"Un hombre que limita sus intereses limita su vida" (Vincent Price)

martes, 16 de abril de 2013

Libros y cine, cine y libros (VII)

Psicosis: Robert Bloch y la novela
Robert Bloch
Robert Bloch (1917-1994) ya era un reconocido autor de literatura de terror y suspense en su país, EE.UU., cuando en 1959 publicó su novela más célebre, Psycho (“Psicópata”, en realidad, aunque en nuestro país la conoceríamos como Psicosis). Bloch había iniciado su carrera literaria dentro del llamado “círculo Lovecraft”, e incluso llegó a forjar una sólida amistad epistolar con el legendario escritor de Providence. Sus primeras publicaciones fueron relatos relacionados con los Mitos de Cthulhu, pero posteriormente fue madurando como escritor y creando su propio estilo, más en la línea del thriller criminal y el terror psicológico. El mismo año en que publicó Psicosis recibía el prestigioso Premio Hugo.

Psicosis, una novela sencillita y breve (menos de 200 páginas) de fácil y cómoda lectura claramente enfocada al comercial mercado de los best-sellers, se centra en el personaje de Norman Bates, un hombre de 40 años obeso, con gafas, propenso a la calvicie, de aseo descuidado y con cierta afición a la bebida que vive totalmente dominado por su posesiva madre. Es un individuo solitario que regenta un modesto hotel de carretera en horas bajas, que ha vivido toda su vida en un viejo caserón decimonónico y que llena su tiempo leyendo libros, principalmente de ocultismo.

Un buen día, Norman recibe la visita de Mary Crane, una joven secretaria de una inmobiliaria de Texas que ha robado a su jefe 40.000 dólares que planea entregar a su novio Sam para ayudarle a pagar las deudas de su negocio. Mary ha viajado cientos de kilómetros para reunirse con su amado cuando decide descansar en el Motel Bates, pero allí es asesinada  por una anciana que parece ser la madre de Norman.

No es hasta alcanzados dos tercios de la novela que el lector descubre que la señora Bates lleva veinte años muerta y todavía se ha de avanzar más la lectura del libro para verificar que, en realidad, Norman es un psicópata que se trasviste y que ha asumido la personalidad de su progenitora, y que incluso vive con el cadáver desenterrado de ésta en su lúgubre hogar. Él mismo la envenenó a ella y a su amante, aunque en su momento la policía no lo sospechó.

Sam, Lila (la hermana de Mary) y el investigador Arbogast, que sigue el rastro del dinero robado, intentarán dar con la desaparecida fugitiva, descubriendo finalmente el macabro secreto de Norman Bates.

PsicosisAlfred Hitchcock y la película
El año en que se publica Psicosis Alfred Hitchcock acaba de estrenar Con la muerte en los talones, un elegante film de espionaje que contaba con la glamorosa presencia de Cary Grant. Es en ese momento cuando se interesa por la reciente novela de Bloch y la escoge como su próximo proyecto. La elección sorprende a muchos, incluidos los estudios cinematográficos y los colaboradores habituales del director. Psicosis era una historia un tanto truculenta y morbosa para los cánones fílmicos de la época y trataba algunos temas que todavía seguían siendo tabúes para el Hollywood de los últimos 50 como la desviación sexual de Norman Bates e incluso ese incesto sugerido en la narración original. Hasta el plano del inodoro fue un auténtico desafío a la censura, ya que no se había mostrado nunca este aparato en una producción hecha en la Meca del Cine, y no hablemos ya de las explícitas escenas de la actriz principal desnuda en la ducha o en lencería. Aún con todo, el “mago del suspense” siguió adelante con su empresa contra viento y marea, rebajando su salario e incluso financiando parcialmente el rodaje hipotecando su casa.

Con un presupuesto menor de lo habitual en las producciones del genio inglés, filmada en blanco y negro y sin estrellas de la talla y el carisma de Cary Grant, James Stewart o Grace Kelly, la adaptación al cine de Psicosis se estrenó en los Estados Unidos un 16 de junio de 1960 (el 2 de abril de 1961 en España) y se convirtió de inmediato en un gran éxito de público sobre todo gracias a las astutas estrategias promocionales de su director. Las críticas fueron enfrentadas, y la Academia de Cine de  Hollywood la nominó en cuatro categorías (director, dirección artística, fotografía y actriz secundaria), aunque no ganó en ninguna de ellas. Hoy en día es una de las películas más conocidas y representativas de Hitchcock y todo un ejemplo del cine de terror y suspense que se estudia en todas las escuelas de la disciplina fílmica.

