Desde hace años, siempre que llega julio procedo casi invariablemente a efectuar un curioso ritual: escucho los primeros discos de Elvis Presley. Supongo que esta particular manera de dar la bienvenida al verano tiene su origen en la coincidencia con la fecha de las primeras grabaciones profesionales del cantante, efectuadas el séptimo mes del ya lejano año de 1954, y quizá en que fue también en julio cuando compré mi primer disco de rock and roll (véase artículo) que incluía That´s All Right, el single con el que Elvis se lanzó al mundillo discográfico. Sea como sea, el comienzo de la época estival parece remitirme inevitablemente a aquellas grabaciones.
Entre los días 5 y 6 de julio del citado año, Presley (19 años), el guitarrista Scotty Moore (22, véase mi homenaje en enero) y el contrabajista Bill Black (27 años) realizaron su primera sesión juntos en el mítico Sun Studio, en el 706 de la Union Avenue de Memphis, Tennessee, EE.UU. De entre los temas grabados salieron los dos que iban a conformar el primer sencillo del trío: el ya adelantado That´s All Right como cara A, y Blue Moon of Kentucky como cara B.
Me gusta intentar evocar en mi imaginación aquellos días que por supuesto no viví ni de lejos. Se me antojan como una época mágica en la que algo especial se estaba forjando pero, por supuesto, esta visión idealizada supongo que sólo la dan la perspectiva y el tiempo, e imagino que los que presenciaron aquellos acontecimientos los verían de otra forma, quizá más cotidiana y monótona y sin ser conscientes de estar creando algo que acabaría ganando el estatus de legendario…
Y cuenta esta leyenda que Elvis, un muchacho tímido enamorado de la música que iba a todas partes con su guitarra, se había dejado caer varias veces por el estudio del legendario Sam Phillips y había grabado un par de acetatos con la excusa de regalárselos a su madre (My Happiness / That´s When Your Heartaches Begin en julio de 1953, y I´ll Never Stand In Your Way / It Wouldn´t Be the Same Without You seis meses después), aunque en realidad todo parece indicar que con ello quería captar la atención del dueño del local para que le diera una oportunidad. Fue la secretaria de Phillips, Marion Keisker, la que lo hizo, y finalmente el futuro cantante consiguió que el productor le escuchara.
Sam Phillips había fundado el Memphis Recording Service (posteriormente Sun Studio y Sun Records) cuatro años atrás, y ya había grabado a leyendas del blues y el rhythm´n´blues como Howlin´ Wolf, B.B. King, Junior Parker o Rufus Thomas. Sam era un apasionado de la música negra que con frecuencia tenía que lidiar con el abundante racismo que había en su país en la época a la hora de justificar su admiración por el trabajo de la gente de color. Era consciente de que la música de estos artistas tenía potencial para gustar a las audiencias blancas, y que sólo necesitaba el vehículo adecuado para llegar a estas. Por supuesto, fue la persona de Elvis Presley, un chico que se había criado en barrios pobres y empapado de la música de los negros, el portavoz que Phillips buscaba para difundir ese sonido.
Sam presentó a Elvis a Scotty Moore y a Bill Black, músicos semiprofesionales con los que el productor ya había trabajado, y el trío tuvo un primer encuentro musical en casa de Scotty el domingo 4 de julio del citado año. Ninguno de los instrumentistas pareció quedar muy impresionado por el cantante, pero aún así acordaron grabar una sesión en el local de Phillips. Tuvo lugar durante los dos días siguientes (que casualmente también fueron lunes y martes, como este año), y fue una grabación relativamente informal durante la que los tres probaron todos los estilos y músicas que les gustaban: pop, country, jazz, rhtyhm´n´blues, blues… Elvis, que era gran admirador de Dean Martin, estaba empeñado en grabar baladas en la línea del crooner, y algunas de las canciones de aquellos dos días fueron estándares como Blue Moon, Harbor Lights o I Love You Because, pero Sam Phillips buscaba otro sonido, algo con más ritmo. Cuenta la historia que, de una manera casi casual, mientras descansaban entre tema y tema, Elvis empezó a cantar a su manera el viejo blues de Arthur “Big Boy” Crudup That´s All Right Mama, de 1946, pero al que, de un modo intuitivo y natural, dotó de un acompañamiento country. Moore y Black se le unieron, improvisando sobre la canción. Sam saltó del asiento en el cuarto de grabación y les hizo repetir de nuevo… Pronto se decidió que esta canción conformaría el primer single de Elvis, Scotty y Bill, y como cara B se escogió la ya citada Blue Moon of Kentucky, un tema grabado en 1947 por el rey del bluegrass, Bill Monroe, aunque también con el “tratamiento” especial que el trío había empezado a darle a las canciones, un sonido que después sería bautizado como rockabilly.
Es imposible no remitirse al topicazo de “el resto es Historia”: durante el siguiente año, la fama de Elvis empezó a extenderse, despacio pero con firmeza, desde su Memphis local a otros estados del sur, editó cuatro singles más con Sun Records y cayó en el punto de mira del infame “Coronel” Parker. La última grabación de Presley para Sun Records, Mystery Train / I Forgot to Remember to Forget, se grabó también en julio, pero en 1955. Parker, reconocedor del potencial del joven cantante y del pandemónium que empezaba a acompañar a sus actuaciones, se convirtió en su manager y negoció su contrato con la todapoderosa RCA, que incluyó a Elvis en su escudería a finales de noviembre del citado año.
Decía John Lennon que para él, Elvis había muerto en la mili, debido al notorio cambio de estilo que el cantante americano dio tras su vuelta del ejército, pero, en realidad, el sonido de Elvis ya había cambiado muy mucho años antes: si bien durante 1956 todavía se puede encontrar en sus primeras grabaciones para RCA un sonido similar al de las de Sun Records (de hecho, se rescataron temas inéditos de aquella época, y otros como I´ve Got A Woman venían también de su repertorio en directo de entonces), Presley pronto acabaría pasándose al pop más comercial y digerible que comenzaría a darle muchos de sus grandes éxitos imperecederos como Don´t Be Cruel, Teddy Bear y demás. Es por eso que considero que las mejores y más auténticas grabaciones del cantante son las de su primer año como profesional en el sello de Sam Phillips, sin lugar a dudas piedras angulares del rock que todo aficionado a este debería escuchar al menos una vez en la vida porque, como ya he dicho, creo que son Historia de la Música. Y además, se quiera o no admitir, acabarían cambiando este arte, al menos en su versión más popular…
* Los cinco singles de Elvis para Sun Records:
-That's All Right/Blue Moon of Kentucky (julio, 1954)
-Good Rockin' Tonight/I Don't care If The Sun Don't Shine (septiembre, 1954)
-Milkcow Blues Boogie / You're A Heartbreaker (diciembre, 1954)
-Baby Let's Play House/I'm Left, Your Right, She's Gone (abril, 1955)
-Mystery Train/ I Forgot To Remember To Forget (agosto, 1955)
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