Muchos años antes de que Zach
Snyder filmara su famosa 300, la
historia del Rey Leónidas y de la Batalla de las Termópilas ya había sido
llevada al cine por Rudolph Maté: concretamente en 1962 con el título para
España de El león de Esparta. Allí están todos los mismos
personajes, situaciones y frases (“Vuelve con tu escudo o sobre él”, “Entonces lucharemos a la sombra”…) que los espectadores veríamos de nuevo más de cuatro
décadas después. Lógicamente, la película de Maté no exhibe los avanzadísimos
efectos especiales de la de Snyder pero, a cambio, si derrocha escenarios
naturales (está rodada en la mismísima Grecia), lujosos decorados y centenares
y centenares de extras representando a los ejércitos griego y persa, como
estaba mandado en la época dorada del péplum. En los roles principales, Richard Egan como
Leónidas, Ralph Richardson como Temístocles, David Farrar como
Jerjes, Diane Baker como Ellas, Anne Wakefield como
Artemisa y Anna Synodinou como Gorgo. Vale la pena verla aunque sólo
sea por la curiosidad de comprar cómo se llevó al cine una misma historia en
dos épocas distanciadas y diferentes.
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