Aprovechando la excusa de su 25 aniversario
este mismo 2012, pretendía dedicar un extenso artículo homenaje a una película
que, en el momento de su estreno, disfruté muchísimo: La
princesa prometida (The
Princess Bride) de Rob Reiner. Mi falta
de motivación para bloggear en estos últimos meses ha provocado que este
escrito se posponga de manera indefinida y, a punto de terminar el año, quiero
al menos dejar constancia de mi intención de recordar este largometraje basado
en la novela homónima de William Goldman de
1973. Como con tantas otras historias que me encandilaron en las salas de
proyección, de esta cinta llegué hasta a comprarme la novela cuando apareció en
castellano algún tiempo después e incluso el LP con la banda sonora. La he
vuelto a ver en repetidas ocasiones a lo largo de mi vida, la última ya en DVD,
y he de admitir con cierto pesar que esa vez no la disfruté tanto como antaño.
Casi todos mis “grandes éxitos” cinematográficos de los 80 han llegado hasta la
actualidad significando para mí lo mismo que significaron en su momento, la
magia se ha mantenido, pero no ha sido así con la obra de Reiner. Algunos de
los elementos de ella que más me rechinan revisitándola hoy día son la
interpretación del inexpresivo Cary Elwes y
la algo desacertada música de Mark Knopfler a
base de sintetizadores y guitarra eléctrica, instrumentos que encuentro fuera
de lugar en una película ambientada en la Edad Media (¡a pesar de que tenía el
disco!)… Lo mejor de la cinta, además de la propia historia, me sigue
pareciendo Robin Wright, una mujer que, a lo
largo de estas dos décadas y media, ha demostrado ser una actriz solvente,
entregada y con un destacable gusto para elegir papeles de personajes complejos
y con carácter sin dejarse esclavizar por los encasillamientos hollywoodienses.
Recientemente, todo el reparto original
–menos el malogrado André Le Giant, que por
desgracia falleció en 1993– se reunió para conmemorar el aniversario del film.
Ver las fotos de todos los protagonistas fue muy emotivo, y aquí reproduzco una
de ellas, aunque probablemente todos las hayáis visto ya en internet…
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