Pocas excusas me hacen falta precisamente
este año para volver a sacar a colación a mi adoradísima Audrey Hepburn: exactamente hoy,
20 de enero, se conmemoran las dos décadas de su desaparición, y este mismo
2013 se cumplen sesenta años del estreno mi película favorita suya –y aquella
que la descubrió al mundo–, Vacaciones en
Roma, y otros cincuenta de la llegada a las pantallas del que posiblemente
sea mi segundo film preferido de la actriz: Charada (Charade), dirigido por Stanley Donen, pues, en 1963. Y, como no quiero
centrar este artículo en recuerdos tristes del día que nos dejó y de su
ausencia todo este tiempo, y ya he hablado del primer largometraje mencionado
en otras ocasiones, va a ser el segundo el que me va a dar pie a confeccionar
este pequeño homenaje a la actriz y, con ella, a todo el magnífico reparto
técnico y artístico de esta que es una de mis grandes películas favoritas.
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Grant y Hepburn: pareja de lujo |
Tuve el placer de ver Charada en pantalla grande a finales de los 80, y en aquel entonces
no creía haberla visto con anterioridad pero, en los momentos finales de la
cinta, me sonaron muchísimo algunas escenas y recordé que sí que la había visto
muchos años atrás en televisión. Las posteriores ocasiones en que he vuelto a
disfrutar la película, que han sido unas cuantas, ya han tenido que ser en VHS
y DVD. Y, ¿qué queréis que os diga? Me parece un film sublime, redondo, sin
tacha ni defecto, con una pareja irrepetible en la historia del cine y toda una
serie de espléndidos secundarios que bordan sus papeles y son la perfecta comparsa de los protagonistas.
Por si fuera poco, un gran guión con divertidos e ingeniosos diálogos, uno de
los grandes directores de la Historia del Cine, nada menos que Henry Mancini en la BSO y el siempre efectivo
marco de París –ciudad indeslindable de la figura de Audrey Hepburn– como telón
de fondo de la historia. Me resulta curioso haber leído a veces comentarios
sobre este film que lo infravaloran o lo critican, porque yo no le veo fallos
por ninguna parte.
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La desvalida Regina se verá envuelta en una trama criminal |
Charada es una bien equilibrada mezcla
de cine de suspense, comedia, thriller y romance en el que conocemos a una
joven viuda, Regina Lampert (Audrey Hepburn) que se ve envuelta en una macabra
y peligrosa trama relacionada con su fallecido marido que se origina en la II
Guerra Mundial y que envuelve un botín de gran valía cuyo paradero ella
desconoce. Toda una serie de personajes irán apareciendo a lo largo de la cinta
interesándose por el tesoro y por el fallecido: el simpático y amigable Peter
Joshua (Cary Grant), el colaborativo Hamilton
Bartholemew (Walther Matthau), que se
presenta como un administrativo de la CIA, y el amenazador trío compuesto por
Tex (James Coburn), Scobie (George Kennedy) y Leopold (Ned Glass), antiguos compañeros del marido de Regina durante el
conflicto mundial de los años 40. ¿A quién debe creer la chica? ¿En quién puede
confiar? ¿Quién es su aliado y quién un enemigo? A lo largo de sus casi dos
horas, Charada se revela como una initrincada
madeja en la que se entrelazan y se enredan muchos hilos. Nadie es quien parece
ser, y la pobre Regina verá su vida puesta en peligro en reiteradas ocasiones
mientras comienza a enamorarse del apuesto pero misterioso Joshua...
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¿Quién es en realidad el enigmático Peter Joshua? |
La concepción de esta historia de Peter Stone y Marc
Behm y sus primeros pasos en el mundo no fueron fáciles: Stone era un
guionista televisivo sin experiencia en largometrajes para la pantalla grande y
Behm sólo había visto rodado uno de sus guiones, y su argumento –inicialmente
titulado The Unsuspecting Wife– fue
rechazado repetidamente por diversos estudios de Hollywood durante los primeros
60. El autor dio entonces a la historia forma de novela, que después apareció también
por entregas en una revista, y no fue hasta entonces cuando interesó a los
mandamases de la industria del celuloide. El proyecto de llevar Charada al cine se encargó a Stanley
Donen, que en los últimos quince años se había especializado sobre todo en
musicales y comedias. Aunque se barajaron los nombres de los entonces de moda
Natalie Wood y Warren Beatty para protagonizar la futura película, Donen pensó
inmediatamente en Audrey Hepburn, con quien ya había trabajado en 1957 en Una cara con ángel y de la que, como
casi todos los directores que la tuvieron a sus órdenes, estaba prendado
–director y actriz completarían una magnífica “trilogía” pocos años después con
Dos en la carretera–. Por otro lado,
Cary Grant era un gran amigo de Donen con el que trabajaría en cuatro ocasiones
incluyendo la película homenajeada y con el que crearía la compañía Grandon
Productions, y fue su primera elección para el papel protagonista del film. Sin
embargo, el actor inglés no fue fácil de convencer: tenía otros proyectos, y se
veía demasiado mayor para actuar como pareja de Audrey; les separaban nada
menos que veinticinco años, aunque la actriz ya debía estar acostumbrada a esas
diferencias después de haber sido partenaire
cinematográfica de Fred Astaire, Humphey Bogart o Gary Cooper, todos mayores que Grant.
