"Un hombre que limita sus intereses limita su vida" (Vincent Price)

miércoles, 31 de diciembre de 2014

El cine de 2014

Primera y última películas vistas en cine en 2014
Al igual que el pasado año, y recuperando una tradición de mis tiempos mozos, en este 2014 también he decidido tomar nota de todas las veces que he ido al cine y de las películas que he visto, para posteriormente realizar un pequeño estudio por puro entretenimiento.

Este año, al no tener los tremendos problemas personales y económicos que tuve en 2013, mi asistencia al cine ha sido más regular y típica, lo que se refleja en la cantidad de películas que he visto en pantalla grande: 45 en total, diez más que en 2014, cuando estuve sin aparecer por las salas cinematográficas durante casi dos meses, circunstancia bastante extraordinaria en mí, ya que acudo religiosamente a estos establecimientos casi todos los domingos.

De manera generalizada, comentar que la temporada cinematográfica comenzó ligeramente tarde para mí, ya que no fui al cine hasta pasada la mitad de enero aunque, a partir de esa fecha, fueron pocas las semanas que falté. También resulta curioso que no presenciara ninguna película de género fantástico, por el que siento clara predilección, hasta que a mediados de enero fui a ver el remake de Robocop.

Por meses
Enero y mayo fueron los meses de menos cine, a razón de sólo 2 películas cada uno. Siguieron después julio, septiembre y noviembre, con 3 visitas cada uno. Febrero, abril y agosto empatan todos a 4, mientras que los meses más propicios resultaron marzo, octubre y diciembre (5 películas cada uno) y un sobresaliente junio en el que vi tantas películas como número de mes le corresponde: 6. En total hablamos de 45 visitas repartidas dentro de las 52 semanas y media que ha tenido 2014, normalmente a razón de 1 película por semana, pero en algunos pocos casos de 2.

Por géneros
El fantástico trajo algunas notables sorpresas
Repitiendo la clasificación por géneros que hice el año pasado, y siempre dentro lo difícil que es a veces etiquetar determinadas películas (por ejemplo, yo considero la mayoría de las de superhéroes como ciencia-ficción en lugar de simplemente “de acción”), la cosa queda así:
-Ciencia ficción: 10
-Thriller/policíaco: 9
-Comedia: 7
-Fantasía: 6
-Drama/melodrama: 6
-Musical: 3
-Acción: 2
-Histórico: 2

La “clasificación” se parece mucho a la de 2014, al menos en lo tocante a los primeros puestos, lo que no viene sino a confirmar mi predilección por los dos géneros que la encabezan. El drama, y sobre todo la comedia, suben bastantes puntos (es decir, películas), y el cine relacionado con la música irrumpe este año en la lista con tres títulos clasificables en esta modalidad. Poco cine histórico y nada de westerns, a pesar de lo que también me gustan estos géneros. Y brilla por su ausencia el terror, ya que verdadero pavor es lo que me dan las películas que hoy en día enclavan en este género, y no precisamente por su temática o contenido, sino por la falta de imaginación y las formas tan manidas con las que se presentan la mayoría en estos tiempos. Después de haber visto títulos como Expediente Warren y algunas similares, gracias, pero no más cosas en esa línea. Esperemos que el género se recupere en un futuro próximo con productos de mayor calidad.

Por países
No uno, sino varios países juntos se llevan los laureles este año en la clasificación geográfica, ya que, de las 45 películas vistas este año en cine, 23 han sido coproducciones, principalmente entre EE.UU. y alguno o varios países europeos (el más habitual, Reino Unido), aunque en algunos casos encontramos coproducciones de lugares más exóticos como Japón, Australia o Nueva Zelanda. En cuanto a filmografías de un solo país vuelve a dominar, sin ninguna sorpresa, EE.UU. con 16 films, seguido muy de lejos por Francia y España con 2 películas cada una.

Gasto… y ahorro
El reestreno en pantalla grande de Cinema
Paradiso
, uno de los hitos del año
Al ir con frecuencia al cine, relleno con rapidez los cupones que te sellan cada semana y con los cuales puedes ir gratis a una película por cada 6 que pagues. Este año he completado seis de estos, lo que significa ese número de visitas gratuitas al cine. Además, me correspondieron otras dos entradas en un sorteo, lo que al final sube a siete las películas que no me supusieron gasto económico. Por lo tanto, y basándome en el precio normal de mi cine local en domingo (7 €), aunque he acudido otros días más baratos y también he salido a otros cines más caros, el gasto aproximado realizado en ver películas este año ha sido de 45-7 gratuitas = 38x7 euros = 266 euros a lo largo de todo el año, una media de 22,16 euros por mes.

