No mucha gente alcanza el siglo de existencia, pero, si Vincent Leonard Price Jr. –Vincent Price para los cinéfilos– estuviese aún vivo, hubiese celebrado en el día de hoy su centenario: fue precisamente un 27 de mayo de 1911 cuando el actor nació en Saint Louis, Missouri, EE.UU. Price nos dejó hace ya casi dos décadas, un 25 de octubre de 1993, cuando contaba 82 años, pero para recordarle nos legó una longeva carrera, que había comenzado en 1938, compuesta por cerca de dos centenares de intervenciones en largometrajes, telefilmes, series de TV, obras de teatro, programas radiofónicos, grabaciones en audio y hasta varios libros firmados por él (era un auténtico especialista tanto en arte como en cocina).
Caballero encantador de gusto exquisito, porte impecable y modales excelentes, Price ha pasado sin embargo a la Historia del Cine como uno de los más grandes actores del cine de terror, y es cierto que, aunque se prodigó en otros géneros como el melodrama o el cine histórico, es por su galería de personajes torturados, científicos locos y villanos varios por lo que se le recuerda principalmente hoy en día. Ya homenajeé a Vincent Price el año pasado (véase) de manera que, para no repetirme, he querido celebrar este 100º aniversario de su nacimiento con una selección de diez (una por cada década) de sus películas que considero, por una razón u otra, más importantes y destacables de entre las que interpretó en su larga trayectoria, y sobre todo más representativas dentro del amplio espectro de registros y etapas de ésta. Las recomiendo, pues, como base de partida para el profano que desee iniciarse en la filmografía de Price y, a partir de ahí, animo al interesado a que siga viendo muchas más de él: como Peter Cushing, mi otro gran actor favorito del fantástico, creo que Price tenía tan gran presencia en la pantalla que aportaba interés y gracia hasta a la película más desacertada (y tuvo varias de ellas)... El orden de la selección es cronológico…
La torre de Londres (Rowland V. Lee, 1939)
Price era todavía un joven actor principiante cuando intervino como secundario en este film de ambientación histórica pero con aires decididamente macabros ambientado en la convulsa Inglaterra del siglo XV. En este su tercer trabajo para la gran pantalla interpreta brevemente al Duque de Clarence, y lo más destacable de la cinta de Rowland W. Lee es que sus compañeros de reparto fueron nada menos que.... ¡Boris Karloff y Basil Rathbone! La película sin duda estaba anticipando el destino interpretativo de Price al enfrentarle a otros dos de los más célebres actores del género de terror. Casualmente, él mismo retomaría el papel de Rathbone en el remake que de la cinta haría Roger Corman veinticuatro años después.
Laura (Otto Preminger, 1944)
Clásico indispensable del cine negro en el que, curiosamente, nuestro hombre no hace ni de bueno, ni de malo: en su papel también secundario interpreta una especie de vividor pijo y petimetre. En aquellos tempranos años de su carrera, Hollywood aún no había encasillado a Vincent como malvado inevitable y todavía lo consideraba para roles de galán.
El castillo de Dragonwyck (Joseph L. Mankiewicz, 1946)
Cuarta y última película que Price compartió con la bellísima y exquisita Gene Tierney (las otras fueron, además de la ya revisada Laura, El renegado y Que el cielo la juzgue) y primer gran papel protagonista del actor: en el aristócrata intrigante, refinado y tirano que se complace en angustiar a su joven e inocente esposa en esta película de Mankiewicz ya se nos adelanta prácticamente el arquetipo con el que Vincent Price pasará a la Historia del Cine. No es difícil encontrar similitudes entre esta producción y otras grandes thrillers psicológicos similares del período como Luz de gas o Rebeca.
Los crímenes del museo de cera (André De Toth, 1953)
Este remake en 3D del largometraje de Michael Curtiz de 1933 Los crímenes del museo es para mí la película que marca el comienzo de la carrera de Price en el género del cine de terror. Ciertamente, a partir de ella se vería cada vez más y más inmerso en historias tétricas y sobrenaturales, rodeado de siniestros castillos, laboratorios y ruinas varias. Cuentan las crónicas que este gradual paso desde el melodrama, thriller y cine histórico por parte de Price (y con ello su “descenso” de las producciones de gran presupuesto a las de serie B) no fue del todo voluntario por parte del actor y que, debido a su comparecencia en los famosos tribunales del infame senador McCarthy durante su lamentable caza de brujas, la carrera de Vincent se vio seriamente resentida. Aunque se demostró su inocencia, las puertas más grandes de Hollywood ya se le habían cerrado para entonces.
La mosca (Kurt Neumann, 1958)
Clásico entre los clásicos del cine de ciencia ficción de los 50, resulta curioso que a Vincent Price se le recuerde como protagonista de este film de Kurt Neumann: en realidad tenía un papel secundario como hermano del personaje del actor David Hedison. Sin embargo, la presencia y el carisma del artista eran tan grandes que casi todo el mundo ha ignorado u olvidado este hecho. Price intervendría también en la primera de las dos continuaciones del film, El regreso de la mosca, un año después.
