"Un hombre que limita sus intereses limita su vida" (Vincent Price)

martes, 7 de agosto de 2012

Almas de metal

Entre los últimos años 70 y primeros 80, hubo una serie de espacios televisivos como La clave o Sábado cine que me descubrirían algunos títulos cinematográficos que acabarían convirtiéndose en esenciales en mi vida y que,  junto con otras películas que veía en pantalla grande, definirían y decidirían mi amor por el género fantástico: El enigma de otro mundo, Ultimátum a la Tierra o El planeta de los simios serían algunos de esos largometrajes que impresionaron a mi receptiva mente infantil por aquel entonces, al igual que lo hizo Almas de metal. Esta película dirigida por Michael Crichton en 1973 con el título original de Westworld quizá no acabó calándome tanto como las anteriores, pero siempre ha tenido un huequecito en mi memoria y en mi corazón. Me reencuentro con ella ahora, después de muchísimos años, y ello me motiva a esta pequeña entrada homenaje.

El argumento, obra también de Crichton, nos traslada a un futuro inmediato en el que un lujoso parque de atracciones ofrece a sus visitantes la posibilidad de trasladarse a tres épocas diferentes de la Historia: la Roma clásica, la Edad Media y el Lejano Oeste. En localizaciones perfectamente recreadas pobladas por androides prácticamente humanos, quienes puedan costearse la estancia tienen la posibilidad de revivir emocionantes situaciones sin correr ningún peligro: participar en un duelo con espadas, seducir a personas del sexo opuesto o convertirse en “peligrosos” forajidos. Esto último es lo que deciden los amigos Peter (Richard Benjamin) y John (James Brolin), quienes eligen el “Mundo del Oeste” que da título al film para disfrutar bebiendo whisky, visitando el burdel de la ciudad, volando la cárcel o batiéndose con un temible y amenazador pistolero (Yul Brynner) al que, dada la programación de los robots de la atracción, siempre derrotan. Por supuesto, algo va mal: una especie de virus cambia el comportamiento de las máquinas y éstas se vuelven agresivas, comenzando a matar a todos los humanos del parque. Peter tendrá que luchar por su vida mientras el implacable pistolero al que ya ha derrotado varias veces le persigue ahora con el peor de lo propósitos….

Terminator tiene padre
Efectivamente: si estáis pensando que Michael Crichton recuperó la idea utilizada en su primer largometraje para pantalla grande para su exitosa serie El mundo perdido, es así, sólo que en el caso del parque temático de dinosaurios, éstos eran recreados mediante ingeniería genética… Resultan curiosas, no obstante, algunas apuestas del cineasta y escritor como adelantarse a los virus informáticos en muchísimos años para justificar el funcionamiento erróneo e imprevisto de las máquinas que representan a personas y animales en el complejo de Almas de metal.

Como otros veteranos del Hollywood clásico (caso de Kirk Douglas o Charlton Heston), Yul Brynner flirteó en los 70 con la ciencia ficción y, además de sus muchos papeles por los que será siempre recordado, lo es también por el de este peculiar vaquero robótico, sin duda inspirado en su conocido personaje de Los 7 magníficos y constituido en un claro antecedente del Terminator de James Cameron (el film reseñado también parece adelantarse a otros hitos del género como Blade Runner: fijaos en el brillo de los ojos de los androides).

Vista casi cuarenta años después de su estreno, Almas de metal me sigue pareciendo una película simpática que, por supuesto, me trae recuerdos de mi primer encuentro con ella hace ya tanto tiempo. Me llaman mucho la atención las enormes computadoras que en el film controlan a los robots y los arcaicos gráficos que aparecen en pantalla, y eso que este largometraje fue el primero en incorporar CGIs en dos dimensiones. Tuvo, por cierto, una segunda parte en 1976, Mundo futuro, pero eso ya corresponde a otro posible artículo

3 comentarios:

  1. ¡Que recuerdos! Me encantó esa película. No se si fue esta o la segunda parte recuero haberla visto con mis primos de Almería en una terraza de verano en El Puerto.

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  2. Vi tanto Westworld como su secuela en pantalla grande. No recuerdo el cine pero supongo que sería en Sagunto en una de esas tardes de doble sesión.

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  3. A mí me suena verlas anunciadas, pero hasta donde recuerdo, ya las vi en TV...

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