Natalie Portman, 1994-2014: de joven promesa a actriz consagrada |
Hace 20 años por estas fechas,
exactamente un 14 de septiembre, los ciudadanos franceses eran los primeros en
todo el mundo que tenían la oportunidad de asistir al estreno del quinto
largometraje de su compatriota Luc Besson, León, que a España llegaría en abril de 1995
con el doble título de El profesional
(León). Se trataba de un thriller de producción autóctona, aunque rodado en
Nueva York y ya con esa clara influencia del cine comercial estadounidense que
a partir de entonces iba a ser indeslindable de la figura su artífice. Junto a
veteranos como Jean Reno, Gary Oldman y Danny Aiello, aparecía una menuda jovencita de doce años llamada Natalie
Portman que era nueva en la profesión, pero que aún así consiguió
encandilar a los espectadores de medio mundo con su papel de Mathilda, una niña
que pierde a sus padres a manos de unos mafiosos, es acogida a la fuerza por un
asesino a sueldo tan frío y eficaz en su trabajo como ingenuo en la vida real,
y que no tiene mayor deseo que seguir los pasos profesionales de su nuevo amigo y vengar
así la muerte de su hermanito…
Aquella chiquilla podría haber
sido, como se dice en el mundo de la música, una one-hit wonder (“estrella de un solo éxito”), o haber dado unos
pocos pasos en la industria del cine con mayor o menor acierto y acabar como
otros niños descarrilados como su amigo Macaulay Culkin, pero no fue así:
veinte años después, se ha convertido en una de las actrices más populares del
cine actual, poseedora de un premio Oscar, gestora de una carrera variopinta y
en general loable y acertada, y que hasta ha hecho sus pinitos como directora.
Para el que esto escribe, Natalie no
es sólo una mujer bellísima sino también muy inteligente que ha sabido avanzar
en su carrera con pasos decididos y firmes, sin dejarse atrapar por Hollywood
ni quedar encasillada en un eterno papel, alternando películas comerciales para
todos los públicos con proyectos más personales destinados a un espectador más
selectivo. A nadie le extrañe, pues, que me tenga totalmente cautivado. Luc Besson acertó de lleno al apostar por aquella adolescente hace
ya dos décadas…
Natalie Portman: mi selección
He querido celebrar este
aniversario seleccionando –con dificultad– un top ten de las que probablemente sean mis diez películas favoritas
de Natalie Portman. Las enumero en orden cronológico, no necesariamente de
preferencia.
El
profesional (Léon) (Luc Besson, 1994)
La película que ha servido para
motivar este homenaje. No fue su actriz protagonista (a la que ni yo ni nadie
conocíamos entonces) lo que me motivó a ir a verla hace muchos años al
desaparecido Cine Marvi de Sagunto, sino la presencia de mi admirado Gary
Oldman. Fue imposible no quedarse prendado de aquella niña pizpireta y respondona, aunque,
¿quién habría adivinado que aquel embeleso duraría décadas?
Beautiful
Girls (Ted Demme, 1996)
El personaje interpretado por
Timothy Hutton regresa a su pueblo natal durante unos días y descubre que su
jovencísima vecina de 14 años es una muchacha encantadora e inteligente por la
que empieza a sentir una atracción quizá poco correcta, puesto que él va a
contraer matrimonio en breve y es bastante mayor que la adolescente…
Con Hutton, buena parte de los
espectadores acabamos medio perdidos por la muchachita de la casa de al lado.
Natalie Portman iba creciendo y parecía que los papeles de Lolita le iban como
anillo al dedo, pero en ese momento ella decidió no proliferar en ese tipo de
rol –de hecho, rechazó trabajar en el remake de la novela de Nabokov– e
intervenir en pequeñas apariciones en películas variadas como Heat, Mars Attacks!, Todos
dicen I Love You o La fuerza del amor
mientras sopesaba si quería continuar su carrera interpretativa o centrarse en
sus estudios universitarios de Psicología. Acabó haciendo ambas cosas.
