¿Quién puede bajar los ojos como una mujer? ¿Y quién sabe alzarlos como ella?
Solemos pensar en los filósofos como sesudos señores que pasan la mayor parte del día mirando al infinito e intentando descubrir los secretos de la existencia, pero el danés Soren Kierkegaard también tenía intereses más terrenales y alcanzables. Suya es esta famosa frase que, desde luego, no dedicó a la actriz Sienna Guillory, pero que podría estar perfectamente pensada para ella.
Y es que me resulta imposible no quedarme embelesado con la mirada entre coqueta y tímida que tiene esta inglesa, con su cara de niña buena que no ha roto nunca un plato (aunque en su currículum escolar consta que la expulsaron por robar, no creáis), con esos pómulos bellamente pronunciados, con sus sensuales labios “de pato”, con la finura de sus rasgos faciales en general y con su esbelto y atractivo cuello. Ya sabéis que tengo cierta propensión a los amoríos cinematográficos, y Sienna tiene una parte de mi corazón cinéfilo desde hace años.
La descubrí en los tiempos en que aún veía televisión, cuando una noche emitieron el telefilm Una chica como tú (2000). Me quedé en el acto con su nombre y fue imposible olvidarla. Desde entonces, he intentado seguir su carrera, algo que sólo he conseguido a medias, ya que buena parte de su filmografía consta de películas europeas independientes, telefilmes y series de televisión, material al que no siempre me es fácil acceder. Sus trabajos más conocidos –los rodados en EE.UU.– sí que he podido verlos en cine, y algunos otros a través de la oportuna edición en DVD e incluso en la pequeña pantalla.
Y es curioso, Sienna ya lleva diecisiete años como actriz profesional, pero parece que la popularidad se le resiste, quizá porque no le hace ascos a ningún desafío e igual trabaja con un director desconocido que interviene en blockbusters hollywoodienses…
Nació en Kettering, en el condado inglés de Northamptonshire, un 16 de marzo de 1975. Es hija de la modelo Tina Thompson y del músico Isaac Guillory, y tiene sangre cubana, turca, española, norteamericana e inglesa en sus venas: tengo clarísimo que la mezcla de etnias da fructíferos resultados… Fue modelo antes que actriz y cuenta que llegó al cine un poco de casualidad. Curiosamente una de las cualidades que le ayudaron a iniciarse ante las cámaras fue su habilidad como amazona: precisamente su primer papel fue en el telefilm Riders (“Jinetes”), en 1993. A partir de ahí intervino en varias producciones de su país como Puesto (2000), Bésame o mátame (2000), Café de noche (2001) o Superstition (2001) antes de dar el salto a Hollywood con La máquina del tiempo (2002). Su personaje en la película tiene un papel secundario pero totalmente relevante para la historia: es la prometida del protagonista, y está encantadora como elegante dama decimonónica.
Tras su primera aventura americana, Sienna volvió a su país natal para rodar, entre otras producciones, el telefilm Helena de Troya (2003), donde, evidentemente, da vida al personaje del título, y regresó entonces a los EE.UU. para intervenir en el largometraje por el que quizás más la reconozca el gran público: compartió cartel con Milla Jovovich en la segunda parte de la saga fílmica Resident Evil, dando vida al personaje del vídeo-juego Jill Valentine, ocasión para la que se tiñó de morena. No tengo una gran opinión de la franquicia dirigida por Paul W. Anderson, pero sin duda la presencia de Sienna en Resident Evil: Apocalpsis (2004) convierte para mí esta secuela en el más interesante de sus capítulos (por cierto, no pudo intervenir en la tercera parte por estar rodando otra película, y tiene un pequeño cameo en la última, lo que hace pensar que podría volver a aparecer en futuras continuaciones).
Más recientemente la hemos podido ver de guerrera elfa (¿quién mejor que ella, con ese rostro tan especial que tiene?) en la fallida Eragon (2006, precisamente la película que le impidió participar en Resident Evil: Extinction), en la producción española El corazón de la tierra (2007), en Corazón de tinta (2008) y hasta ha intervenido en la serie C.S.I. este mismo año. La verdad es que me tengo que poner las pilas, porque me cuesta bastante seguir la carrera de esta chica por las razones antes expuestas y por lo prolífica que es…
Afincada desde hace pocos años en Los Ángeles, espero que Sienna acabe obteniendo un mayor reconocimiento (tiene tantas o más cualidades que muchas actrices más famosas) sin tener que llegar a “venderse” tanto como otra compatriota suya de la que también fui gran admirador hasta que se instaló definitivamente en el cine norteamericano y se dedicó en exclusiva a filmes comerciales: Kate Beckinsale.
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