Durante el mes pasado, muy a nuestro presar, proliferaron las bajas cinematográficas. Este diciembre parece que va a ser profuso en lo referente a felicitaciones de aniversario: posiblemente no tenga el estatus de Kirk Douglas –al fin y al cabo, un titán del cine– aunque sí, desde luego, bastante mucha más veteranía que Jennifer Connelly: faltaban todavía diecisiete años para que naciera la bella actriz cuando el canadiense Christopher Plummer interpretó su primer papel en el episodio The Gathering Night de la serie norteamericana de TV Studio One. El actor había nacido en Toronto, Ontario, un día como hoy de 1929, y sus primeros años como profesional estuvieron vinculados al medio televisivo. No debutaría en el cine hasta la película Stage Struck de Sidney Lumet en 1958, secundando a Henry Fonda, y desde entonces hasta hoy día ha alternado la pequeña y la gran pantalla y la escena teatral, bordando a lo largo de casi sesenta años una soberbia carrera que supera sobradamente el centenar de intervenciones.
Sobre todo en los 60 y los 70 se prodigó a menudo en papeles históricos y bélicos, curiosamente interpretando muchas veces a personajes británicos: La batalla de Inglaterra (1969), Waterloo (1970, dando vida al mismísimo Duque de Wellington), El hombre que pudo reinar (1975), Ases del cielo (1976)… aunque también hizo de alemán (era Rommel en La noche de los generales, 1967), de griego (Oedipus the King, 1968) o de romano (la espectacular La caída del Imperio Romano, de 1964, donde fue Cómodo mucho antes que Joaquín Phoenix en el remake bastardo de la película, Gladiator). Intervino además en todo un clásico del musical, Sonrisa y lágrimas (1965), pero reconozco abiertamente que es una película que nunca he podido soportar.
Actor incansable y prolífico, durante su madurez ha seguido apareciendo en infinidad de películas y series: El pájaro espino, Star Trek VI: Aquel país desconocido, Malcolm X, Lobo, Doce monos, El dilema, Plan oculto, etc, etc. Por supuesto, también ha prestado su cuidada dicción al doblaje: suya es la voz del malo de Up y hasta la del narrador de David el gnomo. Todo un galán a sus 81 años cumplidos hoy, Christopher sigue conservando su eterna apostura y elegancia, y esperamos que nos siga deleitando con su arte durante mucho tiempo más.
Por cierto, me dejo para el final la que es posiblemente mi película favorita del señor Plummer (¡es difícil elegir!): Asesinato por decreto, de 1979, segunda ocasión en la que encarnó a Sherlock Homes (la primera fue en el cortometraje televisivo Silver Blaze dos años antes) y un título que me fascinó desde la primera vez que lo vi en mis años mozos en el que el mítico detective se enfrenta al no menos legendario Jack el Destripador. La cinta de Bob Clark está claramente basada en la película de 1965 Estudio de terror, de la que se puede considerar un remake, y a su vez ha influido indiscutiblemente en la más reciente Desde el infierno.
Artista también icónico a su manera, aunque quizá con menos caché que Christopher Plummer, y nacido el mismo día pero cuatro años antes en Missouri, EE.UU., Dick Van Dyke celebra hoy también, pues, su aniversario, 85 magníficos años tras los cuales sigue conservando esa eterna sonrisa que es su marca de fábrica. Eminentemente televisivo a partir de 1970 (¡187 episodios de Diagnóstico: Asesinato entre 1993 y 2001), la carrera interpretativa de Van Dyke difícilmente puede compararse con la de Plummer, pero cuenta en su lista con algunas de las comedias y musicales más clásicos de los 60, sobre todo Mary Poppins (1964) y Chitty Chitty Bang Bang (1968), sin lugar a dudas, los dos títulos por los que pasará a la Historia del Cine. ¡Un gran estirón de orejas a los dos!
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