Star
Wars: Episodio II - El ataque de los clones (George Lucas, 2002)
A finales de los años 90, nuestra
joven actriz toma una de las decisiones más acertadas de su trayectoria al
embarcarse durante prácticamente toda una década en la producción de la nueva trilogía
de Star Wars. Si bien las precuelas
dirigidas por George Lucas provocan sentimientos encontrados entre los fans de
la saga y el público, lo cierto es que Natalie consigue con ellas el
espaldarazo definitivo a su carrera y que su nombre sea ya conocido en todo el
mundo.
El “Episodio II” es para mí la
más correcta y equilibrada entrega de esta nueva trilogía, divertido, repleto de acción y de emocionantes combates,
y con una Padmé/Natalie que ya es toda una mujer y está más guapa y sexy que
nunca… Por fin podemos empezar a admitir públicamente lo que nos gusta esta
jovencita sin que nadie nos mire demasiado mal…
2004
Algo en común (Zach Braff, 2004)
Me ocurre con relativa frecuencia
que a menudo las que para mí son las mejores películas de Natalie Portman y sus
mejores interpretaciones no coinciden. Este es uno de los casos más claro: Algo en común no me parece de por sí un
largometraje excepcional, pero el personaje de Natalie en esta comedia de una
chica con problemas psicológicos (suaves) me resulta absolutamente irresistible
y encantador. El film del actor y director Zach Braff demuestra también el
interés de la actriz por la variedad de registros interpretativos y por
participar en proyectos que le interesan personalmente, al margen de su
presupuesto o proyección comercial.
V de Vendetta (James McTeigue, 2005)
Todo lo contrario que el caso
anterior: una película en la que me gusta prácticamente todo, la cinta en sí, y
el papel de Natalie. Y eso que, a priori, esta adaptación del famoso cómic de
Alan Moore –sobre la que me explayé más en este
enlace– apuntaba a no ser más que una cinta comercial de escaso
contenido. Nadie hubiera imaginado que un film hollywoodiense propondría tan audaz
mensaje de rebelión contra las autoridades y al sistema (y creo que mucha gente todavía no lo ha
pillado). V de Vendetta es una
película que me gusta más cada vez que la veo. Me gusta la historia, me encanta
la pareja protagonista y su peculiar relación, y me encanta también el plantel
de secundarios con John Hurt, Stephen Rea y Stephen Fry a la cabeza. Lástima
que la posterior trayectoria de su director no haya seguido en esa línea inicial
que tanto parecía prometer.
Los
fantasmas de Goya (Milos Forman, 2006)
Nuestra chica sigue ampliando su
carrera a medida que rueda complicadas adaptaciones teatrales como Closer (por la que es nominada al
Oscar), proyectos personales como Zona
libre y trabajos internacionales como Paris,
je t'aime o esta Los fantasmas de
Goya, rodada en España. En ella interpreta a Inés, una joven de buena
familia que es apresada por la Inquisición y vive un auténtico calvario. Aunque
me parece una buena película, me resulta en realidad bastante dura y
desagradable de ver porque soy muy sensible a ciertas temáticas y escenas. Es
por eso que no la suelo revisitar a menudo a pesar de que personalmente la
destaco entre las mejores intervenciones de la homenajeada.
Mr.
Magorium y su tienda mágica (Zach Helm, 2007)
Un caso parecido al de Algo en común: una película que me
resulta más bien nimia (de hecho, está claramente orientada al público
infantil), pero en el que me resulta una vez más imposible no rendirme ante el papel de Natalie de
dependienta de una tienda de juguetes muy especial, a la vez que de compositora
y pianista frustrada. Con ese look con el pelo corto que le queda tan bien, esta fue la película en la que por fin confirmé
que esta actriz israelita me había robado el corazón posiblemente para siempre.