La caída de la Casa Usher (Roger Corman, 1960) y el ciclo Poe
En 1960 Vincent Price se asocia con el ávido y espabilado director de serie B y Z Roger Corman para realizar varias adaptaciones muy libres de cuentos de Edgar Allan Poe que claramente se inspiraban en los filmes de terror de la productora inglesa Hammer. Price intervendría en siete títulos dentro de este “ciclo” para la American International –amén de otros fuera de él y no siempre dirigidos por Corman–, que prácticamente no tienen desperdicio alguno, pues son muestra de la versatilidad, no sólo para el drama, sino también para la comedia, del actor al que homenajeamos. Además, durante aquella época (primeros 60), Vincent también rodaría otras cintas de ambientación gótica para diferentes estudios como Trío de terror o Diario de un loco, que adaptaban respectivamente, escritos de Nathaniel Hawthorne y de Guy de Maupassant.
El abominable Dr. Phibes (Robert Fuest, 1971)
Film estrambótico y disparatado y, sin embargo, convertido en un título de culto esencial en la filmografía de nuestro actor. En los años 70, ésta estaba en realidad en un claro declive, lo que le llevó, al igual que sus colegas Christopher Lee y Peter Cushing, a intervenir en una serie de películas que homenajeaban a la vez que parodiaban (voluntaria o involuntariamente) los papeles y el género en los que la estrella, para bien o para mal, había acabado prácticamente encasillada. Phibes sería uno de los varios personajes dementes que nuestro amigo interpretaría en aquella época relativamente olvidable de su carrera: recordemos también Casa de locos, Matar o no matar, este es el problema y, por supuesto, El retorno del Dr. Phibes, todos con argumentos y protagonistas muy similares.
La casa de las sombras del pasado (Peter Walker, 1983)
Film no muy bien considerado en general, pero que tiene para mí el impagable atractivo de juntar a Vincent Price con otras grandes estrellas del cine de terror: nada menos que Peter Cushing, Christopher Lee y John Carradine. Sólo por eso, la humilde labor del director Peter Walker me merece cierto respeto. El argumento de este film de misterio tampoco me disgusta.
Las ballenas de agosto (Lindsay Anderson, 1987)
Ya en el ocaso de su carrera, Price regresó al melodrama formando equipo con otras dos grandes leyendas del Hollywood dorado: Bette Davis y Lillian Gish, interpretando a un viejo aristócrata ruso en esta cinta impregnada de melancolía y de nostalgia. Fue el último papel protagonista del actor, y uno muy digno, aunque alejado de aquellos con los que más se le recuerda.
Eduardo Manostijeras (Tim Burton, 1990)
Sería Tim Burton quien nos ofrecería la oportunidad de ver por última vez a Vincent Price en la pantalla grande en este título ya clásico del director pero, aquí, el malvado científico habitual en otros trabajos del actor era, por el contrario, un entrañable inventor que creaba al estrafalario personaje que da nombre a la película. Por desgracia, la delicada salud de Price obligó a reducir sus escenas en el largometraje, y su intervención es muy breve. Aún participaría en un telefilm y como actor de voz en otros dos trabajos más antes de su muerte.
Y de regalo...
Vincent (Tim Burton, 1982)
¿Qué mejor manera de homenajear a nuestro actor en su centenario que con este cortometraje de animación firmado también por Tim Burton? Con él, uno de los paladines del fantástico moderno homenajeaba a uno de los del clásico, y nos narraba la historia de un niño un tanto tétrico que admiraba a Vincent Price y que sólo quería ser como él. La voz en off que narra la historia la puso… claro, Vincent Price. Aquí lo tenéis:
Vincent Price, un grande y un mito para mi como aficionado que soy al cine fantástico.
ResponderEliminarGracias por tu selección de diez títulos. De ellos no he visto LA TORRE DE LONDRES (mira que me gusta el cine terrorífico de la Universal, pero la tengo en una copia doblada y estoy esperando a conseguirla con las voces originales para disfrutarla), EL CASTILLO DE DRAGONWYCK (no sé que espero para verla con lo que me gusta LAURA), EL ABOMINABLE DR. PHIBES (ya sé que no tengo excusa para no conocer este clásico fantástico, pero todavía no ha caído en mis manos), y LA CASA DE LAS SOMBRAS DEL PASADO y LAS BALLENAS DE AGOSTO (ni idea, no sé nada de ellas salvo lo que tú has escrito).
Así que he visto la mitad de las diez que has elegido. Prometo cubrir mis lagunas y fiarme de tus recomendaciones.
El castillo de Dragonwyck me parece sublime... debes verla. La torre de Londres algo menos, pero también muy buena (con Rathbone y Karloff, no hay mucho más que decir). El Dr. Phibes no es una buena película, para qué nos vamos a engañar, pero sí la considero esencial en la filmografía de Price. Las otras dos hace tiempo que no las he visto. Las ballenas la vi en TV hace muchos años, y la de La casa la tengo en VHS....
ResponderEliminarPor cierto, ¡tuve la suerte de poder ver La torre de Londres en pantalla grande en la Filmoteca de Valencia!
ResponderEliminarPues yo recuerdo Los crímenes del museo de cera como mi primera película en 3D,en pantalla grande, en un cine de Sagunto.
ResponderEliminar¡Que suerte! Yo no había visto una película en 3D hasta hace pocos años.
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