Posiblemente casi todo el mundo recuerde Hace un millón de años por dos motivos principales: los maravillosos dinosaurios animados del gran Ray Harryhausen y su protagonista femenina, Raquel Welch, pero lo cierto es que la belleza de la actriz norteamericana tenía en el film una seria competencia que tomaba forma en una jamaicana de rasgos exóticos y angulosos: Martine Beswick. Seguramente, de no ser porque la publicidad de la película se centraba casi en exclusiva en su intérprete principal, su rival sería ahora más recordada por el público en general. Aún con todo, Martine es hoy en día todo un icono para los amantes del fantástico clásico y para los seguidores de la saga de James Bond, en la cual ostenta el record de ser la actriz que ha aparecido en más filmes: en los títulos de Agente 007 contra el Dr. No (1962), en la cual debutó poco tiempo después de ser coronada Miss en su país y donde no fue acreditada, en Desde Rusia con amor (1963, una de las dos gitanas que luchan entre ellas) y, ya con un papel más largo, en Operación Trueno (1965).
Tras su paso por la franquicia del agente secreto, Martine fue fichada por la Hammer, primero para Hace un millón de años (1966), después para la estrafalaria Mujeres prehistóricas (1967) y finalmente para el que es sin duda uno de sus mejores trabajos: Dr. Jekyll y su hermana Hyde (Dr. Jekyll & Sister Hyde, de 1971: la gracia del título original se pierde en su traducción). Quizá con todos estos antecedentes, es fácil comprender que la posterior carrera de Beswick –tanto en cine como en televisión– se mantuviera muy vinculada al fantástico. La prostituta feliz va a Hollywood, de 1980, es quizá su último trabajo con cierto renombre. Retirada de la interpretación desde hace diecisiete años, Martine (nacida en Puerto Antonio un 26 de septiembre de 1941) todavía se dejaba ver hasta hace poco por algunas convenciones especializadas en el cine que le hizo famosa. ¿Soy el único que le encuentra un gran parecido con Teri Hatcher?
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