Película que ya vi en su estreno
cinematográfico el pasado febrero y que me apetecía revisitar ahora que aparece
en formato doméstico. Se trata de una –a falta de un término menos recurrido– simpática
comedia que dirige el estadounidense Michael
Hoffmann y que avalan los hermanos Coen, que firman el guión. Es, a su
vez, un remake de Ladrona por amor (Gambit), dirigida en 1966 por Ronald
Neame y entonces protagonizada por Michael Caine y Shirley MacLaine. En esta
nueva versión, los actores principales son Colin
Firth y Cameron Diaz, el primero, un
experto en arte que decide engañar a su despótico jefe (Alan Rickman) vendiéndole un falso cuadro de Monet, la segunda,
una vaquera tejana que el otro contrata para dar solidez a su estafa. En
papeles secundarios encontramos también a Tom Courtenay y a Stanley Tucci.
Se pasa un rato divertido
viéndola –impagables las escenas con los conserjes del hotel– y hasta tiene
cierto aire a comedia de los 60, sensación que refuerzan los simpáticos títulos
de crédito y, sobre todo, la música de Rolfe Kent. Los que estamos coladitos
por su actriz principal creo que todavía la disfrutamos más…
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