Ya de normal siento una marcada aversión hacia el domingo: me resulta un día aburrido y tedioso en el que nadie sale, todo está cerrado y hay pocas opciones para alguien que, al contrario de lo que parece ser la tendencia mayoritaria, no quiere pasarse ese día encerrado en casa viendo la televisión. Pero hay un domingo al año al que le tengo verdadera agonía, y ese es precisamente hoy: el día en que se retrasa la hora, dando así el pistoletazo de salida al horario de invierno y a la estación del año que más me agobia y me deprime. Sé que hay mucha gente a la que le gusta pero, amigos, yo prefiero el verano y el solecito, como ya dejé sentado en una entrada anterior. Creo que el frío está bien para los pingüinos y las focas, pero el ser humano necesita luz y calor. Tampoco he acabado de entender nunca eso del “ahorro energético” que se supone implica la dichosa modificación horaria.
La estación invernal significa para mí cosas como la agudización de mi faringitis crónica y de mi rinitis, levantarme todos los días con la garganta irritada y la nariz taponada, que mi piel y mi cabello se me sequen y escamen, tener que llevar mucha ropa -que es algo que me agobia-, y un sinfín de penosidades pequeñas pero insidiosas y molestas. El invierno implica también infinidad de días lluviosos, ventosos, nublados, grises y con escasez solar, y eso que tenemos la suerte de vivir en una región bastante buena en cuanto al tiempo (no quiero ni imaginar lo que sería residir en un país nórdico). Pero, sobre todo, significa un tremendo bajón en mi ánimo y mi humor, que ya de por sí no suelen ser muy buenos. Me resulta totalmente deprimente el ver que a las cinco y media de la tarde o las seis como mucho ya se ha hecho de noche. Se le quitan a uno las ganas de salir de casa al verse rodeado de tanta oscuridad y de meterse directamente en la cama…
Como también manifesté en el mismo artículo al que he hecho referencia (It´s Summertime...), creo que voy a considerar seriamente reencarnarme en oso en mi próxima vida para así poder eludir la estación fría y despertarme cuando llegue la primavera. De momento, me desconecto anímica, moral e intelectualmente. Nos vemos el 21 de marzo.
Ha informado Ripley, última superviviente del Nostromo. Fin del informe.
Iniciando protocolo para hibernación.................................................................
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Jajajajajaja, perdona que me ría pero te ha quedado un post más que exagerado y a la vez simpático.
ResponderEliminarVenga, no te agobies, levanta el ánimo, ponte un buen disco o una buena película que te anime el día fatídico del cambio de hora, piensa que hay muchas cosas para hacer cuando no hay buen tiempo: charlar y beber con los amigos, ir al cine mientras en la calle llueve, pasear por una playa chulísima en invierno y vacía de turistas, descubrir cosas, lugares y gentes a los que en verano pasaste por alto.
Vaaaaaaaaale, ya sé que no te convenzo del todo, que no te valen algunos de mis argumentos, que todo esto lo está escribiendo alguien al que le gusta el otoño, al que el invierno le atrae más que el caluroso verano, al que le gusta quedarse en casa a ver la televisión si no hay un buen plan en la calle, al que prefiere un jersey que un pantalón corto, pero....hay que tomarse las cosas con buen humor y asumir que el tiempo es cíclico. Ahora toca otoño y dónde tu vives en Valencia tampoco es tan duro. No dejes que la meteorología te cambie el humor y si te dan ganas de mandarme a la porra por meterme dónde nadie me llama...¡mándame a la porra y verás que bien te quedas!
Te escribí esto con ganas de animarte, yo mientras no lleguen las odiosas Navidades, estoy contento porque bajen las temperaturas. Eso sí, ¡en cuanto suenen los villancicos también me pongo de los nervios!
Es verdad: además están las Navidades, que para una ateo y "paria social" como yo tampoco son las fiestas más divertidas... :(
ResponderEliminarPero bueno, de todas maneras te agradezco sinceramente tus ánimos y, nada, intentaremos sobrevivir al invierno como malamente podamos. Esperemos que nos lo alegren con algún estreno chulo, aunque me da la impresión de que esos también se los dejan para primavera y verano...
Yo subscribo los ánimos de Xalons. Deberías hacerle caso.
ResponderEliminarAunque no comento mucho sigo el blog y no me mola que dejes de escribir.
Lo intentaré, pero es más fácil de decir que hacer, especialmente cuando no siempre se puede contar con esos amigos para pasar el rato.... (crítica "indirecta" global)
ResponderEliminarY algún comentario de vez en cuando también me levanta el ánimo. De lo contrario yo no sé si alguien lee mis desvaríos... :P
Sal a ver la luz del día, Lord
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