Subsiguientes modificaciones en el guión ganaron al actor elegido por Donen
para el largometrjae, entre ellas, bromear precisamente con esa diferencia de edad
y que fuera el personaje de Hepburn el que tomara la parte activa en la
relación amorosa de la pareja protagonista. El resultado no pudo ser mejor, ya
que actor y actriz estuvieron impagables en sus escenas compartidas y surgió
una química inigualable entre ellos en pantalla, especialmente recitando
algunos de las mordaces frases del guión de Stone. Curiosamente, ya se había
intentado unir a los dos astros en pantalla desde los tiempos de Vacaciones en Roma, pero hubo de pasar
una década para que esta gran idea se hiciera realidad. Es una lástima que,
pese a que Cary Grant dijera aquello de “todo lo que quiero para Navidad es
otra película con Audrey Hepburn”, nunca volvieran a compartir un film. Por
desgracia, Charada fue la
antepenúltima película del actor, que se retiró del cine en 1966.
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Gran reparto secundario |
Tras unos pocos meses de rodaje –que Audrey prácticamente
encadenó con su anterior trabajo, Encuentro
en París, y que, obviamente, también se rodó en la capital francesa– Charada se estrenaba en EE.UU. un 5 de
diciembre de 1963, y en nuestro país cuatro meses después. Tuvo gran éxito de
público y crítica, pero una sola nominación a los Oscars por la canción
principal. Otros certámenes –como los Globos de Oro– nominaron a los dos
actores protagonistas, recibiendo Audrey Hepburn el BAFTA a la mejor actriz.
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¿Cómo te afeitas ahí? |
De Charada
se ha matizado siempre su aire hitchcockiano, algo que nunca ha parecido
gustarle a Donen. Incluso se ha llegado a decir de ella que es “la mejor
película de Hitchcock que no dirigió Hitchcock” y, si es bien cierto que sí que
tiene muchos elementos en común con las películas del orondo genio inglés –otra
razón más para que me guste Charada,
puesto que Don Alfredo es mi director de cine favorito–, también es cierto que
su tono más ligero no parece pensable en una obra de Hitch, normalmente más
macabro y violento. Y ya se sabe que la relación entre el director y Audrey
Hepburn a raíz del fracaso de No Bail For
the Judge no fue nada buena. En cualquier caso, Stanley Donen decidió
repetir una fórmula similar tres años después con Arabesco, también con otra pareja de lujo (Gregory Peck y Sophia
Loren) y, aunque la cinta no funcionó tan bien como Charada, me parece también otra gran película.
Charada, por supuesto, ha tenido varios
remakes, incluidos dos hindúes, uno con Jeff Bridges y Farrah Fawcett –Somebody Killed Her Husband– dirigido
por Lamont Johnson en 1978 (y que, curiosamente, fue titulado en Japón Charade 79) y el más reciente y conocido
La verdad sobre Charlie (Jonathan
Demme, 2002), el único que he tenido oportunidad de ver, pero cuyo visionado he
ido posponiendo desde su estreno. Puedo aceptar a Thandie Newton como sustituta
de Audrey Hepburn, pero de ninguna manera veo a Mark Wahlberg como heredero del
papel de Cary Grant. Le falta mucha clase.
Hay una anécdota muy divertida sobre Charada que quiero contar para acabar
este homenaje, y es que, debido a un lamentable despiste por parte de Universal
Pictures, que no incluyó el aviso de copyright en la cinta, ésta pasó a ser de
dominio público nada más estrenarse. Esta es la razón de que, aunque la mayoría
de películas de Audrey Hepburn valían un dineral en sus primeras ediciones
digitales –yo he llegado a pagar 18
euros por algunas– Charada se pudiera
encontrar regalada con revistas por 1 o 2 euros. Se puede, por lo tanto,
descargar de manera totalmente legal de internet, así que, quien no la haya
visto a estas alturas… ¡no sé a qué espera!
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Fijaos bien en los ojos de Audrey ;) |
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