Thriller dirigido este mismo año por el que
sin duda es uno de los directores británicos más populares de los últimos
tiempos, Danny Boyle y que cuenta con la
gran baza de un atractivo trío internacional de actores principales protagonizándolo: el
francés Vincent Cassel, el inglés James McAvoy y la estadounidense Rosario Dawson. El segundo nombrado interpreta a
Simon, un joven que trabaja en una casa de subastas y que, agobiado por las
deudas contraídas en el juego, decide colaborar en el robo de un cuadro de Goya
con una banda de delincuentes que lidera Franck (Cassel). El problema surge
cuando el cuadro desaparece en el proceso del robo y Simon recibe un golpe en la
cabeza que le hace olvidar qué ha pasado con la pintura. Para intentar
recordarlo, acudirá a una hipnotista, Elizabeth (Dawson), quien acabará
implicándose en el asunto más de la cuenta. Pero, claro: al estar implicado el hipnotismo, pronto será obvio que no todo es lo que parece y que no
sabemos qué y hasta dónde recuerda Simon… ¿Qué es verdad y qué es sugestión?
Como tantas otras películas que juegan con diferentes realidades y
perspectivas, mantiene su interés hasta bien avanzada, pero empieza a perderlo
cuando comienzan a aparecer los famosos turning
points y los espectadores descubrimos que parte de lo que nos han
estado contando no ha sucedido o no ha sucedido como nos lo han estado
contando. Aún con todo, se deja ver y sólo decepciona ligeramente al final…
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