Primera y última película vistas en 2016 |
¿48 o 52?
48 son las visitas que he hecho a salas
cinematográficas en el presente año. Exactamente las mismas que en 2015, aunque
por supuesto esto no ha sido premeditado. También vuelvo a repetir una de
ellas, ya que vi dos veces Rogue One,
por lo que en realidad son sólo 47 las películas que he visto en cine en 2016.
Curiosamente, el año comenzó igual que acabó el anterior, pues la última
película de hace dos diciembres y la primera del pasado enero fue El despertar de la fuerza;
efectivamente: desde hace décadas tengo la tradición de ver varias veces en
cine (normalmente dos o tres) las películas de esta saga galáctica, algo que
también he repetido con las entregas de Indiana Jones y las de El Señor de los Anillos.
El porqué de la pregunta al comienzo de este
epígrafe viene porque, además de esas 48 películas comentadas, hubo 4 que no vi
en televisión, pero tampoco se puede decir que lo hiciera propiamente “en
cine”: se trata de los largometrajes que disfruté el pasado agosto en los Jardínes del
Casino Viejo de mi ciudad (di breve cuenta en este
enlace) proyectados en vídeo sobre pantalla en una terraza al aire libre.
Dependiendo de cómo se quiera entender dicha proyección, el número de películas
vistas fuera de casa en 2015 se puede considerar entonces 52. No obstante, no
los voy a tener en cuenta en el presente post a la hora de dar datos y
estadísticas referidos exclusivamente a cine.
Frecuencia
2016 comenzó flojito, con sólo 2 películas en enero
y 3 en febrero. La cosa remontó en primavera, siendo marzo y mayo dos de los
meses en los que más acudí al cine (6 veces cada uno). El verano fue menos
prolífico que el de 2015 y la frecuencia de visitas fue menos constante: 2, 5 y
3 respectivamente en junio, julio y agosto (salvo que queramos contar como
“cine” el mencionado ciclo del Casino Viejo: eso remontaría agosto a 7 visitas,
récord histórico). Octubre fue un buen mes con 5 películas, en abril fueron 4 y
diciembre empató con marzo y mayo con 6, una buena despedida de año
cinematográfico. Hubo algunos meses poco inspiradores, con películas que no me
llamaban la atención o algunas que sí lo hacían, pero que por una razón u otra
(más frecuentemente por no llegar a mi ciudad) no estuvieron a mi alcance. El
resto de los meses no enumerados vi 3 largometrajes en cada uno.
-6 películas: marzo, mayo y diciembre
-5 películas: julio y octubre
-4 películas: abril
-3 películas: febrero, agosto, septiembre y
noviembre
-2 películas: enero y junio
Géneros
El fantástico, cómo no, sigue siendo mi predilección |
Países
productores
Ninguna sorpresa tampoco respecto a los años
anteriores. Siguen imperando las coproducciones entre varios países, lo que
no tiene nada de extrañar habida cuenta de lo caro que es financiar un
largometraje (más aún si está destinado al circuito comercial, que es el caso
de la mayoría de los que veo). En producciones exclusivas de una sola nación
vuelve a destacar EE.UU. y el todopoderoso Hollywood con 22 películas, seguida,
curiosamente, España, aunque muy distanciada con sólo 4 cintas. El Reino Unido y
Francia cierran este pequeño podio, con una sola producción cada uno de entre
lo que he visto este año en cine. Como coproductores siguen destacando los
países de habla inglesa: Estados Unidos (16), Reino Unido (10) y Canadá (4),
mientras que otros países europeos como España y Francia, o asiáticos como
China y Japón participan más tímidamente en estas asociaciones
artístico-comerciales (2 películas cada uno)
Salas de cine
Seguimos sin sorpresas: Alucine, el cine de mi
localidad, ha sido el que más habitualmente he visitado. Lo tengo cerca, es
barato y me resulta cómodo, y siempre lo preferiré a cualquier otro local al
que me tenga que desplazar en coche durante varios kilómetros, por muchas luces
y parafernalia con la que me quieran atraer. No obstante, he de decir que en
ocasiones no me queda más remedio que renunciar a este principio y viajar a la
cercana capital valenciana para ver películas que temo que no van a llegar
aquí. Este fue el caso de La venganza de
Jane y Gernika, que vi
en Kinépolis
(Paterna), el documental Hitchcock/Truffaut (Babel,
Valencia) y la reposición de Los Goonies (Aragó,
Valencia). Además, por un compromiso fui a ver Rogue
One también a Kinépolis (aunque también la vi en Alucine en 3D) y,
debido a lo mucho que me gustó visitar hace dos años la Terraza de verano de Serra,
me pegué también una escapadita para ver Star Trek: Más
allá, aunque admito que esta película quizá no era la más adecuada
para ver al aire libre.
-Alucine (Puerto de Sagunto): 42
-Kinépolis (Paterna): 3
-Babel (Valencia): 1
-Aragó (Valencia): 1
-Terraza Verano (Serra): 1
-Terraza Verano (Serra): 1
Otros datos
El gasto aproximado en cine este año ha sido de
unos 294
euros, calculando como media la tarifa que pago más habitualmente, 7
euros en festivo en Cines Alucine. Ha habido días con entrada más barata (4,5
entre semana en los mismos cines) y algunas veces ha sido más cara (cines de
Valencia y alrededores). Además, 6 entradas gratuitas rellenando el típico
cartón que te sellan en cada visita al cine.
