Los Goonies, dirigida por Richard Donner en 1985, tiene en común con la película de la anterior entrada, Cuenta conmigo, además de la época en la que se realizó, el que trate también sobre las correrías de un grupo de adolescentes. No obstante, si la de Rob Reiner era una cinta que podríamos enclavar más acertadamente en el género dramático –aunque suavizada con algunos toques de comedia–, esta de Donner es puramente una aventura saturada de acción y de humor, más disparatada, fantasiosa y “hollywoodiense” que el otro largometraje: no hay que olvidar que Steven Spielberg fue tanto el productor del film como el autor del argumento original, y es fácil detectar a lo largo de toda la cinta el habitual tono, guiños y gags típicos de los filmes del “Rey Midas” del cine durante sus primeros años, antes de que se declinara no siempre acertadamente por los aspectos más melodramáticos de las historias que llevaba a la gran pantalla. Encontramos en la cinta tesoros legendarios, trampas mortales, malvados sin escrúpulos (aunque algo ridículos) e infinidad de elementos para divertir al público infantil o muy joven al que claramente va destinada.
Cuando se iba a estrenar esta película, poco después de Gremlins de Joe Dante, pensaba que trataba también sobre algún tipo de criaturas extrañas, pero luego descubrí que Los Goonies del título eran en realidad una pandilla de chavales que se hacían llamar así por el lugar en el que vivían (los ficticios muelles de Goon, en Astoria, Oregon). Aunque en un primer momento, esto me decepcionó, al final me encariñé rápidamente con la película de Donner, la cual he visto varias veces a lo largo de mi vida. Tengo que admitir, no obstante, que a día de hoy no me entretiene tanto como lo hiciera en su momento (evidentemente, he crecido un poquito desde entonces) y que prefiero claramente a su compañera de artículo, Cuenta conmigo, que para mí ha envejecido mejor (o yo he envejecido mejor con respecto a ella) y que tiene un tono más adulto.
La banda de Los Goonies la forman inicialmente cinco chicos de clase media: Mikey (Sean Astin), Brand (Josh Brolin), Chunk (Jeff Cohen), Data (Ke Huy Quan) y Bocazas (Corey Feldman). En los caracteres de sus componentes encontramos muchas similitudes con los del grupo de Cuenta conmigo: Mikey es el chico sensible y delicado y que, sin embargo, lleva la iniciativa en la historia, su hermano Brand es el jefe de la pandilla además de su miembro más mayor, el obeso y comilón Chunk recuerda muchísimo al Vern Tessio del film de Reiner y Bocazas… pues vaya, es Corey Feldman, quien también aparece en la otra película. Data (el inolvidable Tapón de Indiana Jones y el Templo Maldito) y sus estrambóticos inventos aportan una nota cómica en la que colaboran también los dos anteriores personajes. Hay una novedad en Los Goonies con respecto a Cuenta conmigo: chicas. A la pandilla se incorporan Stef (Martha Plimpton, quien sería novia de River Phoenix) y la coqueta Andy (Kerri Green), una muchacha de un extracto social más alto que, sin embargo, es amiga de la anterior y novia de Brand.
Todos estos jóvenes se van a ver envueltos en una aventura que comienza cuando encuentran por casualidad el mapa de un viejo tesoro de un pirata llamado Willie “El Tuerto” el cual, según la leyenda local, está oculto en algún lugar de la región donde viven. Precisamente los hogares de los goonies van a ser derruidos por un despiadado constructor para dar cabida a un campo de golf, y Mikey encuentra en la posibilidad de hallar el mítico tesoro la oportunidad de evitar perder su hogar y el de sus amigos. Estudiando el mapa y descifrando una serie de enigmas (que en la versión original están en español, y no en italiano, como nos hacen creer en la versión doblada), la pandilla iniciará un divertido periplo a través de cuevas y pasadizos subterráneos plagados de peligros hasta dar con el mismísimo Inferno, el barco de Willie “El Tuerto”. No estarán solos en esta búsqueda: los Fratelli, una familia de mafiosos de poca monta que integran Mama Fratelli (la entrañable Anne Ramsey), Jake (Robert Davi, un rostro habitual durante los 80 en la pequeña y gran pantalla muy fácil de reconocer) y Francis (Joe Pantoliano), les acosarán constantemente con la intención de arrebatarles cualquier descubrimiento que puedan hacer. Por fortuna, el cuarto miembro de la familia Fratelli se unirá a los muchachos y les echará una muy agradecible mano: se trata de Sloth (John Matuszak), un gigante de buen corazón que quedó deformado de niño debido al maltrato de que fue objeto por parte de su madre.
Hay todavía más divertidas similitudes entre Los Goonies y Cuenta conmigo: ambas transcurren en el estado de Oregon, y los integrantes más jóvenes del reparto fueron también elegidos por la similitud de sus caracteres con los de sus respectivos personajes, algo que parece inherente al hecho de trabajar con niños con poca o ninguna experiencia en la interpretación. También transcurre en verano (aunque no lo parece, porque al comienzo de la película el tiempo está nublado) e incluso originalmente había una escena con sanguijuelas que finalmente se descartó.
En la plantilla técnica y artística del film encontramos a varios de los colaboradores de Spielberg (director parcial en la sombra, si hemos de creer al actor Sean Astin) como el guionista Chris Columbus, el editor Michael Khan, o los productores ejecutivos Frank Marshall y Kathleen Kennedy. Y la partitura de Dave Grusin parece remitir constante y deliberadamente a las de John Williams.
El director Richard Donner, quien ya había aportado al fantástico clásicos como La profecía o Superman, estrenaría ese mismo año otro trabajo que sí que consta en mi palmarés de filmes esenciales de los 80 y al que ya dediqué una entrada el pasado año: Lady Halcón.
El reparto, junto con Spielberg y Donner, celebrando el 25 aniversario del film |
El año pasado, con motivo del 25º aniversario de Los Goonies, apareció en EE.UU. una lujosa edición especial en DVD que incluía cosas tan atractivas como un juego de tablero, una reedición de la publicación de 1985 The Goonies Souvenir Magazine, postales, etc. En la versión española hemos tenido que conformarnos solamente con la mencionada revista, publicada en un incómodo formato del tamaño de una caja de DVD y sin traducir del inglés. Entre los extras de la película encontramos el divertido vídeo-clip de Cindy Lauper, un breve making-off de la época del rodaje y, lo mejor, tres interesantes escenas descartadas, entre ellas la aparición del pulpo que se menciona al final de la versión cinematográfica, pero que nunca vemos en esta.
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