Con el tiempo he acabado volviéndome bastante sedentario, pero de niño y adolescente me encantaba dar largos paseos por el campo, subir montes, visitar ruinas, estar en contacto con la naturaleza y vivir “aventurillas” al aire libre con mis amigos … Supongo que en esta afición que no creo que fuera exclusiva mía a esa edad tuvieron bastante que ver, además de mi carácter inquieto y soñador, algunas de mis lecturas de aquellos tiempos como los libros de Los Cinco, mi antiguo interés por la paleontología y la arqueología y, ya a última hora, el visionado de películas como En busca del Arca Perdida y otras muchas (incluidas las bélicas). No es que llegara a vivir excitantes situaciones de misterio o tensión, ni que hiciera algún hallazgo trascendental (todo lo más algún fósil o el descubrimiento personal de un bonito paisaje), pero me encantaba “alejarme” de la civilización e internarme en zonas que, para un muchacho, eran casi tan excitantes como si se tratara de la selva virgen o las montañas más recónditas…
Esta nostálgica introducción personal sirve, no para aburriros una vez más con mis vivencias juveniles, sino para traer a colación y conmemorar el aniversario de dos películas precisamente de eso, de aventurillas adolescentes, que alcanzan o han alcanzado recientemente el cuarto de siglo: Cuenta conmigo de Rob Reiner, llegó a las salas de proyección exactamente en 1986, y Los Goonies de Richard Donner celebró sus bodas de plata el pasado 2010. Son cintas que, sin figurar necesariamente entre mis grandes favoritas, me traen entrañables recuerdos por partida doble: por un lado el haberlas visto de estreno en la gran pantalla en una época, los 80, que en el aspecto cinéfilo fue esencial para mí; por otro, porque ambos títulos me remiten hasta cierto punto a mis propias experiencias juveniles.
Los cuatro amigos salen de excursión... |
Cuenta conmigo (Stand By Me) parte de la novela corta de Stephen King El cuerpo (The Body), aparecida por primera vez en 1982, y que no tiene nada que ver con las habituales historias de terror del escritor norteamericano, sino que revive algunos de los recuerdos personales de su infancia. Tanto el libro como su adaptación cinematográfica nos cuentan la pequeña odisea de cuatro muchachos de 12 años de un pueblecito de Oregon, EE.UU. que, en el verano de 1959, deciden emprender una larga caminata de 30 kilómetros en busca del cadáver de un chico de la localidad al que ha atropellado el tren, y que ha sido descubierto por el hermano mayor de uno de uno de ellos y su compinche, aunque éstos han decidido no revelarlo porque les comprometería debido a sus actividades delictivas. Siguiendo la vía del tren y recorriendo preciosos parajes naturales, asistiremos durante el transcurso del film a las pequeñas peripecias de los cuatro amigos, que se encontrarán con obstáculos como un chatarrero malhumorado, un peligroso puente ferroviario, un estanque lleno de sanguijuelas y, especialmente, una pandilla de chicos mayores que lidera el problemático “As” Merrill.
Cuenta conmigo es sobre todo una historia de amistad, de nostalgia y sobre la transición de la niñez a la adolescencia y la asunción de responsabilidades y decisiones que esta conlleva. Se rodó en el verano de 1985 y se estrenó un año después, y para el cuarteto protagonista Rob Reiner reclutó a otras tantas jóvenes promesas que estaban dando sus primeros pasos en la actuación y con cuyos caracteres el director encontraba similitudes con los de sus respectivos papeles: Wil Wheaton dio vida a Gordie Lachance, un muchacho sensible aficionado a escribir y que es claramente el alter ego de Stephen King en la novela, River Phoenix fue Chris Chambers, el mejor amigo del anterior y un chico más maduro y seguro que es el “jefe” de la pandilla, Corey Feldman asumió el rol del irascible y disparatado Teddy Duchamp, y Jerry O´Connell sería el comilón, ingenuo y asustadizo Vern Tessio. En papeles secundarios aparecen unos jovencísimos Kiefer Sutherland como “As” Merrill, John Cusack como el hermano de Gordie, y el más veterano Richard Dreyfuss como el Gordie adulto que cuenta la historia en flash-back. Aunque en la novela, Chris es el principal protagonista, este rol cambió en el film al personaje de Wheaton/Dreyfuss.
El título de la película es fácil de rastrear hasta la famosa canción homónima de Ben E. King, quien incluso llegó a grabar un vídeo-clip en el que aparecían River Phoenix y Will Wheaton cuando, claro está, el tema se volvió a poner de moda gracias al largometraje. Precisamente la banda sonora de éste fue otra de las cosas que me atrajo del film, pues en el momento de su estreno estaba enamorándome de la música norteamericana de los 50, y en la película oímos muchos temas de aquella época, al fin y al cabo en la que está ambientada.
Kiefer Sutherland, amenazador |
Resulta curioso que las carreras posteriores del cuarteto protagonista no hayan tenido una gran relevancia cinematográfica: solamente River Phoenix comenzó a destacar seriamente en el mundo del cine hasta que, como saben todos los aficionados al 7º Arte, la muerte le sobrevino en 1993 debido a una sobredosis. Wil Wheaton se ha mantenido sobre todo en el mundo de la televisión y el doblaje, destacando su participación en Star Trek: La nueva generación, y algo parecido a lo que ha ocurrido con sus compañeros Jerry O´Connell y Corey Feldman, este último parece que últimamente relegado a producciones videográficas de dudosa calidad. Su personaje en la película reseñada –la voz estridente con la que le doblaron era muy peculiar y memorable– nos encantaba a mí y a mis amigos porque se parecía mucho a uno de nuestros compañeros. Siempre decíamos divertidos aquello de “¡Soy un niño, estoy en la flor de la vida!” (aún lo digo de vez en cuando cuando surge la ocasión).
De izq. a der.: Wheaton, O´Connell, Feldman y Phoenix |
En unos días, concluimos esta entrada con su segunda parte...
Hola por este lado.
ResponderEliminarAnoche vi estas "Aventurillas ochenteras" pero no leí porque era muy tarde. Muy chulo e incita a ver la peli que yo no he visto todavía.
¡Pues vela!
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