El regreso de
la Oscuridad
El cine español de 2016, cuanto menos interesante |
Total de
películas
Como comentaba al principio de la entrada, este año
me propuse llevar la cuenta de todas las películas que veía, ya fuese en
pantalla grande o pequeña, por la simple curiosidad de conocer este dato con
exactitud. En televisión he visto todos los meses ente 11 y 22 películas, en
total 184, lo que sumado a las 48 de cine y a las 4 del Casino Viejo hacen un
total de 236 largometrajes vistos
en 2016, aparte de series y telefilms. ¡Creo que no está mal!
La pequeña pantalla es para mí el complemento en
donde veo las películas que se me han escapado en cine, o simplemente no han
llegado a este porque se han estrenado directamente en formato doméstico, y por
supuesto donde revisitar cine clásico. Este año, a pesar de lo mucho que me
gusta éste, lo tuve algo descuidado durante algunos meses, pero hubo
remontadas, como algunos ciclos temáticos que me regalé dedicados a Charles Chaplin, centrado en su período mudo y compuesto por 6 títulos (además de El Gran Dictador, lo detallo aquí), o
a mi actriz favorita, Audrey Hepburn, de la cual tenía pendiente desde
hacía mucho tiempo ver sus trabajos anteriores a su llegada a Hollywood
(conseguí ver 5, pero aún me faltan dos películas que no logro encontrar, como
comento en esta
entrada).
Lo mejor y lo
peor (¡para mí!)
No sé si me autocondiciono mucho o tengo mis gustos
muy claros, pero había dos películas que tenía muchas ganas de ver en 2016 que
nada sorprendentemente escojo como mis dos favoritas del año: ya en la
primerísima sesión del día de los respectivos estrenos de La
venganza de Jane y en la de Rogue One estaba
un servidor en la puerta del cine presto a devorarlas. Eran mis apuestas
previas y las dos me encantaron, pese a lo muy diferentes que puedan ser: la
primera una gran superproducción anunciada a bombo y platillo y enclavada
dentro de una saga que me ha embelesado desde niño, la de La guerra de las galaxias, y la segunda una película sencilla,
modesta, repleta de vicisitudes en su producción que pasó sin pena ni gloria
por las salas españolas excepto para aquellos que adoramos a su actriz
principal: la presencia de Natalie Portman confería a esta cinta un interés
especial para mí y salí encantado de reencontrarme –por fin– con mi actriz
favorita del cine actual después de nada menos que dos años y medio sin que
llegara a las salas españolas ninguno de sus trabajos.
Natalie y Star Wars: ¡Apuestas seguras! |
Emily Blunt es otra actriz a la que sigo, y este
año hubo dos encuentros con ella. Aunque La chica del
tren no me resultó tan redonda como en principio esperaba, la
presencia de la actriz y también la de Rebecca Ferguson hicieron que esta
especie de telefilm de sobremesa bien producido se me hiciera pasable sin
sobresalir. También Saoirse Ronan me deslumbró una vez más en Brooklyn.
Destacar algunas producciones españolas que me parecieron muy dignas vistas a lo largo del año, como es el caso de Cien
años de perdón, Tarde para la ira o La reina de España, un regreso esta
última a un cine patrio que ya casi no se hace y que hasta cierto punto
podríamos llamar “clásico”.
Lo peorcito del año |
En cuanto a lo peor que vi en 2016, siempre según
mi discutible criterio, esta vez no elegiré una película que me disgustó por su
poco tacto, incorrección política o descaro comercial, como ha sido el caso en
otros años, sino porque me pareció directamente mala: no había por dónde coger Dioses de Egipto; me pareció un
desacierto continuo que no salvaron ni sus guiños al cine de Harryhausen ni la
presencia de un actor que me gusta tanto como Geoffrey Rush, aquí totalmente
desaprovechado. Toro y Gernika fueron para mí las grandes
decepciones del cine español, aunque la segunda me pareció algo más salvable
siquiera por su ambientación en una época que me fascina tanto como la Guerra
Civil Española, y grandes superproducciones como la aburrida Jason Bourne, Los siete magníficos o Inferno,
habida cuenta del dinero invertido en ellas, me resultaron entre tediosas e
insípidas, al igual que la popular Deadpool
o la no tan costosa Triple 9.
2017
Sentimientos encontrados respecto a algunos de los estrenos de 2017 |
Mi siempre admirado género fantástico trae algunas
novedades interesantes pero ante las que a priori me mantengo algo escéptico,
como puedan ser el caso de esa innecesaria secuela de Blade
Runner o la nueva entrega de la saga Alien,
franquicia que siempre me ha resultado cuanto menos entretenida. Y, como también me gusta la historia, tengo ganas de ver Dunkerque.
Todas estas dudas, apuestas y suposiciones se irán
resolviendo a lo largo de los próximos doce meses, que abordaremos sin prisas y
con tranquilidad…
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