Mi rutina semanal es poco
variada. No es enteramente por gusto: la economía de un parado no da para
muchos lujos o caprichos, así que mis visitas al cine y algún que otro
concierto de rock (casi siempre gratuito), aparte de mis consabidas e
imprescindibles partiditas a juegos de mesa, constituyen básicamente mi
panorama socio-cultural habitual.
En los últimos meses me he
propuesto ampliar un poquito más ese programa de actividades acudiendo a algunos
actos y convocatorias más atípicos en mí. Uno de ellas fue la presentación del libro
de José Almúdever el pasado abril o la del cómic de Sento en mayo de los que ya he hablado en entradas anteriores. Hace también un par de meses formé parte del grupo que acompañó
al historiador local Enrique J. Martínez para conocer in situ y de primera mano
las teorías del erudito sobre las antiguas defensas íberas de Sagunto, una propuesta
audaz y original que ha expuesto en la publicación Conjeturas sobre las defensas arsetanas (descargable en este
enlace). Fue una divertida excursión recorriendo parte de la ciudad valenciana y sobre todo las faldas de su castillo para observar los fundamentos físicos del postulado de Enrique.
Sin dejar Sagunto, ni tampoco la
historia –disciplina que me atrae, pero de la que no tengo grandes
conocimientos– el pasado 6 de junio participaba en un acto similar, esta vez
con la Edad Media como temática: el guía local Ramón Castelló nos
condujo, en una interesante visita nocturna, por los principales edificios y
construcciones que aún se conserva en la urbe desde el medievo, hablándonos de
sus detalles y curiosidades. Lo mejor de todo: té helado y galletas al final
del recorrido de más de dos horas. Ramón organiza esta y otras visitas por la ciudad
periódicamente, y sobre ellas os podéis informar en su página Facebook y
en su blog.
Además, si visitáis el castillo de Sagunto podéis también solicitar el
acompañamiento de este ilustrado estudioso de la historia.
De momento, mi última “actividad atípica”
ha sido acudir al breve concierto del pianista local Omar Vilata dentro
de su serie “Piano íntimo”, en el que el músico recrea alguna pieza conocida ante
un público limitado (40 personas) y de manera informal (por ejemplo, invitando
a niños a acompañarle). La actuación tuvo lugar en el Auditorio Joaquín Rodrigo
de Sagunto, en un ambiente amistoso y, como reza el título, íntimo, cálidamente
iluminados por un solo foco y todos sobre el escenario del local, sentados
rodeando al pianista. Esta fue la sexta y última edición de “Piano íntimo” de
la temporada, que también tiene lugar paralelamente en Valencia capital.
Gracias por lo que me toca!
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