Perkins, Hitchcock y Leigh durante el rodaje del film

La adaptación del relato de Bloch por parte del guionista Joseph Stefano fue en general bastante fiel, con la importante excepción de que el personaje de Norman Bates tiene menos protagonismo en el film (en la novela aparece en casi toda la primera mitad) y las supuestas conversaciones de aquel con su madre están básicamente eliminadas, puesto que estas sólo ocurren realmente en la mente del perturbado y este engañoso recurso es más difícil de usar en el medio audiovisual.

Lo más reprobable, cuanto menos discutible, que se le puede echar en cara a Alfred Hitchcock es la elección de un actor físicamente tan dispar al Norman Bates del libro como era Anthony Perkins: delgado, apuesto, doce años más joven que el personaje literario y con aspecto de niño desvalido, el intérprete neoyorquino distaba enormemente de parecerse al psicópata creado por Bloch inspirado en el editor Calvin Beck y más remotamente en el asesino necrófilo Ed Gein. Quizá la elección de alguien con un físico tan diferente al del Bates novelístico no fue tan mala idea después de todo, ya que un protagonista más grotesco y con un aspecto menos inocente y atractivo hubiera resultado mucho más sospechoso para el espectador. Al fin y al cabo, aunque es fácil relacionar la figura del psicópata con el clásico tipo solitario y raro, algunos de los asesinos en serie más populares –o infames– han sido personas carismáticas y con don de gentes.

El resto del reparto inicial lo formaron Janet Leigh en el que es quizá su papel más recordado (aquí se llama Marion en lugar de Mary), el fornido John Gavin como Sam Loomis, Vera Miles como Lila Crane, y Martin Balsam como el detective Arbogast. No hay que olvidar tampoco la sensacional y muy reconocible banda sonora del gran Bernard Herrmann ni la inolvidable Mansión Bates, dos “personajes” de la película por derecho propio.

La mansión Bates, tan popular como los personajes humanos de Psicosis

Entre las secuencias creadas expresamente para el film o notablemente alteradas, destaca la del policía con cara poca amistosa que sorprende a Marion durmiendo en el coche o la inicial, en la que Sam y Marion están en un hotel y hacen planes para el futuro. La primera no existe en la novela, mientras que la segunda no es exactamente igual: la pareja se conoce en un crucero, después mantiene correspondencia y sólo se ven en una ocasión más y es en el pueblo de él. Además, la larga conversación entre Marion y Norman mientras ella cena transcurre en la propia casa en el libro, y no en el motel.

Referencias psicóticas
Psicosis, tanto en su formato novela como en el de película, trajo consigo toda una serie de secuelas, precuelas y remakes: en 1982, Robert Bloch publicaba Psycho II, en la que Norman Bates escapaba del hospital mental en el que estaba y se encaminaba hacia Hollywood, donde estaban rodando una película basada en sus crímenes. Ocho años más tarde, Bloch completaba la “trilogía Bates” con Psycho House, libro en el que Norman Bates ya ha fallecido y su famoso hogar es reconstruido con fines turísticos. Una escritora viaja a Fairvale para documentarse sobre su proyecto biográfico sobre Norman cuando, por supuesto, comienzan a ocurrir misteriosos asesinatos. Ninguna de estas novelas tiene nada que ver con las secuelas cinematográficas que ahora veremos…

También en 1982 Anthony Perkins, quien para bien o para mal quedaría para siempre vinculado al personaje para el que le escogió Alfred Hitchcock, protagonizaría Psicosis II: el regreso de Norman, dirigida por Richard Franklin, en la que volvía encarnar a un Norman Bates que salía del psiquiátrico presuntamente curado veintidós años después de los hechos del film original. La cinta –en la que también reaparecía Vera Miles con su personaje de Lila Crane– resultó un producto aceptable sobre todo teniendo que medirse con su mítico precedente. Menos interés despertaron Psicosis III (dirigida por el mismo Perkins en 1986) y Psicosis IV: El comienzo (Mick Garris, 1990), esta última directamente para televisión y con el personaje interpretado parcialmente por Henry Thomas cuando es representado en su juventud y por Ryan Finnegan cuando es niño.

