En realidad sólo esperaba la excusa adecuada para poner a la niña de mis ojos en el blog, y puesto que hoy hubiera cumplido 81 años, pues ya la tengo.
Por desgracia, la que en la actualidad podría haber sido una de las abuelitas más adorables del Cine nos dejó prematuramente hace ya tiempo, a los 63 años, en enero de 1993, debido a un nefasto cáncer de colon. Me pregunto qué opinaría sobre los muchos chanchullos y negocietes que, en torno a ella, se están montando hoy en día sus hijos con todos esos bolsitos, relojes y demás fruslerías.
Suerte que, como mito imperecedero del Cine que es, siempre la podremos reencontrar en sus películas y ratificar en ellas nuestro eterno amor por la irresistible Princesa Ana o por la encantadora Sabrina...
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