Escapadas
A pesar de haberme quedado sin vehículo a mitad del año, en este 2014 han sido cuatro las veces que he podido escaparme a ver películas en otras localidades. No suelo hacerlo si tengo la opción de ver una película en mi pueblo, pero en algunos casos es fácil adivinar que no va a ser así y hago lo posible por ir a donde sea si me interesa ver determinados largometrajes. Así, en junio visité dos veces los  Cines Babel de Valencia para ver Nueva vida en Nueva York (curiosamente, el año pasado también estuve en ellos para ver otro trabajo de Audrey Tautou) y Sólo los amantes sobreviven. Y ya casi a finales de año, un par de días antes de Nochebuena, me llegué hasta los Kinépolis de Paterna para ver la película biográfica de James Brown, aquí titulada I Feel Good. Pero la “escapada” más memorable del 2014 fue sin duda aquella que hice a la Terraza de Verano de Serra para ver la reposición de Cinema Paradiso, de la que di detallada cuenta en esta reseña.

Solo en la oscuridad, la secuela
Jordan y Polanski no me decepcionaron con las que para mí han sido dos
de las mejores películas del año. Por desgracia, hube de reciclarlas
en pequeña pantalla.
He contado en más ocasiones de las que me gustaría que a menudo me he encontrado solo en una sala de cine, circunstancia que me apena no tanto por mí mismo (a veces es casi de agradecer no estar rodeado de esa gente tan desconsiderada que se pasa las proyecciones hablando o consultando el móvil), sino por los negocios que se dedican a exhibir películas, cuya existencia está clara y drásticamente amenazada para mal de aquellos a los que nos gusta frecuentarlos. En marzo de este año se dio por primera vez una de estas circunstancias en los cines locales. Esperaba con interés el reencuentro de mis ídolos Harrison Ford y Gary Oldman y salí, por el contrario, bastante decepcionado de El poder de dinero, por lo demás protagonizada por los insulsos Liam Hemsworth y Amber Heard. No es de extrañar que nadie quisiera imitarme aquel domingo por la noche y me encontrara con todos los asientos del cine disponibles sólo para mí. Apenas un par de semanas después, y en la misma sala, me encontré en circunstancias similares durante el estreno de Non-Stop, largometraje que me entretuvo bastante y me pareció decididamente superior al anterior. Parecía que el 2014 iba a acabar con este número de “proyecciones solitarias” algo por debajo del anterior cuando, a mediados de diciembre, decidí ir a ver Magia a la luz de la luna de Woody Allen y alcancé el mismo número de películas sin más público que yo que el año pasado: 3 (aunque de estas, en 2013 sólo 2 fueron en los cines locales). Supongo que la nota positiva es que al menos no han aumentado.

Ingrid Bergman fue mi estrella de 2014, año en que conseguí
completar buena parte de su filmografía que aún tenía pendiente.
Lo mejor y lo peor del año
Para ser totalmente sincero, no puedo decir que este año haya visto ninguna película que me haya fascinado especialmente, aunque sí algunas con las que he pasado muy buen rato. En este último grupo sobresalen algunos títulos de ese fantástico que tanto me atrae pero que, sin embargo, tan a menudo me decepciona: Capitán América: El soldado de invierno me pareció una película agradeciblemente por encima de la media de las muchas que se estrenan al año en torno a la temática de superhéroes, seguramente por decidir sus creadores apostar por un registro más serio que el habitual en el género, a menudo una indigesta mezcla de momentos dramáticos con escenas ridículamente cómicas. Por el contrario, Guardianes de la galaxia, pese a no esconder su tono claramente ligero, me resultó toda una sorpresa para ser un film ambientado en un cómic que apenas conocía y del que no esperaba mucho. Me sorprendió por lo divertida y vistosa, y he comprobado que esta impresión está bastante extendida entre el público que fue a verla, incluso aquellos que no son habituales de este tipo de cine ni especialmente aficionados a él. Sin abandonar el fantástico, las continuaciones de la saga X-Men y de El planeta de los simios me parecieron más o menos tan correctas y entretenidas como sus inmediatas predecesoras. Lástima que esa tercera parte de El Hobbit que tanto esperaba no consiguiese pasar de ser un poco más de lo mismo, sin ninguna novedad o particularidad que resaltar con respecto a sus precedentes.

Mucho más fácil me resulta elegir cuál ha sido para mí la peor película que he visto este año en una sala cinematográfica: antes de sus diez primeros minutos de proyección, ya me estaba aburriendo con Sex Tape, una patochada de mal gusto y humor zafío que no salvan de la quema ni los encantos de una actriz que me pirra tanto como Cameron Diaz. Su compañero de reparto, el lamentable e inexpresivo Jason Segel, no consigue precisamente ayudar a que la cinta me inspire simpatía alguna. Es una pena que la intérprete americana no se prodigue más en comedias tan graciosas como ese Un plan perfecto en el que participó el pasado año, o siquiera en papeles dramáticos como el de El consejero, en los cuales demuestra que puede ser un actriz versátil y con buen gusto, en lugar de repetirse en films de tan dudosa calidad como este contra el que aquí despotrico en tropel (¡faltaría más!).

Sin llegar a ese nivel de mediocridad, algunos otros desaciertos que vi en pantalla grande en 2014 me parecieron Jack Ryan: Operación Sombra, la ya mencionada El poder del dinero o Drácula: la leyenda jamás contada.

