Rob Roy y su “oponente” Braveheart,
Memoria letal,
El
coleccionista de amantes, The boxer, Medidas desesperadas, El misterio del collar, El caso Bourne,
El misterio
de Wells, El color de la venganza, El mito de Bourne, Match Point, Zodiac o, más recientemente, Red
(2008: no confundir con la de Bruce Willis). Y para este año y el que viene ya
tiene siete estrenos programados. ¿He dicho ya lo de la sólida trayectoria? Ved
si es verdad…
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