La actriz norteamericana Patricia Neal (nacida en Packard, Kentucky el 20 de enero de 1926, y cuyo verdadero nombre era Patsy Louise) se marchó ayer al Paraíso del Celuloide, sumándose a una larga lista de artistas clásicas que nos han dejado en los últimos meses, y que encabezan dos mitos de la talla de Jennifer Jones o Jean Simmons.
Mrs. Neal quizá no logró la notoriedad de las otras dos actrices, pero protagonizó un buen puñado de clásicos imperecederos como Alma en tinieblas (1949), La flota silenciosa (1951), Un rostro en la multitud (1957), El más salvaje entre mil (1963), que le valió un Óscar, o Una historia de tres extraños (1968), por la que fue nominada al mismo premio. No diré que fui un fiel seguidor de su carrera, pero sí que dos películas de su currículum constan entre mis favoritas: Ultimátum a la Tierra (1951), cuyo papel heredaría Jennifer Connelly en el prescindible remake de 2008, y Desayuno con diamantes (1961), de cuyo reparto principal sólo nos queda ya el incombustible Mickey Rooney. Me hace gracia que siempre la presenten en este largometraje como “la señora madura” a la que le saca dinero el personaje de George Peppard, cuando en realidad sólo tenía dos años más que él y tres más que Audrey Hepburn...
Cuentan las crónicas que su vida personal conoció momentos trágicos, perdiendo a uno de sus hijos a temprana edad, resultando otro gravemente dañado en un accidente, y sufriendo ella varios derrames cerebrales cuando tenía treinta y siete años que le obligaron a aprender a hablar y caminar de nuevo. Afortunadamente, se recuperó de ellos con admirable tesón y continuó su carrera hasta prácticamente el fin de sus días. La última vez que la vi en la pantalla grande fue dando vida al personaje que da título a Cookie´s Fortune (1999), pero todavía el mismo año pasado intervino en un pequeño papel en la película Flying By. Como siempre, nos quedará echar mano de nuestra videoteca para recordar otra vida dedicada al arte de la interpretación...
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