Alicia Vikander: una difícil Lara Croft |
Todavía no he asimilado que Zack
Snyder se decidiera por una actriz para mí tan inapropiada como Gal Gadot para
encarnar a Wonder Woman en Batman v
Superman cuando se acaba de anunciar a otra intérprete todavía más impensable
para dar vida a otra heroína de acción: nada menos que la sueca Alicia Vikander
será la nueva Lara Croft en el reboot
cinematográfico de la saga Tomb Raider.
La razón de mi estupor es bien sencilla de explicar: considero a ambas mujeres
con un físico totalmente inapropiado para hacer creíbles esos papeles. Son
extremadamente delgadas y probablemente ni con el mejor entrenamiento del mundo
van a poder cambiar eso. Y lo siento, pero no me venden que una chica con
brazos como palillos y piernas de similar grosor puede ir dando saltos
kilométricos, hacer las mil acrobacias y enfrentarse cuerpo a cuerpo con los
villanos de turno.
Hay, además, otro motivo por el que detesto este tipo de fichajes, y responde a los cánones bastante
retrógrados y casi me atrevería a decir que machistas de Hollywood, según los
cuales parece que una actriz que no muestre una delgadez “ideal” (o sea,
excesiva), o que exhiba cierta musculatura no es femenina. Por el contrario, un hombre que interprete a un
superhéroe o a un personaje de acción debe de mostrar un físico hipertrofiado a
veces hasta el ridículo. Se me ocurren artistas como, por poner dos ejemplos,
Jessica Biel o Evangeline Lilly que son mujeres atléticas, bellas y
perfectamente femeninas, pero la Meca del Cine parece funcionar así: dirigida
por ejecutivos que estudian y dictaminan una serie de estándares en lo tocante,
no sólo a guiones o a productos viables y comerciales, sino también en lo
referente al físico de los actores, a sus dietas y a sus entrenamientos; todo
gira en torno a esos clichés que no siempre son acertados y que básicamente
sólo buscan recaudar lo más posible en taquilla según los criterios de estos
mandamases y productores
Conste que no tengo nada contra
las mujeres delgadas (¿cómo podría tenerlo alguien que adora a Audrey Hepburn o
a Natalie Portman?), pero considero que el fichaje de actrices de esa
constitución para determinados papeles es un despropósito desmesurado, que
además impone por extensión un canon estético a nivel social que muchas veces
lleva a problemas serios como la anorexia o la bulimia. Incluso dentro de
Hollywood los está viviendo.
De momento Miss Vikander, con sus
huesudos brazos, piernas más bien magras, escasa estatura y nariz de boxeador
–todo ello al margen de su valía artística– no me convence como nueva Lara Croft,
como en su momento tampoco me convenció Angelina Jolie, cuya complexión tampoco
es muy diferente a la de su sustituta…
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