El otro “cine”
Otro de los clásicos del cine que aún me quedaba pendiente. 
Los que me conocen saben que soy un tanto purista a la hora de definir lo que yo considero “cine” de verdad: aquel que se visiona en pantalla grande. Pero, seamos sensatos: por razones económicas, de tiempo y espaciales, no creo que mucha gente pueda ver en salas todas las películas que desearía ver al año. Es por eso por lo que tengo que relegar el visionado de muchos largometrajes a su estreno en versión doméstica, hoy día, por desgracia, algo que sucede como mucho tres meses después de su aparición en cine. En esta modalidad –prácticamente la única opción para ver muchas películas “antiguas” y otras que se estrenan directamente en DVD– veo prácticamente una película al día, lo que viene a ser una media tirando por lo bajo de 200 títulos al año. Y hay que admitir que se descubren cositas interesantes y algunas de calidad, y que se rescatan otras que ha sido imposible ver “en condiciones”, o sea, en salas. Este ha sido el caso con dos de las películas que me han parecido más apasionantes este año, aunque no ha sido ninguna sorpresa, pues son obra de dos directores que admiro: Polanski nos trajo la para mí magnífica La venus de las pieles, y Neil Jordan nos ofreció la bellísima Byzantium, un soplo de aire fresco –o más bien clásico– en un subgénero tan decadente como es el del cine actual de vampiros.

En lo tocante a cine clásico recuperado a través de la pequeña pantalla el hito del año es el ciclo de Ingrid Bergman que yo mismo me programé con objeto de intentar completar el visionado de la filmografía de la sueca. No conseguí mi propósito, pero si ver un buen montón de sus películas que no había visto aún y revisitar otras tantas, en total cerca de tres decenas de largometrajes. También, a principios de año, me embelesó un musical clásico que también me faltaba por ver, Los paraguas de Cherburgo, y tuve ocasión de iniciarme en la obra de su director, Jacques Demy, con otras dos películas más.

2015
Esperando ansioso el Episodio VII
Entre las películas que más ganas tenía de ver este año adelantaba en un artículo similar en 2013 el western Jane Got A Gun, protagonizado por mi actriz favorita del cine actual, Natalie Portman. La película se ha pospuesto dos veces en los últimos meses y ahora su nueva fecha de estreno figura como septiembre de 2015. Algo parecido ocurre con las muchas películas que la israelita tiene pendientes de estreno desde hace mucho: esos dos trabajos con Terrence Malick que parecen perpetuamente estancados en su posproducción, y el primer largometraje de Natalie como directora, A Tale of Love and Darkness. Pero, aunque sigo esperando reencontrarme con la niña de mis ojos en la gran pantalla, sobre todo después de tres años de casi absoluta sequía de sus trabajos con la excepción de la secuela de Thor, he de decir que no es ninguna de sus películas la que más espero ver en este inmediato 2015: ese puesto ha sido ahora ocupado por la séptima entrega de la saga de Star Wars: El despertar de la fuerza. Aunque no tengo ganas de que pase todo este año porque a uno al final le pesa el infrenable paso del tiempo, por otro lado tengo ganas de que llegue ese esperado 18 de diciembre en el que este film –que estoy seguro de que me va a encantar– llegará a las pantallas. 

2 comentarios:

  1. Ya que has escrito este exhaustivo resumen personal cinematográfico del año, aprovecho para comentarte el mío a modo de comparativa porque aunque no las voy apuntando sí que hago una reseña de cada película nueva (o no reseñada) en mi blog. En total he visto unas quince películas menos que tú en pantalla grande y entre cine y visionado domestico son unas tres o cuatro pelis por semana por lo que nunca llego a esa media tuya de ver una al día. De las que he visto en cine, bastantes han sido españolas (ocho, creo) y mi año ha estado dedicado a Chaplin aunque todavía me quedan cuatro para acabar su filmografía completa. Para terminar, si tuviera que elegir los estrenos que más me han gustado en el 2014 (de lo poco que he visto), me quedo con Nebraska, Relatos salvajes, Boyhood y El amanecer del planeta de los simios. No quiero olvidarme de que todo lo que he visto en pantalla grande ha sido en Madrid y dividido en varios cines: Renoir Princesa, Renoir Retiro, Renoir Plaza de España, Ideal, Verdi (todas estas son salas en VOS) y el cine de verano del parque Calero. Ya estamos en el 2015...¡feliz año cinematográfico!

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  2. Pues gracias por ese apunte con el cine que has visto. De las que más te han gustado sólo he visto "El amanecer del planeta de los simios". A punto estuve de ir a ver "Relatos salvajes", pero al final lo dejé pasar. Y, como ya comento en la entrada, no he salido especialmente impresionado de ninguna película vista en cine en 2014, aunque lo he pasado muy bien con algunas. De estrenos repescados en vídeo, como ya digo, creo que me quedo claramente con "Byzantium" y "La venus de las pieles", para mí por encima de casi todo lo que he visto en pantalla grande.

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