"Un hombre que limita sus intereses limita su vida" (Vincent Price)

viernes, 12 de abril de 2013

Más allá de la muerte

La muerte pesa sobre nosotros como una losa –¿qué mejor comparación? – que puede caernos en cualquier instante. Nos fascina, asusta y obsesiona a la vez en diferentes proporciones según cada persona, aunque la mayoría no quiera admitirlo y, en algún momento de nuestra vida, vamos a tener que hacerle frente, a aceptar que no somos eternos y que nuestro fin llegará. ¿Lúgubre elucubración? Sin duda, pero es un poco el agridulce regustillo que te deja el visionado de Más allá de la muerte (After.Life, 2009), desasosegante ópera prima de la directora polaca Agnieszka Wojtowicz-Vosloo que propone una reflexión inevitablemente romántica –porque no olvidemos que la muerte es un elemento tan importante en el Romanticismo como pueda serlo el amor, aunque muchos prefieran ignorar este hecho– sobre lo endeble y efímero de la vida y sobre lo que pueda venir después.

Largometraje protagonizado por una pareja tan curiosa como peculiar, el enorme Liam Neeson, y la diminuta Christina Ricci, la última interpreta en él a una joven maestra que sufre un accidente de coche y despierta en una funeraria, donde el director del negocio (Neeson, por supuesto) se empeña en hacerle ver que ha fallecido y que él tiene el don de poder hablar con los muertos. Pero, ¿es esto verdad o el hombre pretende engañarla por algún motivo? Mientras la chica espera su propio entierro, su prometido (un desentonado Justin Long) y un alumno de ella (Chandler Canterbury) intentarán averiguar su destino. No es una película gore o truculenta, pero puede resultar desagradable a personas con cierta sensibilidad a los temas que propone y que he enumerado en el párrafo anterior. Memento mori...

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