Lo que da de sí una idea sencilla: la portada del primer LP de Elvis Presley, aparecido en marzo de 1956 y titulado simplemente con el nombre del cantante, fue compuesta con una fotografía en B/N –algo atípico incluso en aquella época para un álbum de una compañía importante como era RCA– sacada de un concierto en directo del artista. Nada de poses ni montajes: el 31 de julio de 1955, el chico de Tupelo actuaba con sus inseparables Scotty Moore y Bill Black en Fort Homer W. Hesterly –un edificio de Tampa, Florida, que hacía las veces de arsenal y cuartel militar y de centro social de la ciudad para conciertos, mítines, etc–, cuando su mánager, el Coronel Parker, contrató al fotógrafo local William V. Robertson para que realizara varias fotografías del evento, y una de ellas –conocida popularmente como la “fotografía de la amigdala”– fue utilizada para el larga duración de Elvis unos meses más tarde, previamente recortada.
Conocida la tiranía de Parker, no es de extrañar que el autor de la famosa instantánea se mantuviera en el olvido durante décadas: seguramente le pagaría cuatro duros por el trabajo y, por supuesto, no le debió ceder los derechos de las imágenes. Mucha más suerte tuvo su colega William “Popsie” Randolph, autor de las cuatro fotografías de la contraportada del disco que muestran a Elvis grabando en el estudio, que sí llegó a ver su nombre en la funda del LP, honor que ni los propios músicos de Elvis recibían. Esto dio lugar a la confusión de que él era también el que captó la imagen de la portada, error que no se corrigió hasta hace pocos años.
La fotografía de Robertson, pues, en la que podemos atisbar al contrabajista Bill Black apenas distinguible, se completó con una maquetación casi minimalista: la palabra “ELVIS” en rosa cruza verticalmente el margen izquierdo de la cubierta del LP; el apellido “PRESLEY”, en verde, aparece en horizontal en la parte inferior. Arriba a la derecha encontramos el logotipo y nombre de la compañía –utilizando también los colores del título del disco–, la referencia de este, LPM-1254, y la característica frase “A "New Ortophonic" High Fidelity Recording”. En posteriores ediciones el logotipo aparecería de forma más discreta, con las letras simplemente en blanco sobre el fondo negro, e incluso en otras versiones ni siquiera lo encontramos.
En 1979 los miembros del grupo punk The Clash decidieron rescatar el diseño del viejo LP para su tercer disco, el popular London Calling, sólo que ahora con el bajista Paul Simonon aprestándose a golpear su bajo contra el suelo. Las dos palabras del título del disco se dispusieron y colorearon de idéntica manera al de Presley aparecido veintitrés años antes. Fue el primero de los muchos guiños que se hicieron al álbum debut de Elvis, aunque quizá hay que reconocer que en algunos sectores es incluso más conocida la portada del trabajo de The Clash que la original (la hilarante cubierta del “single del gaitero” de Siniestro Total es una de las muchas que remiten claramente a ella). La razón es fácil aducirla a la obvia mayor difusión de la música rock a nivel mundial en el año 79 que cuando apareció el vinilo de Elvis a mediados de los 50. Recordemos que en países como el nuestro ni siquiera se editó en su momento. Desde entonces, decenas de artistas musicales, e incluso diseñadores de otros campos, no han podido resistirse a imitar la idea que el anónimo maquetador de la RCA tuviera hace ya cincuenta y cuatro años.
* Más información (en inglés):
Una curiosidad mas a añadir a las influencias de Elvis.
ResponderEliminarSaludos,
Carrillo