Las
hermanas Bolena (Justin Chadwick, 2008)
Otra película en la que Natalie
aborda –y borda– un papel histórico: nada menos que la mismísima Ana Bolena,
manipuladora y ambiciosa dama de la corte de Enrique VIII que aspira a
convertirse en reina, y lo consigue por un altísimo precio. Con el film de
Justin Chadwick me ocurre algo parecido a lo que me pasa con Los fantasmas de Goya: muchas de sus
escenas me resultan crueles y desasosegantes, algo que me suele pasar con casi
todas las películas ambientadas en ese período y marco geográfico, por ello,
tampoco me gusta prodigarme en su visionado a pesar de que la considero otro
hito en palmarés artístico de la intérprete.
El
amor y otras cosas imposibles (Don Roos, 2009)
Entre 2009 y 2011 Natalie Portman
se embarca en nada menos que seis largometrajes que incluyen un remake de Hermanos, las comerciales e insulsas Sin compromiso y Caballeros, princesas y otras bestias (lo peor con diferencia que
ha hecho la actriz en toda su trayectoria y un film que no quiero volver a ver
jamás), la aclamadísima Cisne negro y
las más modestas y discretas El amor y
otras cosas imposibles y Hesher.
La última ni siquiera fue estrenada en España (yo la tengo en DVD de
importación, reseñado aquí)
y la primera la vi de chiripa durante su ignorado y breve paso por los cines
nacionales. Sencillísima en cuanto a propuesta argumental y en lo tocante a
producción, el personaje al que la actriz da vida de una joven abogada
neoyorquina que se casa con su jefe, y que tiene que lidiar con su hijastro a la vez que asume la pérdida de su propio bebé, me
parece uno de las más destacables interpretados por la señorita Portman a pesar
de que la película en sí no me resulta para nada excepcional. Sobre ella hablé
anteriormente en este
post.
Cisne
negro (Darren Aronofsky, 2010)
Posiblemente muchos la
considerarán la consagración artística y profesional de Natalie Portman, puesto
que la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas estadounidense consideró
apropiado premiar a la actriz con el Oscar a la mejor interpretación femenina
del año por su papel de una bailarina de ballet totalmente obsesionada por protagonizar
El lago de los cisnes hasta el punto
de sumirse en una vorágine de locura autodestructiva. Yo no sé si este es el
mejor papel de Natalie Portman ni, como ya he dicho en otras ocasiones, me dejo
condicionar por los premios que una actor, actriz, película o director puedan
tener, pero sí que es cierto que el film de Aronofsky es todo un regalo para
los admiradores de la artista porque ella interviene en todas y cada una de sus
escenas, por lo que es imposible que sus incondicionales no lo
disfrutemos de principio a fin.
Los próximos estrenos de Natalie...
La reciente maternidad de Natalie
Portman y su matrimonio la han tenido bastante alejada de las salas
cinematográficas durante los dos últimos años. La secuela de Thor ha sido el único estreno del que
hemos podido disfrutar desde 2011. Algunos de los últimos cuatro proyectos en
los que ha trabajado parecen demorarse eternamente, tal es el caso de las dos
películas rodadas con Terrence Malick (Knight
of Cups y Lawless, a la que
parece que se le va a cambiar el título), que llevan más de dos años en
postproducción, o del western Jane Got a
Gun, de accidentado rodaje. También esperamos con impaciencia el primer
largometraje dirigido por la propia Natalie, A Tale of Love and Darkness, cuya llegada para cine se anuncia para
este mismo 2014 a pesar de que parece que se nos acaba el año sin que se
produzca el ansiado acontecimiento.
Personalmente, creo que seguiré
la carrera de Natalie Portman durante toda la vida. Para mí está ya más que
consagrada en mi panteón particular, y creo que, de seguir en la línea que ha
seguido hasta ahora, a pesar de algún desacierto, continuará gustándome e
interesándome porque creo que la chica está ya más que confirmada y reconocida
en el panorama cinematográfico internacional del momento. Y, con el tiempo,
puede que en el de la Historia del Cine.
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