Es, obviamente, la oportunidad de
encontrarme con parte de su entrañable y veteranísimo elenco (Michael Caine y
Alan Arkin; Morgan Freeman no me ha calado tanto como sus compañeros de
reparto) lo que me lleva a acudir a la proyección de Un golpe con estilo de Zach Braff. Aparte
de ver a estos gigantes del 7º Arte en pantalla grande –un lujo del que dudo
que podamos disfrutar durante mucho tiempo más–, la película es prácticamente
una fruslería que nos cuenta cómo tres ancianos en una angustiante situación
económica deciden que no tienen nada perder atracando un banco y se ponen manos
a la obra. Por supuesto, si alguien quiere encontrarle un sentido de crítica social y política a la
cinta, puede hacerlo, aunque no sea del todo intencionado. A destacar también
parte del reparto secundario, encabezado por una Ann-Margret que parece haber
hecho un pacto con el diablo –o con el cirujano–, el siempre divertidísimo
Christopher Lloyd y hasta un Matt Dillon al que llevaba mucho tiempo sin ver en
el cine.
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