"Un hombre que limita sus intereses limita su vida" (Vincent Price)

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Casablanca

Como parte de mi homenaje personal a Ingrid Bergman con motivo de su aniversario, el pasado 29 de agosto no pude resistirme a ver de nuevo el que es sin duda su largometraje más conocido, Casablanca, dirigido por Michael Curtiz en 1942. Pese a ser otra de mis grandes películas favoritas, llevaba muchos años sin verla; incluso había olvidado algunos planos.

La primera vez que vi Casablanca fue estando en el instituto, e inmediatamente quedé fascinado por ella. Además de gustarme la historia del film, por aquella época también estaba interesándome mucho por acontecimientos históricos como la II Guerra Mundial o la Guerra Civil Española, ambos con repercusión en él, y mi cinefagia se acrecentaba a pasos más agigantados que nunca. La obra maestra de Curtiz me iba a marcar de por vida, y serían muchas las veces que la vería con posterioridad. Fue posiblemente también mi primer encuentro con la que pronto se convertiría en una de las actrices esenciales de mi panteón particular, aunque por la misma época vería también su último trabajo, la miniserie Una mujer llamada Golda, en TVE.

¿Se puede reunir a un plantel más inolvidable?

Resumir el argumento de Casablanca me parece innecesario: cualquier persona que se precie de tener un mínimo amor por el 7º Arte debería haberla visto y conocerlo. Me parece una de las historias de amor más bonitas que ha contado el cine, aunque el “chico” no se quede con la “chica” (lo mismo ocurre con otra de mis cintas predilectas, Vacaciones en Roma). Para mí, más que una película, es ya un mito más grande que la vida. Me resulta curioso leer que tiene detractores, porque yo la encuentro perfecta. Me encanta toda su plantilla, desde el trío protagonista (completado por Humphrey Bogart y Paul Henreid) hasta el villano nazi recreado por el gran Conrad Veidt, pasando por el entrañable sinvergüenza del policía Louis (magnífico Claude Rains), los inolvidables secundarios Peter Lorre y Sydney Greenstreet, habituales en muchas películas de Bogart, o el mucho menos recordado Dooley Wilson, el legendario pianista Sam.

Imagino que aquí en España no tendremos la suerte de verla reestrenada en pantalla grande, como se ha hecho en EE.UU. con motivo de su 70 aniversario. Nos puede consolar, al menos, hacerse con alguna de las ediciones especiales que se han comercializado en DVD.

3 comentarios:

  1. Una de mis películas favoritas de todos los tiempos. Siempre me emociona, siempre me enamora Ingrid Bergman y la disfruto cada vez que la veo. Eso sí (ya sé que soy pesadito) pero no soporto su doblaje. Creo que solamente la he visto una vez doblada, la primera vez que pude verla en televisión y vale la pena comprobar que es una pena todos esos cambios del doblaje en español tan bien explicados en este magnífico artículo "Lo que se perdió en el doblaje de Casablanca"
    http://traduccionydoblaje.blogspot.com.es/2008/05/casablanca.html

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  2. Yo he llegado a verla en plantalla grande (aunque no sea muy grande) en la filmoteca, hace años, pero es una lástima que no se reestrene para el 70 aniversario como van a hacer en yanquilandia.

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