Un excombatiente americano aparentemente
cínico y egoísta lo arriesgará todo mientras está en una ciudad extranjera en
un momento conflictivo para ayudar a una bella y comprometida mujer sueca de la
que está enamorado y al marido de esta, un importante líder revolucionario, a
salir del país, sobornando para ello a autoridades corruptas, militares y
dueños de casinos…. ¿Verdad que parece que estamos hablando de Casablanca? Pues no es así, pero lo
cierto es que Habana (Havana, Sydney Pollack, 1990)
está claramente inspirada en el clásico de Michael Curtiz, sólo que trasladado
a otra época y lugar: la Cuba revolucionaria de 1958. Es allí donde el jugador
profesional de póker Jack Weil reside y se gana la vida con partidas
concertadas, y donde conoce a la ex-actriz Roberta Durán, casada con un
importante cabecilla de la revolución y por ello en peligro. A pesar de su
actitud interesada y materialista, Weil, prendado de la chica, no podrá
resistirse a ayudarla.
Ya había visto Habana en dos ocasiones, cuando se estrenó en cine, y
posteriormente en televisión, y conservaba un buen recuerdo de ella que sigue más
o menos intacto. Me parece una película, si no original, sí bien dirigida y
ambientada y con una pareja de actores principales muy atractiva (Robert Redford y Lena
Olin) a la que secundan nombres igualmente interesantes como Alan Arkin, Raul Julia
y Richard Farnsworth.
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