Sin lugar a dudas una de las
películas más esperadas del año, dentro del género fantástico, por el público
en general. No era tanto mi caso, aunque también tenía interés por verla.
Básicamente se cumplen todas las expectativas que tenía de ella. Los films de Zack Snyder son
siempre visualmente impecables: en la composición de sus planos, el colorido y
la iluminación de sus secuencias, el cuidado diseño de producción… el
realizador siempre ofrece un espectáculo casi hipnótico que sin duda contentará
al público medio. A nivel del drama, de desarrollo de personajes, de ofrecer
una historia con cierta solidez, Snyder no siempre está a la altura (léase
casos como el tremendo videoclip que es Sucker
Punch) o ni siquiera se preocupa por estarlo (esto es cine comercial, al
fin y al cabo). Batman
v Superman sigue,
como era de esperar, esa línea habitual del director estadounidense: asombrosas
escenas de acción y peleas, sobresalientes efectos especiales, y una trama con
buenas propuestas iniciales pero de profundidad más bien moderada.
Lo que yo ya anticipaba antes de
ver la película, y por supuesto se ha confirmado, era ese reparto principal
poco solvente y creíble, en especial un histriónico Jesse Eisenberg que
provoca aversión desde su primera aparición interpretando a un Lex Luthor
insoportable que conforma a base de las típicas muecas y expresiones de malo
loco que hemos visto hasta la extenuación en el cine y que no dicen mucho de su
originalidad a la hora de encarnar al archivillano. La delgada y artísticamente
limitada Gal Gadot no me resulta muy creíble como Wonder Woman, aunque
por suerte sus apariciones son escasas, y está claro que se la incluye en la
cinta meramente como promoción de su próximo trabajo: un film en el que repite
el clásico personaje de DC y del que será protagonista absoluta. Y en cuanto a
los dos actores principales, pues de Ben Affleck ya es bien conocida su inexpresividad y tampoco
es precisamente santo de mi devoción, y digamos que a Henry Cavill lo
tolero, no teniendo nada a favor ni en contra de él.
Por suerte para el espectador, hay
un elenco de secundarios más que interesante en el que yo destacaría a la
maravillosa Diane Lane y a Holly Hunter, pero en el que también se encuentran
Amy Adams (que se supone que es la actriz principal, pero tiene un papel más
bien comedido), Jeremy Irons o Laurence Fishburne, entre otros, que aportan a
la cinta lo que no sabe aportar la mayoría del reparto principal, pero que
difícilmente pueden compensar las carencias de los intérpretes que encabezan el
cartel.
Al final asumo la película como
mero entretenimiento, y en ese sentido creo que cumple más o menos su cometido.
La anticipada pelea entre Batman y Superman me convence, no así tanto la de
ellos dos y Wonder Woman contra Juicio Final, sosias poco carismático del troll
de las cavernas de El Señor de los
Anillos. El largometraje falla sobre todo en lo que yo considero algo esencial
para toda historia de superhéroes: un buen malo (o malos), pues ni esta criatura
CGI ni el penoso Eisenberg logran convencerme. Más destacable me parece el tono
deseablemente dramático de la cinta, en contraste con todas las idioteces, gracietas y
agotadores comic reliefs que habitúan
a meternos la mayoría de películas de Marvel, y que para mí logran arruinarlas
en su mayoría. En este caso, me alegro que Warner haya optado por conferir un
estilo más adulto a sus adaptaciones a la gran pantalla.
Con estos antecedentes, no
apuesto mucho por la mayoría de los siguientes títulos del universo DC que
recuperan a los mismos protagonistas, en parte porque son personajes que siempre
me han llamado menos la atención que los creados por Stan Lee, principalmente
por lo ya expuesto en las líneas anteriores: una selección actoral poco
llamativa y atractiva. Curioso que Gal Gadot vaya a protagonizar Wonder Woman secundada por dos actrices
de la talla de Connie Nielsen y Robin Wright, un ejercicio parecido a esta Batman v Superman en la que casi todo el
peso y la calidad recae sobre el supporting
cast.
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