Con sus colegas y coétaneos Cliff Gallup tienen en común el haber
desarrollado su carrera profesional en una época –los años 50–en la que
raramente se valoraba la figura del guitarra solista, menos aún en un género tan
joven como era entonces el rock and roll. El marketing discográfico de aquella
década daba desproporcionada relevancia a la figura del cantante, quien solía
ocupar las fotografías de portada y contraportada de los LPs y firmar
normalmente éstos únicamente con su nombre, mientras que los componentes de la
banda que le acompañaba en las grabaciones, fuera la suya particular o una
contratada para la ocasión, raramente merecían siquiera acreditación en la
contraportada del disco ni un sueldo que fuera más allá del de un mero
asalariado; ni aún cuando la participación de estos músicos en el sonido de ese
disco fuera decisiva y marcara la diferencia con otros grupos y fuera lo que
hiciera originales y populares las canciones contenidas en él, por supuesto
siempre en conjunción con la voz del “líder”.
En este contexto aparece en el año 1956 Clifton E. Gallup, o “Gallopin´” Cliff Gallup como se le bautiza en el entorno musical, un portentoso guitarrista que había nacido en Norfolk, Virginia, EE.UU., un 17 de junio de 1930 y a quien el discjockey y manager “Sheriff” Tex Davis recluta junto a otros jóvenes de la ciudad para que acompañe con su instrumento a su pupilo, Gene Vincent, un cantante local que está siguiendo los paso de Elvis Presley y que pronto se convertirá en una celebridad nacional y en uno de los más influyentes pioneros de la música rock. Además de Gallup como guitarra solista, en la banda de Vincent, los Blue Caps, figuran también el batería Dickie Harrell, el contrabajista Jack Neal y el guitarra rítmica Willie Williams. El quinteto se reúne a lo largo de la segunda mitad del año mencionado para un total de nueve sesiones de las que saldrán sus dos primeros LPs (los mejores de Gene Vincent para un servidor) y varios singles y EPs que incluyen, entre otros temas, el ya mítico Be-Bop-A-Lula, que catapultará a Vincent a la fama.
Cliff Gallup (izq.) grabando con Gene Vincent y los Blue Caps |
En este contexto aparece en el año 1956 Clifton E. Gallup, o “Gallopin´” Cliff Gallup como se le bautiza en el entorno musical, un portentoso guitarrista que había nacido en Norfolk, Virginia, EE.UU., un 17 de junio de 1930 y a quien el discjockey y manager “Sheriff” Tex Davis recluta junto a otros jóvenes de la ciudad para que acompañe con su instrumento a su pupilo, Gene Vincent, un cantante local que está siguiendo los paso de Elvis Presley y que pronto se convertirá en una celebridad nacional y en uno de los más influyentes pioneros de la música rock. Además de Gallup como guitarra solista, en la banda de Vincent, los Blue Caps, figuran también el batería Dickie Harrell, el contrabajista Jack Neal y el guitarra rítmica Willie Williams. El quinteto se reúne a lo largo de la segunda mitad del año mencionado para un total de nueve sesiones de las que saldrán sus dos primeros LPs (los mejores de Gene Vincent para un servidor) y varios singles y EPs que incluyen, entre otros temas, el ya mítico Be-Bop-A-Lula, que catapultará a Vincent a la fama.
El éxito de Gene Vincent and his Blue Caps crece a pasos agigantados; se
suceden las giras y conciertos, salen en una película (The Girl Can´t Help It) y la cartera del cantante comienza a
engrosar; y ahora viene lo más curioso: en este momento tan prometedor, el
guitarrista Cliff Gallup decide que la vida en la carretera no está hecha para
él, regresa con su familia y retoma su trabajo como director de mantenimiento de
una escuela de Chesapeake, también en Virginia. En tan sólo unos meses, con apenas
treinta y seis temas registrados, Gallup ha sentado cátedra en la Historia del
Rock y ha conseguido más de lo que muchos otros músicos conseguirán jamás en
décadas de carrera. Pero, por supuesto, esa historia no va a ser justa con él,
precisamente por lo que comentaba al comienzo de este artículo: porque en
aquellos lejanos 50 en los que la guitarra eléctrica empieza a despuntar como
instrumento principal de la música moderna y en los que todavía no se venera a
las personas que la tocan como se haría más tarde, nadie se preocupa demasiado por
conocer quién está detrás de los magníficos punteos de las canciones de Gene
Vincent. Será el tiempo, como siempre, y los fans (entre ellos un entusiasta Jeff
Beck) los que reivindiquen la figura y el legado de Gallup y los intenten poner en su merecido sitio, aunque con hombres como él cualquier reivindicación
nunca será suficiente ni justa.
Gallup grabó un tercer LP en 1966, Straight
Down The Middle, firmado
con el nombre "The Four C's featuring Gallopin' Cliff Gallup" y
compuesto por doce temas instrumentales cercanos al easy listening,
principalmente composiciones de jazz, pop y rock (dos firmadas por nuestro
homenajeado), en los que demostraba seguir siendo un grandísimo
virtuoso. Continuó tocando la guitarra, de manera informal, con grupos de su
localidad, hasta el mismo día de su prematura muerte por infarto un 9 de octubre
de 1988.
Race with the Devil: mi punteo favorito de Cliff. ¡Magníficos solos!:
Race with the Devil: mi punteo favorito de Cliff. ¡Magníficos solos!:
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