Otro ejemplo de la mala gestión,
el desacierto y el desatino -¿o es simplemente confusión comercial?– de las
distribuidoras cinematográficas de nuestro país –siempre con la ayuda del apoyo
a la cultura del gobierno español, por supuesto– se produce esta semana con el
efímero estreno de Byzantium, cinta del siempre
interesante director irlandés Neil Jordan
aparecida inicialmente en 2012 en diversos festivales extranjeros y ya de
manera normal en cines de todo el mundo hace cerca de un año. En un principio, las
empresas de distribución de nuestra península decidieron no estrenar la
película en salas de proyección. Más recientemente, Canal Plus y A
Contracorriente anunciaron que sí lo harían: tan esperado día fue ayer, 21 de
marzo de 2014. Pero, ¿qué ha ocurrido? Pues que también se ha decidido lanzar Byzantium en edición doméstica en
DVD/Blu-Ray nada menos que el 26 de marzo, cinco días después de que llegue a
la pantalla grande. Como consecuencia de esto, y de una manera totalmente
lógica (más aún si tenemos en cuenta que ya circula por internet la película
para descargar incluso doblada al castellano) la mayoría de locales
cinematográficos nacionales han decidido no traer este film. Ayer, sólo
algunas salas de Madrid y Barcelona, las grandes capitales del país, mostraban Byzantium en su cartelera. En Valencia,
el largometraje de Jordan ha brillado por su ausencia y parece poco probable
que llegue la semana que viene, cuando ya estará en los videoclubes de toda
España y presumiblemente al alcance de toda persona con acceso a internet.
Solamente cabe pensar en que se abra paso hasta alguna sala como los Babel,
especialmente con lo de la inminente Fiesta del Cine a finales de mes, pero
parece poco probable…
En fin, no puede uno más que
quedarse cuanto menos consternado y bastante desconsolado por estas decisiones
de marketing que parecen tan ciegas como incomprensiblesy, cuanto menos, manifestar
su desacuerdo aunque sea a través de esta humilde plataforma que es un blog
personal. Casos parecidos a este ya ocurrieron el pasado 2012 con títulos como Stoker, Coriolanus o Cabin in the Woods. Me pregunto si a las distribuidoras cinematográficas realmente les
renta facturar copias (en celuloide o digitales) de una película que va a estar
en los cines poco más de una semana…
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