Anthony Perkins, o la maldición de Norman Bates

En 1987 se grabó el episodio piloto de Bates Motel, serie que no conseguiría despegar (parece que el mismo Perkins se opuso a ella). El propio Norman Bates no aparecía en él, y era sustituido por un antiguo compañero del manicomio que asumía su papel. Mejor suerte ha tenido este mismo año la nueva serie de igual título, que nos presenta a un Norman Bates que llega a la mansión junto con su madre cuando es adolescente (lo cual no respeta la historia de la novela, en la cual Norman ha vivido siempre en la casa y el motel ha sido construido por la mujer). Además, la acción se sitúa en la actualidad, ya avanzado este nuestro siglo XXI. De momento estoy siguiendo la serie, pero no me atrevería decir que me esté fascinando. Lo mejor es la presencia de los dos clásicos edificios de la saga, el caserón y los apartamentos. Norman es interpretado por el joven Freddie Highmore, mientras que la señora Bates tiene el rostro de Vera Farmiga, y no es ni tan puritana ni tan poco atractiva como la original. Como secundario aparece Nestor Carbonell, actor que hubiese sido un perfecto Norman Bates adulto por su gran parecido con Anthony Perkins.

En 1998 Hollywood cometió uno de esos tropiezos tan repetidos en su industria como fue atreverse con un remake de la obra maestra de Hitchcock que para más inri calcaba todos los planos del film original. Dirigido por el habitualmente interesante Gus Van Sant, el reparto estaba encabezado por Vince Vaughn (Norman), Anne Heche (Marion), Julianne Moore (Lila) y Viggo Mortensen (Sam). Personalmente nunca he sentido el menor interés por verlo y no sé si algún día me atreveré a abordarlo. Ya he manifestado en otras ocasiones que no me opongo radicalmente a los remakes, y que hay algunos que me parecen buenos, pero en este caso me parece que la versión de Van Sant poco puede aportar de original o novedosa y no me llama la atención.

Recomendación obligada y reciente es, por último, Hitchcock, película estrenada en España este mismo año (el pasado en su país de origen, EE.UU.) dirigida por Sacha Gervasi y que se centra precisamente en el dificultoso rodaje de Psicosis. Un Anthony Hopkins muy bien caracterizado y más comedido de lo que es habitual en él interpreta al mismísimo Alfred Hithcock, mientras que una estupenda Helen Mirren encarna a la esposa del director, Alma. Un atractivo reparto encarna a los personajes principales relacionados con el film: Scarlett Johansson es Janet Leigh, Toni Colette la secretaria de Hitchock Peggy Robertson, Jessica Biel hace de Vera Miles, un acertado James D´Arcy revive a Anthony Perkins, y un recuperado Ralph Macchio es el guionista Joseph Stefano. Hasta el mismísimo Ed Gein interviene con el rostro del actor Michael Wincott en varias escenas donde el director mantiene varias conversaciones imaginarias con él. Ni qué decir tiene que, siendo fan de Hitchcock, esta era una de las películas que más ganas tenía de ver este año y que acudí a su estreno cinematográfico en cuanto me fue posible.

     Mary empezó a gritar. Entonces la abertura de las cortinas se ensanchó y apareció una mano, armada con un cuchillo de carnicero. Un cuchillo que cortó su grito.
     Y su cuello.
(Psicosis, Robert Bloch)

2 comentarios:

  1. Excelente presentación y análisis de "Psycho", al igual yo soy admirador de Hitchcock. Un excelente director, aunque no he tenido la suerte de ver toda su obra, sino que poquisima muestra de tal repertorio monumental de filmografía.

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  2. Pues hoy en día es mucho más accesible que hace unos años, seguro que puedes encontrar fácilmente casi toda la filmografía del maestro. A mí aún me quedan por ver algunas de sus películas inglesas...

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